La utopía de Fernando Birri, “un artista del Renacimiento en el siglo XXI”
El cineasta Humberto Ríos bucea en los procesos creativos del fundador del Nuevo Cine Latinoamericano en “El utópico andante”, que se proyecta este martes a las 19 en la Biblioteca Nacional. El propio Birri habla de sus influencias creativas y hasta de su última producción filmada en su Santa Fe natal, “El Fausto criollo”.
POR VICTORIA REALE
http://www.revistaenie.clarin.com/escenarios/Fernando-Birri-El-utopico-andante-Humberto-Rios_0_935307024.html
“Una revolución que no revoluciona (permanentemente) sus lenguajes, alfabetos, gestos y miradas, involuciona o muere…a este territorio lo estamos haciendo todavía”, afirma Fernando Birri, el polifacético artista que, en 1986, fundó la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, Cuba, junto a Gabriel García Márquez y el cineasta Julio García Espinosa.
Proveniente de una familia de artistas santafesinos, Birri ya se destacaba como pintor, poeta, y titiritero antes de ingresar en el Centro Sperimentale de Cinematografía en Roma, Italia, donde estudió cine con los autores del neorrealismo italiano. Allí conoció a Gabriel García Marques, otro estudiante con el que no sólo forjó una amistad sino que escribió el guion de Un señor muy viejo con unas alas enormes (1988), una película basada en el cuento homónimo del escritor colombiano.
Empapado de cine social, Birri regresó al país en 1956 y creó el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral, que fue el epicentro de la Escuela Documental de Santa Fe. Allí realizó el documental Tire Dié (1956-1960) y la ficción Los Inundados(1961), ganadora del Festival de Venecia. Pero a pesar de que el director santafesino obtuvo el premio por entonces más importante del cine argentino, sus filmes fueron despreciados por las autoridades que manejaban en ese momento el Instituto de Cine. La vocación de crítica social que está impresa en Tire Dié y Los inundados marcaron el rumbo del cine de América Latina, y fueron reconocidos como los filmes fundacionales del Nuevo Cine Latinoamericano. Un movimiento que tuvo entre sus filas a directores como el brasileño Glauber Rocha, el cubano Tomás Gutiérrez Alea y el chileno Raúl Ruiz, entre otros. Desde hace décadas el cineasta formador de cineastas como se lo conoce a Fernando Birri vive entre Cuba e Italia.
Humberto Ríos rescata esa figura en El utópico andante (2012). “Birri es un artista excepcional, un creador como Leonardo Da Vinci, un hombre del Renacimiento pero que vive en el siglo XXI”, dice Ríos sobre uno de los cineastas que marcó su carrera. También dice mucho sobre el santafesino en esta entrevista, y mucho más en la película que se proyecta este martes a las 19 en la Biblioteca Nacional como parte del ciclo “Laberinto de Pasiones”, organizado por La nave de los sueños.
-¿Cómo conoció a Fernando Birri?
-En 1960 regrese a vivir a la Argentina y comencé a enseñar en la Universidad de La Plata. Ese año fui invitado por la Universidad del Litoral para dar una charla sobre cine y allí lo conocí a Fernando. Me impresionó mucho su figura, pero yo todavía seguía muy influido por la Nouvelle Vague, corriente en la que participé mientras estudiaba en la escuela de cine de París. Entre mis compañeros de estudio estaban François Truffaut, Jean-Luc Godard y Jacques Rivette, con quienes me encontraba todas las tardes en la cinemateca francesa para ver cine y luego discutir sobre las películas.
-¿Qué lo llevó a participar luego en el Nuevo Cine Latinoamericano?
-Mi trabajo clandestino en Francia a favor de la liberación de Argelia fue un puntapié para mi definición política. Cuando regresé a la Argentina se vivía un momento político muy particular. Por un lado todos estábamos bajo el influjo de la Revolución Cubana y por otro, se respiraba un clima represivo. De ahí nació Faena (1961), porque para mí el frigorífico reproduce la experiencia de muerte de los campos de concentración. El filme es una metáfora ineludible de la violencia que se vivía en nuestro país y un presagio de lo que iba a suceder años después. Yo pertenezco a la generación del 60, que revaloriza el neorrealismo y abraza la nueva manera de hacer cine de Birri. Pero no fue hasta 1967 cuando, en el Primer Encuentro de Cineastas Latinoamericanos en el Festival de Cine Club de Viña del Mar, los directores cubanos, brasileños, colombianos, mexicanos y argentinos nos propusimos acentuar nuestra propia mirada para romper con la hegemonía del cine europeo.
-¿Cómo nació El utópico andante?
-Yo presido el Archivo de la Imagen Documental (Adid) del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que investiga las formas creativas del cine documental. La película es parte de una serie de proyectos que busca rescatar la mirada de autor de los cineastas latinoamericanos. Y queríamos contar con Fernando Birri para recorrer junto a él su fascinante obra. Cuando logré convencerlo, nos juntamos en la Escuela de Cine del INCAA y grabamos una larga conversación, que se interrumpió cuando Birri me dijo que estaba cansado y prefería seguir otro día. Pero nunca pudimos grabar de nuevo. Durante dos años estuve revisando el material y pensando cómo podía trabajar la entrevista, hasta que me di cuenta de que la película trataba sobre el intercambio de experiencias entre dos directores de cine. El utópico andante (2012) rescata los momentos en que se pueden entrever el pensamiento, las sensaciones y las memorias fragmentadas de Birri. ¿Acaso no es ése el resultado de lo que llamamos cine?
-El documental abarca también los orígenes familiares de Birri y la influencia que tuvieron artistas como Xul Solar en su obra como pintor, poeta, dramaturgo y cineasta.
-Birri se inventó a sí mismo. Se inventó como utópico, como viajero, como creador de mundos maravillosos. Es un personaje muy curioso y muy rico que nos enseña con su propia vida que el mundo no es cerrado, que todas las experiencias enriquecen el arte, ya sea la pintura, la literatura, la danza o la filosofía. Su universo creativo es orgánico y volcánico y de ahí viene la palabra Org, el título de una de sus películas experimentales. Aún hoy, a sus 87 años, Birri se encuentra imaginando mundos extraños como lo hacía su amigo Xul Solar.
-Birri asegura que su filme Org (creado entre 1967 y 1978) fue un vómito de imágenes y sonidos que no pudo contener. La realizó durante su exilio en Italia. ¿Cree que es una película comprendida?
-Org le llevó 10 años y realmente es como él la califica: un vómito muy potente, que viene de su deseo de romper con todo los moldes y que demuestra su poderosa creatividad. Si bien es una película que todavía no fue totalmente entendida, en la actualidad hay una corriente de estudiantes de cine alemanes que sólo investigan sobre Org. Es fascinante tratar de dilucidar qué fue lo que llevó al creador del Nuevo Cine Latinoamericano a volcarse al cine experimental y a abrir mil caminos que son insondables incluso para Birri mismo.
-¿Cómo funcionó la dupla creativa de Fernando Birri-Gabriel García Márquez en Un señor muy viejo con unas alas enormes (1988)?
-Ellos discutían mucho sobre las diferencias que existen entre contar algo con imágenes y hacerlo con palabras. El realismo mágico de García Márquez es muy difícil de llevar a la pantalla y creo que Un señor muy viejo con unas alas enormes es la película que más se acerca al universo creativo de Gabo. Generalmente, las películas basadas en sus historias terminan sonando a truco. Ante ese problema, Birri arma una fantasía verosímil pero no intenta convencer al espectador de que el realismo mágico existe.
-El Fausto Criollo (2012) es la última producción que Birri filmó, a sus 87 años, en Santa Fe. ¿Cree que se convertirá en su legado?
-El Fausto Criollo contiene todas las imaginaciones posibles de este artista extraordinario, que ya no están situadas en Los Andes o en El Caribe sino en La Pampa. Durante muchísimos años Birri soñó con realizar esta obra y creo que recorrió una especie de arco entre sus comienzos y el final. Creo que él la siente como su obra póstuma. Pero no como su mayor obra, que para mí sería su vida misma.
------------------------------------------------
Ficha Técnica
El utópico andante (2012). Duración 97 minutos. Argentina.
Dirección, coordinación e investigación: Humberto Ríos.
Producción: Dolores Miconi, Rodrigo Paz, Camilo Moreira Biurra, Claudio Remedi, Marcelina Bordon.
Edición: Camilo Moreira Biurra, con la colaboración de Rodrigo Paz.
Cámaras: Rodrigo Paz, Claudio Remedi, con la colaboración de Federico Sosa. Realización de entrevistas: Dolores Miconi, Claudio Remedi, Federico Sosa, Marcelina Bordon.
Producido por: Archivo de la Imagen Documental (Adid) con apoyo de INCAA.
Ríos Básico
Nació el 30 de noviembre de 1929 en La Paz, Bolivia. Es director, guionista, productor, fotógrafo y montajista. Es integrante del Nuevo Cine Latinoamericano. Con una extensa vida dedicada a la realización documental, su filmografía comienza en 1961, con los cortometraje Faena Juego cruzado y Pequeña Ilusión (1962). En 1969 realizó Eloy y Argentina, mayo de 1969: los caminos de la liberación. Trabajó junto a creadores como Octavio Getino, Pino Solanas, Eliseo Subiela, Rodolfo Kuhn y Jorge Cedrón. Compartió realizaciones con otro gran director argentino, Raymundo Gleyzer, en México, la revolución congelada (1971). Su producción continúa entre largos y cortos con los filmes Al grito de este pueblo (1972), Hombres de puerto y Prensa (1974). Luisa Vehil y los días felicesse estrenó en 1989. Y El utópico andante en 2012, en el 27º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Este filme, además, participó en el 28º Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y fue exhibido en Nueva York, como parte de la versión itinerante del 14º Festival de Cine de La Habana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario