jueves, 29 de marzo de 2012

“Tiempos menos modernos”. La vida de un baquiano patagónico cambia por una TV.

El amplio alcance de una historia mínima

 Por Miguel Frías mfrias@clarin.com

http://www.clarin.com/espectaculos/cine/amplio-alcance-historia-minima_0_672532752.html

Tiempos menos modernos es una película sobre la colonización. Colonización que, como sabemos, hoy es menos territorial que subjetiva. Dicho así, se podría inferir que hablamos de un filme solemne, denso, maniqueo, bajador de línea. Al contrario: la opera prima de Simón Franco se destaca por su soltura, su aparente sencillez, su calidez, su humor, su modo elegante, sagaz, nada declamatorio de emprender una batalla perdida: contra el consumismo, la alienación, el mercantilismo y, por qué no ser claros, la idiotización. 


La ambientación y los personajes podrían ser de un Carlos Sorín menos sentimental. Oscar Payaguala -hallazgo de Franco- es un músico y artesano tehuelche, lacónico y solitario, que vive en un rancho patagónico en la difusa frontera de la Argentina y Chile, rodeado por sus animales y el hermoso paisaje. Al comienzo lo vemos en su hábitat: al ritmo moroso -para nosotros- de su vida cotidiana; en planos cortos, dentro de su casa, o en planos bien abiertos, en exteriores, que nos recuerdan la escala humana frente a la naturaleza.

Después sabremos, sobre todo a partir de su vínculo con un amigo chileno -un contrapunto extrovertido, más vinculado con el mundo “moderno” y el materialismo-, que el hombre está “sitiado” por el avance del mercado. A saber: turistas extranjeros que llegan a una hostería cercana. Nada que parezca grave. Incluso, a Payaguala le ofrecen trabajo: mostrar sus artesanías, tocar sus canciones -muy bellas-, exhibirse como un ícono autóctono en vías de extinción. 

Pero el hombre, hosco, mantiene alejado a casi todo el mundo. Hasta que algo cambia: el ministerio de Desarrollo Social le envía una TV satelital y un teléfono. Corren, vagamente, los ‘90. Tras su desdén inicial, Payaguala irá enganchándose con novelas, reality shows (armados para esta película), filmes de Chaplin, partidos de Racing (equipo del que es o se hizo hincha) y discursos o lapsus menemistas: “Nada de lo que deba estar en manos del Estado permanecerá en manos del Estado”. 

Conviene no contar más sobre este filme pequeño de alcance grande y humor melancólico. Sólo remarcar el poder de la imagen de Payaguala cantando, al fin, frente a turistas que lo aplauden y lo filman. ¿Adaptación o sometimiento, o ambos? La TV, a esa altura, ya ha llenado o vaciado su vida.


El otro lado de la modernidad

El director Simón Franco presenta su primer largo, Tiempos menos modernos
Por Adolfo C. Martínez  | Para LA NACION

"Siempre quise hacer una película que tuviese ternura y, al mismo tiempo, que mostrase la forma de vida de muchos pobladores del interior. Creo que con Tiempos menos modernos logré mi propósito o, por lo menos, lo intenté." Así se refiere a este film, que LagartoCine estrena mañana, su director, Simón Franco, que nació y pasó su infancia y adolescencia en la Patagonia. Más tarde este realizador se trasladó a Buenos Aires donde estudió dirección cinematográfica en la Universidad del Cine, completó sus conocimientos en el taller de guión de José Martínez Suárez y realizó varios cortometrajes, además de desarrollar una amplia trayectoria en el campo del cine publicitario.

"Este es mi primer largometraje -dice Franco- y se centra en un hombre tehuelche que vive solo en un rancho retirado, en plena Patagonia. Su cotidianeidad se basa en cuidar su tierra y ganarse la vida tocando la guitarra en una hostería para extranjeros. Un día recibe una encomienda enviada por el Ministerio de Desarrollo Social con un sistema de televisión satelital alimentado a energía solar, y ello lo llevará a experimentar un cambio que afectará su vida y su forma de ver el mundo."

-¿Cómo nació la idea? 

-El recuerdo que me marcó fue una estada circunstancial con unos gendarmes en un puesto perdido en el medio de la Patagonia. Estábamos tomando mate y mirando por tele un partido de fútbol. Por la ventana, se veía la nada absoluta, un páramo desierto y frente a mí, en esa TV último modelo, miles de personas enfervorizadas hinchaban por River o por Boca. En mi cabeza no podía asociar esas dos imágenes: cada vista representaba algo opuesto y, a la vez, totalmente coherente. Así surgió la idea de escribir un guión en el que lo tradicional se diese la mano con lo moderno a través de un hombre que, sin más compañía que sus animales y su guitarra, se viese de pronto inmerso en algo tan nuevo para él como un televisor. La película habla de la soledad, de la no comprensión del interior del país por parte de los mandatarios de la capital, de la globalización y de cómo ella nos deja insatisfechos en un mundo que ya no está construido para nuestra felicidad.

-¿Cómo elegiste al actor? 

-El protagonista es Oscar Payaguala, que posee una larga trayectoria en la lucha por los derechos de los pueblos indígenas. Se desempeñó como periodista y, como músico, compuso temas que describen la soledad, la marginación, la incomprensión, el despojo y la flagrante violación que ha vivido el pueblo tehuelche. En él hallé al protagonista ideal para mi historia, porque comprendió de inmediato el propósito de mi film, que parte del cortometraje Tiempos modernos , que rodé en 2004.

Tiempos menos modernos acaba de ganar el premio a la Mejor película nacional en Pantalla Pinamar, tras ser presentada con gran éxito en el último festival de Mar del Plata. "Ello -agrega Franco- me impulsa a continuar filmando. Actualmente, estoy dirigiendo en Paraguay un documental acerca de la cultura de ese país y preparando otra obra de ficción. Pero ahora lo más importante es acercar al público esta película y esperar su reacción."



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