lunes, 8 de marzo de 2010

Una noche de gala para la historia del cine argentino

El Secreto de sus Ojos ganó el Oscar
Casi un cuarto de siglo después del que conquistó en marzo de 1986 La historia oficial, el cine argentino consiguió anoche su segundo premio Oscar de la Academia de Hollywood. El secreto de sus ojos fue coronada como “Mejor Película de habla no inglesa” y su director, Juan José Campanella, vivió su momento de gloria en el inmenso escenario del Kodak Theatre. 
Era la 1.15 de la mañana (hora argentina) cuando ante una platea rebosante de estrellas, el director fue recibido por Pedro Almodóvar y Quentin Tarantino quienes le entregaron la estatuilla. A pesar de los nervios y de una ansiedad evidentes, Campanella igualmente no se privó de hacer un chiste que no hubiera desentonado en alguna de sus películas: “En nombre de todo mi equipo, agradezco a la Academia que no haya incluido a Avatar y su dialecto Na’avi en esta categoría”.
“El Secreto de sus Ojos” se convirtió en la segunda película argentina en ganar el Oscar a Mejor Película Extranjera 24 años después de que lo hiciera “La Historia Oficial”.
A pesar de que todos los pronósticos señalaban como favorita a la película alemana “La Cinta Blanca”, el filme de Campanella se impuso entre las preseleccionadas.
Pedro Almodovar y Quentin Tarantino fueron los encargados de anunciar al ganador de la categoría en la que también competían “La Cinta Blanca” (Alemania), “Un Profeta” (Francia), “La Teta Asustada” (Perú) y “Ajami” (Israel).

Los nervios no le permitieron al director poder expresarse con calma mientras  intentaba agradecer en inglés y finalmente la música de la orquesta terminó casi expulsándolo de las cámaras cuando el argentino intentaba mandar saludos en su idioma para todo el país. 
Inmediatamente, y mientras subía atropelladamente al escenario Guillermo Francella para compartir el momento, Campanella agradeció a su esposa Cecilia, a sus productores argentinos y españoles y a su distribuidor en los Estados Unidos, Sony Pictures Classics. Se lamentó de tener que hablar en inglés, porque no podía dar rienda suelta a todo lo que tenía para decir en los pocos segundos que la organización permitía a los premiados y terminó gritando, ahora sí en castellano, “¡Vamos Argentina!”, para después mandar un saludo solidario al pueblo chileno. “Este es el segundo premio para la Argentina y su sexta candidatura en la Academia”, informaba a su vez, en off, la locutora oficial de la ceremonia.

Un dato de Cine al Sur : Pablo Rago participó en las dos películas ganadoras del Oscar: "La Historia Oficial" y "El Secreto de sus Ojos" .

Ricardo Darín/ Soledad Villamil: Dos que festejaron en casa

Los protagonistas de "El secreto de sus ojos", que se quedaron en Buenos Aires, hablaron de "milagro" y dijeron que el premio puede darle más impulso al cine nacional. 

Por: Miguel Frías

La verdad es que fue milagroso. No sé si ustedes vieron las películas que competían con El secreto de sus ojos. Yo vi las cuatro, y la verdad es que la teníamos bastante brava. Todas eran excelentes. Pero creo que El secreto.... hizo diferencia porque demostró que se puede contar una historia áspera, dura, sin inhabilitar el humor ni la cotidianidad. Las demás películas eran dramas que no incluían el humor. Eso me hizo sentir que teníamos chances".

Con estas palabras, dichas cerca de las tres de la madrugada de hoy, Ricardo Darín explicó su percepción sobre el triunfo del filme de Campanella unas horas antes en el Kodak Theatre. Soledad Villamil, sentada sonriente junto a él, agregó: "El premio se lo dieron a la película. Y la película es Juan José Campanella: guionista, director, mentor. Es extraordinario; ahora tiene dos nominaciones y un Oscar. Tiene un gran talento: merece largamente lo que le está pasando. Y ojalá que todo esto sirva para potenciar al cine nacional".

Además de coincidir con ella, Darín aclaró que él había cometido un error. "Creí que no estaba invitado oficialmente a la ceremonia y sí lo estaba. No lo sabía. Así se generó una confusión. Igual, no me arrepiento de haberme quedado: acá la pasé bomba. Además no podía viajar: estoy haciendo teatro y el doblaje de una película". Villamil dijo que, en su caso, sabía que había pocas invitaciones y que tampoco se arrepentía de haber seguido la histórica entrega por televisión con su familia.

La dedicatoria principal de ambos actores fue para el público. "Cuando leí el guión supe que estaba frente a una gran historia. Pero, en ese momento, no pensé en resultados -admitió Darín-. Se dan circunstancias que uno no maneja. Si la historia llega, todo es más fácil. La película llegó, tocó y movilizó. En los primeros días de exhibición había gente que nos decía que íbamos a ganar el Oscar. Me imagino cómo se sentirán esos tipos en este momento".

En medio de la conferencia en un hotel céntrico, Darín, bromista compulsivo, aclaró que estaba "copeteado" y que había pasado una "larga noche de empanadas y vino". Pero, igual que su compañera en la película, fue muy lúcido a pesar de la hora. "Creo que este premio es bueno para todos. Muchas veces escuchás la fatídica frase yo no miro cine argentino. Pero, cuando a alguien no le gusta una película inglesa, nunca dice yo no miro cine inglés. No hay que tener prejuicios ni esnobismos. El reconocimiento a El secreto ... ha sido muy elevado. Ojalá que sirva para que cambien algunas cosas".


Título Original: El secreto de sus ojos
Género: Policial / Suspenso
 Director: Juan José Campanella
Guión: Eduardo Sacheri, Juan José Campanella
Música: Federico Jusid
Elenco:
Guillermo Francella, Soledad Villamil, Ricardo Darín, Pablo Rago, José Luis Gioia, Francisco Javier Godino
Sinopsis:
Benjamín Espósito acaba de jubilarse después de trabajar toda una vida como empleado en un Juzgado Penal. Para ocupar su tiempo libre decide escribir una novela, basada en una historia real de la que ha sido testigo y protagonista.
La novela que escribe es, en apariencia, la historia de un asesinato ocurrido en Buenos Aires en 1974, y de la investigación para hallar al culpable. Pero una vez abierta la puerta de ese pasado al propio Espósito se le volverá imposible cerrarla. Primero, porque la turbulenta Argentina de entonces se cuela en la vida de los personajes, con su carga de violencia y de muerte. Y, sobre todo porque aunque Espósito suponga que la historia que teje habla únicamente del pasado, su búsqueda ilumina de un modo descarnado su propia vida y su presente, y lo pone de frente con un dilema de amor que lo obsesiona desde hace demasiado tiempo.
Reconstruir el pasado lo conducirá a bucear en sus propios sentimientos, sus propias conductas y decisiones. Y hallar la verdad terminará por convertirse no en un objetivo literario, sino en la llave que le permita abrir la puerta para vivir el resto de su vida.

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