sábado, 16 de enero de 2010

L.B.J. de Santiago Alvarez



L.B.J.

Dirección: Santiago Álvarez.
Cámara de Animación: Pepín Rodríguez y Adalberto Hernández.
Edición: Norma Torrado e Idalberto Gálvez
Música: Leo Brouwer.
Trucas: Jorge Pucheaux.
35mm. Blanco y Negro / Color. 18 minutos. 1968.

Sinopsis
Tres asesinatos de tres personalidades políticas norteamericanas que conmovieron a la opinión mundial: L Luther King, B Bob Kennedy, J John Kennedy.
Las iniciales remiten al nombre de Lyndon B. Johnson, Director de la CIA, y luego Presidente de Estados Unidos durante esos asesinatos y la escalada invasora de Vietnam. En el film (que es un antecedente de J.F.K. de Oliver Stone) se prueba que estos asesinatos no pudieron perpetrarse sin el visto bueno de L. B. Johnson.

Es un trabajo sumamente interesante por su montaje y está al servicio de la imaginación.

Este trabajo fue utilizado al cabo de veinte años por Oliver Stone para su película JFK. Incluso Santiago Álvarez le recriminó el uso del material, hecho que el director aceptó y tal vez por ello le regala una copia en 35 mm. de la película.
L.B.J: explica en 22 minutos este “Golpe de Estado”.
"Para mí Johnson es el símbolo del imperialismo norteamericano ambicioso y agresivo", expresó Santiago Álvarez cuando realizó LBJ.


Análisis

LBJ está estructurado en un prólogo, tres capítulos y un epílogo. El texto que antecede a los créditos anuncia ya que la sátira y la burla serán las armas que empleará el director: "El ICAIC se honra en dedicar esta película a uno de los estadistas más ilustres de nuestro siglo, por sus excelsas virtudes ciudadanas y por su relevante devoción a la humanidad". Vemos después las iniciales del nombre del presidente norteamericano metamorfoseadas en siglas mortuorias. Los bloques se centran en los tres cadáveres sobre los que, de acuerdo a Álvarez, se cimentó su carrera política: L (Martin Luther King), B (Bob Kennedy), J (John F. Kennedy). A lo largo de ellos, Álvarez despliega un discurso fílmico en el cual la simbología carga de sentido a lo que se ve y lo que se escucha. Nada es arbitrario, nada resulta superfluo. Por ejemplo, la elección de la música de Carl Orff que acompaña a casi todas las imágenes de Johnson no es fortuita. Debe recordarse que algunas de sus obras alcanzaron gran popularidad en la Alemania nazi, y él mismo fue uno de los poquísimos creadores alemanes que recibió ayuda económica del Ministerio de Propaganda, gozó de inmunidad para no tener que servir en el ejército en tiempos de guerra y fue comisionado para componer una nueva ópera.

Además de Orff, en LBJ se emplean canciones de Miriam Makeba y Nina Simone, aunque naturalmente el contexto ideológico en el que se insertan es otro. Esto obliga a destacar la estrategia aplicada por Álvarez para conformar la banda sonora de sus películas. Dado que optó por prescindir del lenguaje verbal, la música y los sonidos cumplen muchas veces la función que correspondería al narrador.

En LBJ hallamos también del empleo del collage, otra de las técnicas preferidas del cineasta. Todo le viene bien para arremeter contra su enemigo político. Fotos, portadas de la revista Life, dibujos animados, caricaturas, máscaras africanas, fragmentos de noticieros. Las propias películas de cowboys le sirven para presentar satíricamente a Johnson como la encarnación del típico vaquero tejano. Subvierte de ese modo la iconografía hollywoodense, al cargarla con un sentido ideológico muy distinto al original. Asimismo en el epílogo incorpora el color, al mostrar en una pantalla roja la escena de una niña vietnamita que corre convertida en una antorcha humana, tras haber sido alcanzada por el napalm. Establece así un contrapunto con la imagen que se vio antes, en la que el presidente norteamericano aparece cargando a uno de sus nietos. Como fondo, se oye a Pablo Milanés cantar Yo vi la sangre de un niño brotar.
Con LBJ, Santiago Álvarez amplió los horizontes estéticos de su personal manera de concebir el periodismo cinematográfico, al conceder más valor a la imagen como alegoría, como metáfora, como signo.

Carlos Espinosa Domínguez



Apuntes de la Historia

Lyndon Baines Johnson
Nació en 1908 y murió en 1973, en Texas. Sucedió a Kennedy en la presidencia de Estados Unidos cuando este fue asesinado. Luego ganó las elecciones en 1964 y se mantuvo en la primera magistratura hasta 1969.
En su mandato se recrudeció el bloqueo económico contra Cuba prohibiendo todo intercambio entre este país y los Estados Unidos, además de ejercer presiones políticas y económicas con varios países europeos a fin de que suspendieran el comercio con la Isla. Mantuvo la política agresiva para intentar desestabilizar la Revolución Cubana.
Alentó en América Latina las llamadas dictaduras de seguridad nacional, a partir del modelo implantado en 1964 en Brasil. Estas emplearon todos los métodos de la contrainsurgencia moderna, que incluyen el secuestro, la tortura y la desaparición de los detenidos. Desde la tristemente célebre Escuela de las Américas, que por entonces funcionaba en la Zona del Canal, se asesoró y entrenó a connotados represores y torturadores.
La administración Johnson alentó el United States Military Program (MAP) y el Public Safety Program (PSP) a tales fines. De manera especial para asegurar la represión en Centroamérica, se concretó la existencia del Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA) y de un Centro Regional de Comunicaciones en Guatemala.
Un ejemplo del intervencionismo al estilo Johnson: la invasión a República Dominicana el 25 de abril de 1965. La represión desatada a posteriori clasifica como una típica acción de terrorismo de Estado, dada por la victimización de la población civil.
John F. Kennedy
El agente de la CIA Howard Hunt, en su lecho de muerte, afirmó que Johnson había sido el responsable del asesinato de John F. Kennedy, dando como motivo el que quería hacerse rápidamente con el poder, puesto que tras dos años de vicepresidente, veía que las posibilidades de suceder a Kennedy en la presidencia de los Estados Unidos se reducían y tendría que esperar seis años más.
Robert Francis "Bobby" Kennedy
Robert Kennedy falleció a primera hora de la mañana del día 6 de junio de 1968 a los 42 años. Un hombre de 22 años, Sirhan Bishara Sirhan, con ascendentes palestinos, apareció disparando con un revólver del calibre 22 contra la multitud que llenaba el pasillo del Hotel Ambassador de Los Ángeles. Diversas personas resultaron heridas, entre ellas el senador Kennedy al que disparó a quemarropa. Sirhan confesó su crimen por ser contrario al apoyo político a Israel del senador y se le condenó a cadena perpetua.
El presidente Johnson declaró día oficial de luto nacional en homenaje al senador el 9 de junio de 1968, lo cual es muy irónico ya que el propio mandatario no lo quería realmente, además de no soportar ver el carisma y popularidad con el que gozaba Robert por encima de él en esos años. Está enterrado cerca de su hermano John en el Cementerio de Arlington.
Martin Luther King
King era odiado por muchos blancos de todo los EE.UU., los llamados sureños discriminatorio, y los racistas. King fue asesinado antes de la marcha del 4 de abril, 1968, en el balcón del Lorraine Motel en Memphis. James Earl Ray "El Pillo" se declaró autor del asesinato y fue a la cárcel, pero después de algún tiempo reconsideró su confesión. En 1999 Coretta Scott King, la viuda de Luther King y también líder por los derechos civiles, junto con el resto de los allegados a la familia ganó un juicio civil por inculpación errónea contra Loyd Jowers, quien alegó haber recibido 100,000$ por ordenar el asesinato del promotor de la paz y los derechos humanos.
«Quedó muy claro que había muchas personas involucradas, desde la CIA, al Ejército y también la participación de Jowers».

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