domingo, 13 de mayo de 2012

Defender el patrimonio cultural

Hernán Gaffet, delegado organizador de la cinemateca y archivo de la imagen nacional.
El cineasta tiene a su cargo la tarea de organizar una institución estatal fundamental para el resguardo del cinetanto nacional como extranjero exhibido en el país. Una forma de preservar la memoria colectiva y afianzar la identidad.

 
http://tiempo.infonews.com/2012/05/13/suplemento-cultura-75457-defender-el-patrimonio-cultural.php

El actual gobierno de nuestro país se distingue por su valoración de la memoria a través de hechos concretos. La reglamentación de la Ley para la Creación de la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (CINAIN), por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es un sólido respaldo al pasado, presente y futuro de nuestra cultura. El Estado argentino tenía una importante deuda con el cine nacional desde el año 1997, cuando el entonces diputado Fernando “Pino” Solanas presentó un proyecto de ley para crear la Cinemateca, que finalmente fue sancionada en el año 1999, pero vetada por el entonces presidente Carlos Menem sobre la base de un informe técnico de Julio Mahárbiz. Entonces se reunió la gran mayoría del gremio cinematográfico y convencieron a los legisladores de la importancia de esta iniciativa, que finalmente fue una de las pocas leyes que le torcieron el brazo al veto menemista. Pero como no se reglamentó, la ley no se puso en práctica, hasta el 30 de agosto de 2010, cuando a través de un decreto el Poder Ejecutivo la reglamentó, habilitando no la creación automática de la CINAIN sino el inicio de las gestiones de un Delegado Organizador. La persona nombrada en este cargo es el cineasta Hernán Gaffet, quien enfrenta actualmente un exigente trabajo. “La Cinemateca –dice Gaffet– empieza de cero, por lo cual hay que definir un organigrama, es decir, la estructura de lo que va a ser el nuevo organismo, además de un Consejo Asesor, el cual va a evaluar el concurso a través del cual van a ser nombradas las máximas autoridades de la CINAIN. Ha pasado ya más de un año y medio desde la reglamentación, pero la aprobación de una nueva estructura dentro del Estado Nacional es uno de los trámites más largos que existen y este particularmente es bastante complejo, dado que nunca en nuestro país se hizo nada en relación a este tema desde el Estado.”

–¿Cuáles van a ser las funciones de la Cinemateca?


–Esencialmente la misión es restaurar y preservar el material fílmico y videográfico, junto a todos los elementos y documentos anexos que surgen de la producción y difusión de una película. Por ejemplo, los guiones, planes de rodaje, pruebas de cásting, es decir, absolutamente todos aquellos documentos que sirvan para entender la génesis de un film. También los elementos que tienen que ver con la difusión, por ejemplo fotografías, afiches, publicidades y notas periodísticas. Además es importante destacar que no sólo guardaremos “buenas” películas en la Cinemateca, ni siquiera solamente las argentinas, el patrimonio audiovisual de nuestro país está conformado por películas nacionales y también por las extranjeras, porque a partir de que es exhibida públicamente cualquier película pasa a formar parte de nuestro bagaje cultural, y eso es lo que se resguarda en la Cinemateca. Todo esto es fundamental a la hora de hacer historia del cine. 

 
–Debe ser complejo reunir todo el cine argentino.


–Sí, fundamentalmente porque alrededor del 50% del cine sonoro argentino está perdido o gravemente dañado y el 90% del cine mudo nacional ya no existe. A pesar de eso la cantidad de lo que queda es mucho, ocupa gran espacio e implica dinero, porque hay que restaurar las películas, que están hechas con un material que física y químicamente es muy inestable, dado que son fabricadas para el corto tiempo de exhibición en cine, no para ser resguardadas, nadie produce material de archivo, entonces las películas precisan de un almacenaje con temperatura, humedad y ventilación permanentes, y con valores estables, lo cual implica la construcción de bóvedas para preservar esas películas. Además vamos a necesitar equipos de personas que revisen estos materiales, porque algunos van a necesitar una restauración urgente, si no los vamos a perder para siempre. Las películas entran en un estado de descomposición químico si estuvieron guardadas en un lugar inadecuado, y es en ese caso que es necesario copiarlas de inmediato, hacer traspasos a distintos formatos. Es un proceso muy complejo, pero el patrimonio audiovisual de un país es parte indispensable de su identidad cultural. Está descuidado nuestro patrimonio audiovisual como así también el patrimonio plástico y arquitectónico, en este sentido basta ver lo que está haciendo el señor Mauricio Macri con las demoliciones en la ciudad de Buenos Aires, toda casa vieja parece que le molesta y ha permitido, a través del veto de una ley, que se sigan derrumbando edificios históricos. Despreciar el patrimonio cultural es promover la estupidez. 

 
–¿Resguardar nuestro cine es proteger la cultura de nuestro país?   


–Todas las películas, las mejores y las peores, a lo largo de la historia y en todos los países, son documentos irremplazables del momento en que fueron hechas, de la cultura en que fueron realizadas, porque ninguna película nace de gajo sino al contrario tiene su raíz en el momento histórico en que fue creada. Y como todo documento es una herramienta del pensamiento entonces podemos pensarnos como país, sociedad e individuos a través del cine, incluso a través de las peores películas. Me gusta siempre poner este ejemplo: las siete películas que dirigió Palito Ortega las hizo durante la dictadura militar, y si se quiere saber qué le quería meter la dictadura en la cabeza a la gente basta con ver estas películas, por ejemplo en una de ellas le preguntan a un niño: “–¿Qué querés ser cuando seas grande?”, y él contesta: “–Policía”. Y lo decía en un momento en que la policía, junto con el Ejército, desaparecía a las miles de personas que hoy sabemos. Entonces resguardar las películas, para poder verlas después bien presentadas en su contexto histórico y cultural, sirve para pensarnos como sociedad.







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