Editado por el Colectivo El Topo Blindado y la Cooperativa Editorial El Río Suena, el libro de Vinelli pone el acento en las condiciones de práctica y uso comunicacionales que se desarrollan fuera de la trama de las grandes empresas y su lógica de mercado.
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Los colectivos que en la actualidad intentan construir una pantalla de televisión alternativa tienen en común un modo de producción de la comunicación distinto al hegemónico, basado en la propiedad social o comunitaria de los equipos y en la búsqueda de unas formas de apertura que garanticen o faciliten la participación de la comunidad. Esto repercute en el ejercicio del periodismo, poniendo en cuestión la idea de “profesionalidad”, lo cual a su vez intervendrá de manera problemática sobre la pantalla.
También los objetivos que se fijan los medios y sus declaraciones de principios van a tener una correspondencia (no lineal ni mecánica, ni exenta de contradicciones) con las formas alternativas de hacer televisión, más cercanas a la argumentación de ideas que a la velocidad, la espectacularización y el cambio vertiginoso de planos sobre los que se funda la Neo TV.
Los objetivos hacen a las tácticas que se ponen en práctica en el medio, traduciéndose en el lenguaje que se construye y en la agenda de temas que se presentan.
Si el objetivo del medio es el lucro, el funcionamiento de la televisión estará constreñido por las exigencias del campo económico que, como describe Pierre Bourdieu en Sobre la televisión (1997), se expresan a través de la lógica de la competencia por valorizar el segundo mediante la medición del rating, convirtiendo al mercado en legitimador y anulando la pregunta sobre la calidad y los valores en nombre de las audiencias.
El chequeo de la información se dejará de lado por la primicia; la política se pondrá en un lugar secundario por considerarse aburrida y se priorizará el espectáculo y el “pensamiento rápido”, refractario a los tiempos de la argumentación.
(...) Se trata ahora de estudiar los objetivos declarados y las maneras en que estos impactan sobre la agenda y la programación.
¿Qué implicancias tiene para la evolución de las emisoras su opción por constituirse como expresión de proyectos políticos más amplios?
Comencemos por Canal 4 Darío y Maxi, que inició sus transmisiones en 2007 desde el Centro Cultural Manuel Suárez, luego de salir desde el puente Pueyrredón durante el quinto aniversario de la masacre de Avellaneda. Este canal, el primero en emitir de manera regular por aire en banda de VHF y por internet a través de un servicio gratuito de streaming, tiene como punto de partida para la práctica una conceptualización de la comunicación como herramienta asociada a las organizaciones sociales. Esto se traduce en el nombre elegido, que reivindica las figuras de los militantes piqueteros asesinados durante la represión en el puente en junio de 2002, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, y explica los objetivos de la experiencia, leídos en términos de “despertar conciencias” frente al ocultamiento producido por los medios hegemónicos: el “hambre de los niños pobres, la tortura en las comisarías de todo el país, la destrucción y contaminación del medambiental trabajo esclavo”, sostiene Ricardo Von, uno de sus integrantes: “En una de las puertas del canal teníamos pintada una cita del anarquista catalán Durruty, que dice: ‘Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, y ese mundo está creciendo en este instante’. Ese mundo tiene que ver con una transformación profunda de la sociedad, por un cambio revolucionario. La mayoría de los compañeros que hemos sostenido el canal creemos en la revolución, en un cambio radical de las estructuras capitalistas. Y ese cambio se dará con un pueblo consciente e informado, que salga de la alienación a la que lo someten los empresarios y poderosos”.
Por su lado, La Posta TV Canal 3 de Moreno se declara como parte de un conjunto de expresiones de comunicación y cultura gestionadas por la organización cultural y territorial El Culebrón Timbal.
La propuesta hace eje en el barrio como escenario de comunicación, privilegiando las iniciativas públicas vecinales. Sus comienzos hay que buscarlos en 1997, cuando el proyecto social comenzó a dar sus primeros pasos en el noroeste del Gran Buenos Aires. El canal propiamente dicho comienza a funcionar en 2007 a partir de la iniciativa de vecinos de Cuartel V, que donaron los aparatos para la transmisión. “Al mismo tiempo, el equipo de producción audiovisual de El Culebrón Timbal comenzó a generar contenidos propios que van enriqueciendo la señal junto a producciones de organizaciones sociales” (www.lapostaregional.com.ar).
Los objetivos de La Posta TV, al igual que los del resto del Plurimedio Regional conformado por la radio, una agencia y un diario además del canal, se enfocan en la restitución de los vínculos territoriales a través de la reflexión y la capacitación, la generación de hechos culturales y la promoción de un debate sobre el arte y la estética populares.
El trabajo apunta a transformar desde la cultura, o mejor, atendiendo a la dimensión cultural del desarrollo territorial, sumando vecinos “a la discusión de los temas del barrio”. De ahí la propuesta de articular “redes solidarias que conecten a artistas, medios locales de comunicación, centros culturales y organizaciones sociales del conurbano bonaerense en torno de proyectos comunes”, para que “se traduzcan en políticas comunitarias, públicas e incluso estatales” (www.lapostaregional.com.ar).
La Posta es integrante de la Federación Argentina de Radios Comunitarias (Farco): “No somos un medio en sí mismo, nos consideramos parte de un proyecto más abarcador que es la productora cultural comunitaria. Para que exista el medio necesitamos partir de que la comunidad donde estamos ya produce un montón de contenidos. Nosotros le damos una forma organizativa y un sentido político a eso, lo que necesita de la formación de un lenguaje y cuadros que lo lleven adelante”.
Esta raigambre en la militancia territorial es común en muchas de las experiencias, aunque se la conceptualiza de distintas maneras y asume diferentes modalidades. En unos casos está asociada a la participación vecinal en términos de construcción de ciudadanía (La Posta), en otros se la asocia a una intervención política que lee el territorio más allá del barrio para pensarlo como base social (sindical, estudiantil, de género, etcétera), en confrontación con las instituciones (Tvpts). También se la entiende como construcción de poder popular (Canal 4 Darío y Maxi, En Movimiento TV) o fortalecimiento de lazos comunitarios y ciudadanos (Faro TV), en el sentido de hacer del espectador un productor activo que se apropie de la herramienta y colabore con su desarrollo. Los tiempos de esta televisión están muy alejados de la velocidad de la TV comercial porque los objetivos no tienen nada que ver con el lucro; el ritmo se asocia más al pálpito del trabajo social (Gumucio, 2003). La cuestión de la masividad atraviesa la inserción comunitaria, explicada como “masividad de lo profundo”: “Nosotros (...) nos planteamos una masividad territorial. (...) Como un canal comunitario, también en el sentido de barrial, en el sentido de hacer base, asentarnos en un territorio. (...) Lo que hacemos es meternos sobre todo en las luchas locales. Ahí en Avellaneda quemaron vivo en la comisaría tercera de Dock Sud a un pibe, Nahuel Balsano, entonces nosotros estamos trabajando con ellos, junto a la familia, organizando los festivales, con el barrio que se está movilizando. Tenemos el polo petroquímico, el Riachuelo, el arroyo Sarandí, toda la contaminación. Ahí los vecinos también se están organizando. Vamos con ellos, trabajamos, cubrimos como el medio del barrio y desde ese punto de vista nos referenciamos” (Canal 4 Darío y Maxi).
Tvpts es parte de la red nacional de medios del Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS). Su propuesta es el debate y la difusión de las “ideas revolucionarias”, la circulación de experiencias organizativas de jóvenes y trabajadores y la coordinación entre distintos sectores y frentes de lucha. Nace en 2009 y se presenta como “el primer canal de la izquierda”. De las emisoras que en esta investigación se analizan, es la única que plantea una condición transicional de la experiencia en el camino del control obrero de los medios de producción, incluyendo la televisión. Estos elementos van a confluir en una pantalla de estética documental a propagandística, y en un tono que va del pedagogismo y la concientización a la contrainformación como recurso de desvendamiento de la ideología en el marco de respuestas urgentes y campañas de denuncia contra el gobierno y las patronales.
En 2009, además de Tvpts, también comienzan a transmitir Antena Negra TV desde Parque Centenario y Faro TV desde la Mutual Sentimiento, en Chacarita. En diciembre de ese año, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) dicta una resolución a través de la cual se realizaba un censo de emisoras de baja potencia, apurando los emprendimientos que en los años anteriores habían comenzado a experimentar y animándolos a dar el paso hacia la regularización de las emisiones. Antena Negra se conforma luego de una separación del Canal 4 Darío y Maxi, y se instala en un ex Banco Mayo recuperado en 2002 en el marco del fenómeno de las asambleas barriales, integrando la Red Nacional de Medios Alternativos (Rnma). En su declaración de principios se sostiene como eje central la dimensión comunicacional de la práctica, planteando que su objetivo es contribuir a “mejorarnos como sociedad, reflejando y formando parte activa de los procesos de cambio social en función de aportar a la organización y la lucha de los diversos sectores. (...) Hacemos política a través de la comunicación. O sea que tenemos objetivos generales que esperamos realizar a través de la herramienta que elegimos que es el medio audiovisual (www.antenanegratv.noblogs.org)”.
Faro TV se presenta como un canal de televisión comunitaria de “carácter social, cultural, educativo e informativo, donde la comunidad es la principal protagonista”. Su preocupación es la construcción de nuevas formas de comunicación, donde puedan expresarse diversas voces. Algunos de sus integrantes militan en Barrios de Pie, una organización territorial que integra el Frente Amplio Progresista, o en el Movimiento Universitario Sur, aunque destacan que el medio no pertenece a ningún partido político. Sus objetivos son promover la participación de los vecinos y las organizaciones sociales en la realización de los programas y en la toma de decisiones, actuando como un centro de participación comunitaria e impulsando la apropiación del medio como eje de la práctica. Esto se va a traducir en una pantalla que destaca el protagonismo vecinal, y en unos programas que describen y ponen en común la cultura ciudadana y las costumbres barriales, pero “produciendo con calidad artística para llegar a un público masivo” (www.farotv.blogspot.com.ar).
Como vemos, la preocupación por la inserción del canal en su comunidad recorre buena parte de las experiencias, aunque toda una gama de matices las atraviesan. En Movimiento TV es parte del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD), que tiene un desarrollo en política de medios comunitarios, e integra el Espacio Abierto de Televisión Alternativa. Además del canal, el MPLD cuenta con una radio y un periódico que se reparte gratuitamente todas las semanas en lugares de alta circulación de personas, como las terminales de ferrocarril. El proceso de este canal fue un poco más lento que el resto, en razón de la separación entre el área de producción y la ubicación de los equipos de transmisión. La primera está instalada en el Espacio Bonpland, un mercado recuperado en el barrio porteño de Palermo, mientras que la segunda, junto con transmisor y estudios, se levanta en Villa Soldati. El proceso que llevó finalmente a subrayar la pertenencia del canal a Soldati estuvo marcado por un debate acerca de la participación y el interrogante por el sujeto de la construcción política y reivindicativa, de manera de lograr que los vecinos consideraran como propia la emisora. El MPLD es una organización con presencia territorial en el frente de trabajadores desocupados, de modo que el medio viene a ponerse al servicio de sus demandas y se propone actuar como articulador de las expresiones de la comunidad.
Finalmente entre los canales más recientes están Urbana TV Canal 5, que emite desde el barrio Carlos Mujica de la Villa 31, en Retiro (integrante de Arbia-Comareco), y La Olla TV, que fondona desde una plataforma web y se vincula orgánicamente con la CTA opositora. Mientras que Urbana TV responde a una idea de lo comunitario como visibilización de las actividades sociales y culturales que se desarrollan en el barrio, acompañando la política de urbanización de la villa; La Olla se presenta como un espacio político que se inscribe en la tradición de lucha de los trabajadores de la central sindical, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), la iniciativa hacia la Constituyente Social “y un una extensa red de equipos de comunicación gremiales, barriales, culturales ubicados geográficamente en todo el país”.
Todos estos elementos juegan un papel preponderante en la construcción de la pantalla y muy particularmente en la agenda de temas y en los criterios que se ponen en práctica para definir lo noticiable, donde la “gente común” aparece como protagonista, dando lugar a una estética televisiva y a unos contenidos que se ubican en las antípodas de la TV hegemónica. El énfasis en lo barrial genera un ritmo televisivo particular, basado en las necesidades cotidianas: los oficios que persisten (Faro), las mejoras en la villa (Urbana TV), los problemas comunes (En Movimiento, La Posta), las expresiones contraculturales y juveniles (Antena Negra). Las urgencias no se definen por los tiempos vertiginosos de la TV sino por las necesidades políticas de los colectivos que referencian al medio. La definición de objetivos que van más allá de la televisión (y de la comunicación en general) organiza la agenda de temas y las prioridades que tendrá la pantalla, por lo tanto los hechos se construirán en el flujo de sus causas y consecuencias: se mira el presente a la luz del pasado para construir el futuro.