lunes, 11 de febrero de 2013

UN ARCHIVO PUBLICO CON FILMACIONES DE LAS CAUSAS DE LESA HUMANIDAD


Las imágenes de los juicios

El Instituto Nacional del Cine lleva grabadas casi siete mil horas de los procesos por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, que serán de acceso libre a medida que las sentencias queden firmes. El equipo del Incaa cuenta su experiencia.
Por Alejandra Dandan
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-213641-2013-02-11.html
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) tiene registradas 6725 horas de los juicios de lesa humanidad de la ciudad de Buenos Aires. Las imágenes incluyen testimonios de las causas de la Escuela de Mecánica de la Armada, el plan sistemático de robo de bebés y el Vesubio, entre otros casos. El número es enorme y no incluye aún los registros que realiza, a través de otros convenios, en otros 24 juicios del resto del país. El material es de la Justicia. Pero en medio de lo que aún es un trabajo experimental, las autoridades del Incaa señalan que las secretarías de derechos humanos provinciales y de la Nación conservarán copias y el acceso público se producirá una vez que las sentencias queden firmes. 
"Esta es una experiencia nueva y particular”, dice la presidenta del instituto, Liliana Mazure. “El registro de los juicios es parte de una política audiovisual; es extraordinario el modo en el que en los juicios surge la mirada que primó no sólo durante la dictadura, sino también en los últimos años en cada provincia. Los juicios muestran la identidad de cada lugar, qué ocurrió, cómo se movió el poder y cómo se movió también quien contaba la historia. Los registros ahora dan cuenta de que la historia se cuenta desde otro lugar: el relato audiovisual no es una voz más, cuando decimos que tienen que expresarse todas las voces, esta es una de las voces que faltaban.”
En el tercer piso del Instituto, Mazure espera con una parte del equipo del mundo del cine que trabaja en Comodoro Py. Están ahí quienes tienen en mano el trabajo de campo en un espacio que aún tiene trazos de exploración. 
Como recuerda Liliana Vaccaro, otra integrante del equipo, se abrieron paso en las provincias a veces explicando ante los Tribunales: “Fíjense en las universidades, tienen glamour pero van a ver que es gente tan seria como la de la Justicia”. Cuando el primer equipo llegó a los Tribunales de Retiro, encontró que los registros “legales” sólo se hacían en cassettes o las grabaciones las hacía la policía en planos generales, fijos y con lógica de “cámara de seguridad”. ¿Qué pasó con sus miradas en este tiempo y con las restricciones que les impedían detenerse más de pocos segundos en un primer plano de un imputado? ¿Qué mira la cámara? ¿Cómo es la relación de ese ojo con los represores? ¿Cómo es la articulación entre las políticas de memoria y las lógicas jurídicas? Algo de esto analizan en este diálogo. 
Aunque antes Mazure anuncia que el 1° de marzo harán un primer encuentro de formación e intercambio con quienes registran estos juicios en todo el país.
–Vamos a hacer un encuentro con todos los participantes que filmaron –dice–. Tanto de las instituciones que firmaron los convenios como los registrantes de las salas de los juicios. Decidimos que será el 1° de marzo porque queremos que vengan todos. Que unos días antes nos manden un informe para tener una primera visión de los trabajos en cada lugar y armar así los talleres para la jornada. Son talleres cerrados, serán entre 100 y 120 personas que participaron de manera directa. Será para intercambiar experiencias y sacar un resultado del trabajo que tiene que ver con el aporte a la memoria, la verdad y la justicia; el aporte a la historia del país y con lo que pasó en cada juicio que tiene que ver con los testimonios, pero también los requerimientos, alegatos y todo lo que sucede que aporta a nuestro relato, nuestra historia como país. Creemos que es una oportunidad extraordinaria porque sin esto todos los relatos de cada lugar no hubieran surgido.
–¿Hubo alguna demanda?
–No, surgió.
Vaccaro: –Nosotros siempre decimos que no somos la Secretaría de Derechos Humanos, no somos un organismo querellante, somos la política audiovisual del país, entonces busquemos la mirada y el aporte de nuestros profesionales.
A la derecha de Mazure se sentó Gustavo Mosquera, director y guionista de cine, ganador por su película Moebius en 1997 del premio a Mejores Nuevos Directores del Museo Metropolitano de Arte Moderno de Nueva York, hoy a cargo de lo que a veces parece la odisea de la grabación en Comodoro Py.
–¿Cómo fue al comienzo?
–En realidad, tuvimos que hacer una adaptación muy particular. El profesional del medio audiovisual tiene que hacerlo tanto si viene de una universidad, de una escuela o la industria. Llegás con esa mentalidad a meterte en un submundo, por así decirlo, muy particular. Nos metimos en el ámbito de la Justicia que a la vez tiene submundos: quién filma, quién maneja las cámaras, había gente de la Policía Federal, de Eventos... Uno se mete ahí y hay que empezar a abrirse camino para ver cómo colocar la formación en ese espacio. No es lo mismo cuando te abren la puerta y dicen acá tenés la cámara, filmá, hacé lo que quieras. Acá, cuando preguntabas: ¿nosotros somos los directores? “No”, nos decían, “los directores son los jueces”. Eso cambia todo. O preguntabas: ¿quién está al mando de la cámara? ¿Jueces o gente de los jueces? Y decían: “No, gente de otra división”. La pregunta para nosotros era cómo adaptar todo para que nuestra formación obtenga lo mejor. Al comienzo había limitaciones increíblemente altas que pudimos ir bajando.
–¿Como cuáles?
Rocío Santos: –Los tamaños de plano, por ejemplo. Llegamos a tener una reunión con un Tribunal que nos pautó que no se podía hacer paneos, o estar más de tantos segundos con la cámara detenida en la cara de un imputado. ¡Por segundos! O no querían que grabáramos a los jueces. Yo arranqué en noviembre de 2009 y soñaba con un montón de cosas. Cuando fuimos a la práctica nos encontramos con la Policía Federal al lado de las cámaras, al lado de la cabina. Me acuerdo que cuando hablaba un testigo, por ejemplo, y se levantaba, lo acompañábamos con la cámara. El Tribunal nos planteó que eso connotaba que estábamos (en sentido figurado) con el testigo. O después entregábamos el material y del material no sabíamos más nada. Fue muy gradual ir ganando terreno.
Mosquera: –De hecho, otro tema fueron los archivos. Ahora no pasa tanto. Pero si estás obligado a registrar y entregar el material porque no te podés quedar con nada: ¿qué pasa cuando el material se va? ¿A dónde se va? ¿Quién lo guarda? Cuando uno lo pide para hacer el verdadero registro ¿por qué te dicen que no está? Nos han regrabado material y ha pasado de todo. Cuando entramos, el material se grababa en VHS en una calidad horrible. Las primeras audiencias no se pueden mejorar. Se puede guardar mejor, pero es un material que incluso fue sobregrabado.
–¿Qué pasó luego?
Rodrigo Paz Paredes: –Es importante decir que para el juicio el formato audiovisual no era un formato oficial, no era legal, no figuraba en ningún acta. Al Tribunal le interesaba sólo que los videos circularan entre las partes. El único material “legal” era el cassette de audio, usaban TDK de cinta. Todo lo demás era como un souvenir. La policía lo grababa y la mirada era de “cámara de seguridad”: sólo importaba el audio para la desgrabación, había una cámara super amplia, un plano recontra general, inmóvil, estático, no importaba si el testigo o quien hablaba se había ido de cuadro. Entramos nosotros y entró la sensibilidad, un plano más subjetivo, un contacto distinto con la realidad.
–¿Como definirían ese choque?
Laura Rodríguez Badillo: –Antes nos pasaba enfocar a un imputado y automáticamente venía alguien a decirnos que no. No podíamos tener primeros planos de los jueces o enfocar al público. Era todo no, no, no. Hubo jueces distintos. También nosotros nos tomamos algunas libertades como para correr límites. Tuvimos primeros planos de Astiz, de Acosta. De a poco las cosas fueron cambiando. Hoy no tenemos al personal de comunicaciones de la policía al lado nuestro.
Paredes: –Creo que también hubo una evolución nuestra: ir encontrando un lenguaje que ajustara nuestra sensibilidad y una “objetividad” entre comillas. Entender que también somos una herramienta para la memoria.
–¿No hacen cine?
–Hacemos un lenguaje testimonial, dentro de todo, clásico. De manera que el verdadero narrador de los juicios sea luego el montajista o la persona que decida contar un documental o usar este material para contar algo. En ese sentido, creo que terminamos institucionalizando nuestro lenguaje en términos de la técnica o el lenguaje del testimonio puro, del testimonio de memoria.
–¿Como género específico?
–Creo que jueces y tribunales hicieron un proceso. La idea de que un juicio sea oral y público y a la vez sea grabado y televisado era un problema para ellos. El TOF 5, por ejemplo, fue uno de los que más problemas generó, pero mas allá de nosotros: creo que los hipersensibilizaba que el juicio se filmara y que hubiera primeros planos. Otros tribunales no. (La jueza María del Carmen) Roqueta nos dio mucho espacio. En las inspecciones oculares a los ex centros clandestinos habilitó un espacio exclusivo para las cámaras: iban el testigo, la cámara y los jueces. Nos transformamos en una herramienta; el registro es un testimonio documental que sirve para abogadas, querellas. Creo que fue el mejor ejemplo de cómo articular nuestro trabajo como una herramienta incluso para el juicio. Y creo que un logro muy importante fue cuando se empezó a hablar de que se usara el material grabado que registramos y no volver a citar a los testigos.

El tiempo real



–¿En ESMA Astiz se escondía de la cámara?
Mosquera: –Esa la sabemos todos porque a todos nos tocó. Astiz se buscó astutamente la ubicación para estar detrás de sus abogados pero en una línea tal que ninguna cámara lo pudiera tomar. Buscó esa bisectriz. Se podría decir que hizo la inteligencia para lograrlo. Estaba atrás de su abogada.
–Ahora volvió a cubrirse.
–Ahora está en otro lugar y es mas fácil tomarlo. Pero ESMA III tiene otra cosa porque los imputados están en los lugares de detención y en la sala hay sobre todo abogados. Y hablando de adaptación, esto nos cambia la cosa: ESMA tiene video-conferencia, son tantos los imputados que colocaron video en Marcos Paz, en Ezeiza. Y tenemos otra variable. Las cámaras nuestras toman a los abogados, y luego viene una señal fría desde el video que tenemos que meter en el recinto, o no, porque los jueces quieren saber si los imputados están. Hay que introducir esa imagen en el relato y luego sacarlo. Y todo esto se hace mientras transcurre el juicio. Uno no puede frenar la filmación como haría en un rodaje, hay que seguir, hay que conseguir el material.
Mazure: –Como la cámara de un reality.
Mosquera: –Es que acá hay otra cosa: nosotros nos estamos metiendo en un hecho real, no podemos torcer el rumbo de ese hecho real. Tenemos que registrarlo, pero no podemos agarrar una cámara y ponernos a pasear, hacer un traveling porque entonces los jueces se vuelven locos. Es importante porque tenemos un límite que es un muy concreto: lograr lo mejor, el zoom nos ayuda, los paneos, pero siempre en una posición quieta. Y a veces, al principio, que nos hemos movido demasiado, hemos tenido algún tipo de freno.

Archivo y acceso

–¿El archivo será de acceso público?
Mazure: –Las consultas públicas se podrán hacer con las sentencias firmes de cada juicio. El archivo va a pasar a formar parte en cada lugar de la Secretaría de Derechos Humanos. También de las diferentes instituciones, de acuerdo con quién se firmó convenio. Quedará una copia en el Archivo Nacional de la Memoria, otra acá. La idea es que esto se difunda lo más posible. Todas las instituciones que quieran tener copia la van a tener en la medida en que tengan dónde archivarlo y puedan pagarse la copia.
–¿Y el Incaa producirá algún material de difusión?
–Nosotros no producimos, queremos visibilizar esta política y esta experiencia desde lo audiovisual. Después, lo que pase creo que va a depender de la Secretaría de Derechos Humanos, cómo se haga la difusión, que por supuesto se trabaja en conjunto, pero no es el Incaa el encargado de la etapa posterior.

Convenio entre el INCAA y Catamarca para filmar juicios tra genocidas


TELAM. Publicado el 17/04/2012
La Gobernadora de Catamarca, Lucia Corpacci y la Presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Liliana Mazure firmaron un convenio para registrar en formato audiovisual los juicios a los genocidas de la última dictadura militar.

"Se trata de verdad, memoria y justicia, de que las cosas queden documentadas para que no se repita una historia tan dolorosa" sostuvo Corpacci, quién destacó la importancia del juicio que comenzará la próxima semana contra Luciano Benjamín Menéndez, Carlos Lucena y Juan Daniel Rauzzino, y que será filmado en el marco de este convenio.

"Durante muchísimo tiempo se negó que estos episodios de violación a los derechos humanos hubieran existido en nuestra provincia" explicó la mandataria, que además recordó la figura de Eduardo Luis Duhalde quién "trabajó mucho para que el juicio sea posible".

Mazure, por su parte, explicó que el acuerdo "es importantísimo porque el archivo queda a disposición de todo el público y tiene que ver con nuestra conformación de identidad".
"El cine tiene una intensa relación con los derechos humanos" resaltó la presidenta del INCAA, que a su vez, calificó de "maravilloso" el momento que se vive en la actualidad ya que "ahora está fomentado por el Estado Nacional lo que en un momento era cine en resistencia".

El acuerdo prevé la grabación de la lectura de elevación a juicio, alegatos, veredicto y sentencia de la causa: "Desapariciones y muertes de Francisco Grego Ponce, Julio Genaro Burgos, Griselda Del Huerto Ponce y Nelly Yolanda Borda contra Luciano Benjamin Menéndez, Carlos Lucena y Juan Daniel Rauzzino".

Hasta el momento el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales ha suscripto convenios con las siguientes provincias Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Santiago del Estero, Mendoza, La Pampa, Salta, Tucumán, La Rioja, Santa Fe, Rio Negro, Entre Rios, San Juan, Misiones, Neuquén y todos los juicios que por delitos de lesa humanidad se llevan a cabo en los Tribunales Federales de Comodoro Py (Capital Federal)


FUE FIRMADO EN CASA DE GOBIERNO

Convenio permitirá preservar material sobre juicios por delitos de lesa humanidad


http://www.diariopanorama.com/seccion/locales_13_1/convenio-permitira-preservar-material-sobre-juicios-por-delitos-de-lesa-humanidad_a_120015
Fue firmado entre el gobierno de la provincia y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). Permitirá coordinar políticas de registración, guarda, conservación y distribución, en formato audiovisual, de las actuaciones y audiencias que se realicen en los juicios por delitos de lesa humanidad, en el marco del Programa Memoria Colectiva e Inclusión Social (Mecis).
[31/05/2012] La firma del convenio se realizó en Casa de Gobierno y en representación del gobernador de la provincia, Dr. Gerardo Zamora, estuvo el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Dr. Ricardo Daives, y la titular del Incaa, Liliana Mazure, quienes fueron acompañados por el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Hugo Figueroa y la Gerente de Acciones Federales del Incaa, Lucrecia Cardozo.

La titular del Incaa, Liliana Mazure comentó que se trata de la creación de “un registro audiovisual de los juicios de lesa humanidad. Esto es para que quede un archivo único de la memoria en el país”.

Explicó que este programa “surgió como consecuencia de un convenio marco que firmamos con la Corte Suprema de Justicia de la Nación donde delega al Incaa la tarea de coordinar esta cobertura audiovisual en todo el país. Coordinamos en cada provincia con el organismo que corresponde para que quede para la historia del país y la memoria un archivo único, que será de libre consulta para quien quiera consultarlo”.

En ese contexto, además detalló que estará destinado a escuelas, porque “es un material público de consulta y aprendizaje incluso”.

“En el caso de Santiago estamos firmando con el Ministerio de Justicia de la Provincia y les estamos dejando material virgen para que se grabe en material de alta definición, de buena calidad, y el Ministerio estará a cargo de esos archivos, y habrá copias para las instituciones que lo deseen”.

Por su parte, el Ministro de Justicia, Dr. Ricardo Daives, transmitió los saludos del Dr. Zamora y especificó que el Ministerio de Justicia “tendrá a su cargo la preservación, conservación y registro de las grabaciones en dicha materia. Asimismo y teniendo en cuenta el valor histórico del material registrado, será necesario promover su consulta e investigación, así como garantizar el tratamiento y uso de la información y testimonios de alta sensibilidad”.


El objetivo del convenio es el resguardo de la memoria colectiva a partir de la preservación, conservación y administración del material audiovisual sobre los juicios por delitos de lesa humanidad.

Del Juicio a las Juntas a los gestos

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/213641-62393-2013-02-11.html





Como director de cine, ¿qué le pasa con lo que escucha en estos juicios?
Gustavo Mosquera: –Lo que siento es que la riqueza de todo esto la da la emoción del relato. Yo vuelvo a la fuente cinematográfica, la emoción es la que te guía. Y esto pasa mucho por el relato de los testigos: cómo lo dicen, de qué manera. Por suerte nosotros agarramos un momento bueno a diferencia del Juicio a las Juntas, en que estaban obligados a mostrar la nuca de la persona y lo único que te llevaba por la fuerza que tenía era lo que se estaba diciendo. No hay gestos. Nosotros tenemos esas posibilidad de pescar los gestos de las personas.
–¿Imagina un documental, hacer algo?
–Hay muchas variables. Dos mil horas nada más de ESMA II, si tenemos cinco o seis mil horas, sólo ver eso para encontrar pequeños momentos que te pueden llevar al corazón del relato, estamos hablando de miles de horas para encontrarlo. Hay que armar una logística bastante grande. Una persona sola en su casa no puede. El juicio es muy estático. No hay forma de que no lo sea: gente sentada emitiendo opiniones técnicas como los abogados, lo que realmente cambia el ángulo de todo y puede llevar a algo fuerte es cuando una persona te está contando lo que le pasó. Lo han vivido todo esto y se te pone la piel de gallina. Y no pasa por lo escabroso sino por los detalles. La cintita de color que le pusieron a una beba para ver si la podían identificar. O ir un bar a tratar de ver todos los bebés o niños, por si había alguien con esa marquita. Esas son las cosas fuertes.
Rodrigo Paz Paredes: –Una de las cosas que más me llama la atención son los testimonios, que lo que están contando es tremendo, dolorosísimo, pero a la vez lo hacen con entereza. En realidad eso transforma al testimonio en un acto de militancia. Esto también es parte de denunciar y continuar, y para mí es algo que capta la cámara en el primer plano: hay como un desfasaje entre el contenido de lo que se está diciendo, y la gestualidad y actitud del que habla. Y ahí no hay victimización sino que aparece algo de lo colectivo.

El ojo de la cámara

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/213641-62394-2013-02-11.html

¿Cómo se registra a los represores?
Rocío Santos: –A mí me llevó años de terapia. Una vez estaba con la cámara, Videla se levanta, le ponen las esposas, trata de agarrar sus papeles y se le caen. ¡Se caen a mis pies! Videla se agachó, se puso en cuatro patas a tratar de agarrarlos, fueron segundos que para mí duraron muchísimo. Yo pensaba: “No te voy a ayudar...”, pero me quedé helada hasta que vi a un abogado que lo ve y con otro se abalanzaron a juntar los papeles.
Laura Rodríguez Badillo: –En una ocasión yo pasaba caminando y Videla se sienta siempre muy derechito y con las piernas cruzadas, con su cuadernito arriba. De pronto levantó el cuadernito, cambió la pierna justo cuando pasaba yo y me pegó en la rodilla. Pero, ¿qué le voy a decir? Una patada es lo más suave que me podría haber hecho...
–¿La cámara los hace reaccionar?
Rodrigo Paz Paredes: –Es muy notorio, a todos les molesta y vos ves algún mensaje al camarógrafo como diciendo “no quiero que me filmes”. Con gestos amenazantes, eso pasa. Son cosas muy llamativas. Vergés, por ejemplo, decía: “No quiero que me filmes”.
Daniela Petta: –Hace unos días pasó uno de los imputados de ESMA III a indagatoria y creo que reaccionó porque estaba medio alterado. Cuando se fue a sentar, yo lo estaba filmando, él caminaba hacia donde estaba yo y arriba de la cámara estaba el monitor y él veía que yo lo filmaba. Entonces me miró a los ojos y me dijo: “No me filmes más”, en mal tono.

Las causas y las horas

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/213641-62395-2013-02-11.html

- Dos mil horas de filmación corresponden a la causa ESMA II.
- Al juicio por crímenes en Orletti, 1550 horas.
- Al circuito Atlético, Banco, Olimpo (ABO I), 720 horas.
- 1520 horas se grabaron en la causa Vesubio.
- 220 horas en el juicio por delitos cometidos en el Hospital Posadas.
- 65 horas corresponden a ABO II.
- Y otras 650 horas, al juicio por el plan sistemático de apropiación de bebés.


No hay comentarios:

Publicar un comentario