martes, 31 de agosto de 2010

CREACION DE LA CINEMATECA Y ARCHIVO DE LA IMAGEN NACIONAL

Aún queda mucho patrimonio por salvar”



A través de un decreto presidencial, quedó allanado el camino para la formación de un ente que tendrá como misión primordial garantizar el patrimonio fílmico. Ya se había perdido el 90 por ciento del cine mudo y el 50 por ciento del cine sonoro argentino.
Peña comentó que el Estado “asume la función de la producción porque sabemos que si el Estado no interviniera no tendríamos nuestras propias imágenes”. Con el tiempo, “también entendió que tenía que contribuir a la difusión y, poco a poco, eso fue sistematizando. Están los Espacios Incaa, hay una voluntad de difusión clara en la política del Instituto de Cine desde hace tiempo”. Según Peña, faltaba una “pata”: el tema de la preservación. “Si el Estado invierte dinero en la producción y en la difusión de eso que produce, racionalmente también tiene que invertirlo en cuidar eso que el Estado ha producido o ha contribuido a producir”, concluyó Peña.



Por Oscar Ranzani
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-19130-2010-08-31.html#formu_mail



Luis Puenzo, Lita Stantic, Liliana Mazure, Jorge Coscia, Hernán Gaffet y Fernando Martín Peña.





La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, firmó ayer el decreto reglamentario de la ley 25.119 y, de esta manera, quedó allanado el camino para la creación de la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (Cinain), un ente autárquico y autónomo dentro de la órbita de la Secretaría de Cultura de la Nación, que tendrá como misión primordial garantizar el patrimonio fílmico nacional y universal. Si se tiene en cuenta que, según se calcula, se ha perdido el 90 por ciento del cine mudo y el 50 del cine sonoro, la medida viene a rubricar la necesidad de poner en marcha una genuina política de preservación de las películas. A este panorama hay que agregarle que parte del material de archivo existente al día de hoy no está totalmente identificado y hay mucho material audiovisual que necesita ser restaurado. Esta firma que estampó la Presidenta viene a dar respuesta a un viejo anhelo de toda la comunidad cinematográfica argentina, pero también incluye a la sociedad en su conjunto: no hay memoria posible sin archivo que ayude a construirla.






Vale recordar que el proyecto de la ley 25.119 fue presentado por el diputado Fernando “Pino” Solanas durante su mandato 1994-1997 y redactado en colaboración con Julio Raffo. La ley 25.119 fue aprobada por unanimidad en junio de 1999. Sin embargo, la norma fue vetada por el entonces presidente Carlos Menem y, meses más tarde, gracias a la solidaridad manifiesta de cineastas, productores y entidades que apoyaban la iniciativa, se logró que los diputados volvieran a votar la ley nuevamente por unanimidad. Pasó mucho tiempo, entonces, pero la medida de la Presidenta viene a poner fin a una injusticia padecida por todos los que creen que debe salvaguardarse el acervo audiovisual. Todos materiales que hasta la actualidad se destruyen sistemáticamente por falta de un lugar adecuado para preservarlo.






Ayer por la noche se realizó una conferencia de prensa en la que se brindaron detalles de la medida. Del encuentro con los periodistas participaron el secretario de Cultura, Jorge Coscia; la presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Liliana Mazure; los cineastas y productores Lita Stantic y Luis Puenzo –en representación de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina–, y Fernando Martín Peña y Hernán Gaffet, presidente y secretario, respectivamente, de la Asociación de Apoyo al Patrimonio Audiovisual (Aprocinain), una entidad sin fines de lucro pionera en la restauración y preservación de materiales audiovisuales históricos que lleva rescatados del olvido alrededor de 140 títulos, entre los que figuran clásicos argentinos como La guerra gaucha.






“Hoy se ha dado un gigantesco paso para cuidar algo tan valioso que casi siempre se ha descuidado: gran parte de ese patrimonio está irremediablemente perdido, pero hay mucho por salvar. Y de eso se trata”, comenzó señalando Coscia. “Esta institución va a complementar las políticas públicas de Estado que han sido muy contundentes y claras en el fomento del cine en el presente, pero que han tenido un retraso en el cuidado del cine de nuestra propia historia y de nuestro pasado”, agregó el titular de Cultura. Coscia también manifestó que “cada vez que la Argentina tuvo una crisis, el cine argentino tuvo una crisis; cada vez que en la Argentina faltó libertad, le faltó libertad a nuestro cine; cada vez que parecía que todo se acababa, también parecía que se acababa el cine. De manera tal que hablar de un cine exitoso que tiene muchas cuentas pendientes pero que está creciendo, produciendo y con premiaciones sorprendentes, es hablar también de una Argentina que motiva la esperanza”.






Posteriormente, Mazure recordó que el día antes de asumir como presidenta del Incaa, fue entrevistada por Página/12 y, entre otras preguntas sobre su futura gestión, una de ellas apuntaba a conocer qué pensaba en relación a la Cinemateca Nacional. “En aquel momento me parecía que la Cinemateca era una deuda que teníamos con nuestro cine y que era imprescindible que esto se llevara adelante”, recordó la funcionaria. “Hoy debo decir que el trabajo de la Cinemateca se llevó adelante por el gran impulso de la gente que está trabajando y que viene trabajando desde hace años en este tema. Pero también tiene mucho que ver con la gestión del gobierno nacional en el país”, agregó Mazure. Vale recordar que, de acuerdo con lo que indica la ley, el Incaa deberá destinar a la flamante Cinain el diez por ciento de sus ingresos no afectados a subsidios a la producción cinematográfica durante el primer año de funcionamiento y, a partir del segundo, el seis por ciento.






Peña comentó que el Estado “asume la función de la producción porque sabemos que si el Estado no interviniera no tendríamos nuestras propias imágenes”. Con el tiempo, “también entendió que tenía que contribuir a la difusión y, poco a poco, eso fue sistematizando. Están los Espacios Incaa, hay una voluntad de difusión clara en la política del Instituto de Cine desde hace tiempo”. Según Peña, faltaba una “pata”: el tema de la preservación. “Si el Estado invierte dinero en la producción y en la difusión de eso que produce, racionalmente también tiene que invertirlo en cuidar eso que el Estado ha producido o ha contribuido a producir”, concluyó Peña.

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