miércoles, 30 de abril de 2014

Murió la actriz Norma Pons



La actriz Norma Pons murió en su casa esta madrugada del 29 de abril,  tenía 71 años. La infeliz noticia fue confirmada por su hermana Mimi al programa Intrusos de canal América.
Según se confirmó, se preocuparon cuando la actriz no se presentó para el ensayo de Showmatch, programa en el que iba a participar en el certamen de Bailando por un Sueño y donde ayer hizo una aparición como tía de Tinelli en la apertura del programa.
La muerte de Pons llega en un gran momento artístico y en pleno reconocimiento al encabezar La casa de Bernarda Alba, una obra dirigida por José Muscari.
El cuerpo de la artista fue retirado esta tarde de su domicilio ubicado en la calle Thames por un vehículo de la cochería Zucotti.
Vida y obra de una artista
Junto a su hermana Mimí actuó en radioteatros en Rosario a los 14 años y en los años sesenta, en Buenos Aires, las hermanas Pons se transformaron en cabeza de espectáculos de revistas. Tuvieron participaciones en diversos films.
Pero su notariedad llegó coomo compañera de Antonio Gasalla. En 1996, su actuación mereció el premio Martín Fierro a la mejor actriz cómica. Asimismo, participó en Los machos, Situación límite y Franco Buenaventura, el Profe. En 2007, interpretó a Olga en la versión argentina de Bewitched, remplazando a Adriana Aizemberg. Formó parte del elenco de Aquí no hay quien viva durante el 2008.
En cine se destacó en Sotto voce (1996), cuya actuación le mereció el premio Cóndor de Plata a la mejor actriz de reparto. En 2010 protagonizó la obra Las chicas del calendario en teatro La Comedia.
Iba a participar del nuevo "Bailando por un Sueño" y actuaba en "La casa de Bernarda Alba", obra con la que había ganado el Estrella de Mar de Oro. Se lució en la época de oro del teatro de revista. Y en TV con Antonio Gasalla. 

martes, 29 de abril de 2014

CARINA SAMA PRESENTA SU DOCUMENTAL MADAM BATERFLAI

“Hay que empezar a abrir las puertas”

El film, que se estrena el viernes en el Espacio Incaa Km 0 Gaumont, expone con rigor, pero sin solemnidad, la reflexión de cuatro chicas travestis y una transexual. “Este es un momento para que el género se dignifique”, dice Sama.
 Por Oscar Ranzani
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-32054-2014-04-29.html

Desde 1993, Carina Sama forma parte del grupo Artistas Visuales Minas de Arte, de amplia trayectoria en Mendoza, provincia de la que es oriunda. Justamente durante el rodaje de un amigo en su tierra natal, Sama conoció a Mariana Arancibia, una chica travesti. Desde ese momento, a Sama se le despertó el interés por reflexionar acerca del concepto de feminidad. “¿Por qué se les cuestiona a las travestis ese tema si, en realidad, Mariana era mucho más femenina que yo? ¿Era una cuestión genital o podía llegar a ser una construcción?”, señala Sama los interrogantes que se le abrieron. A partir de entonces y, teniendo en cuenta la diversidad de la población travesti, Sama comenzó a buscar personas que pertenecieran a distintas clases sociales y que tuvieran diferentes edades como “para hacer un muestreo a grandes rasgos”, explica. Todo ese trabajo lo hizo en Mendoza y el resultado lo plasmó en su ópera prima, Madam Baterflai, documental que expone con una gran profundidad el análisis y la reflexión de cuatro chicas travestis y una transexual. El film se estrenará el próximo viernes en el Espacio Incaa Km 0 Gaumont (Rivadavia 1635). Y fue declarado de Interés Cultural por las cámaras de Diputados de la provincia de Mendoza y de la Nación.
La directora recurrió al modelo cabeza parlante, pero termina siendo tan rico lo que expresa cada una de las protagonistas que, con ese recurso mínimo, Sama logra condensar el sentir y el pensar de las personas que, a diario, deben vencer las barreras de la estigmatización social. Cada una de las protagonistas habla sobre cómo las ve la gente en general y cómo viven ellas la identidad travesti. También relatan sus años de estudiantes y si vivían en estructuras familiares muy rígidas que les impidieran expresar lo que realmente sentían. Con el correr de los minutos, el documental gana en intensidad cuando recuerdan cómo los contaron a sus familiares la decisión y cómo fue tomarla en una sociedad que tiende al conservadurismo respecto de este tema. También detallan las modificaciones que se practicaron sobre sus cuerpos a través de operaciones que les devolvieran juventud y cómo sintieron los cambios que les provocaron la aplicación de hormonas. Además, reflexionan sobre sus viejas amistades y cómo viven, desde entonces, las relaciones familiares. Algo muy rescatable en Madam Baterflai es que se trata de un trabajo realizado con una seriedad que es para celebrar, pero que al mismo tiempo no necesita caer en la solemnidad.

–¿Cómo analiza la estigmatización del travestismo tanto en la sociedad como en los medios?

–Creo que los medios también responden a lo que quiere la gente. Entonces, en general, tiene más punch el tema de la cosa más sórdida, de la cosa más morbosa. Yo empecé a hacer el documental en 2010. Después de la primera entrevista, se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario, que fue como una explosión. Y en 2012, ya teníamos la Ley de Identidad de Género. Entonces, fueron muchos cambios desde el momento en que empecé a hacer el documental. Y creo que esos cambios también dieron una apertura. Ahora la gente ya está mirando otra cosa. De todos modos, estamos muy adelante en lo judicial y muy lejos en lo social. Yo estuve en un festival en Brasil y una de las cosas que me preguntaban era: “Ustedes que ya tienen la Ley de Identidad de Género, ¿ya todo es mucho mejor?”. Les dije: “No, ustedes acá tienen la parte social mucho más aceitada que la judicial”. Porque ellos no tienen las leyes.

–Pero este nuevo contexto político de ampliación de derechos abre un panorama para ese cambio social que usted señala que todavía no llegó...

–Totalmente. En ese sentido, es una de las puertas que se abren. Si ya se abrió la puerta desde lo jurídico, van a abrirse más puertas. En el documental dicen que la ley es un piso, que no tiene techo. Y es cierto porque, en realidad, ahora hay que empezar a abrir las puertas. Este es un momento para que el género se empodere un poco, que se dignifique. Yo descubrí específicamente que el nudo de la cuestión está en el despertar sexual. A los doce o trece años ya no pueden ocultar más la homosexualidad, en algunos casos. Y quieren otra cosa. Que te traten de “puto” en la escuela y esa cosa de segregarte empiezan a causar problemas en la casa, porque los vecinos empiezan a darse cuenta y todo eso. Hay familias que se lo bancan y hay otras que no.

–¿Por eso eligió que en el documental testimonien algunos familiares?

–Yo elegí la familia de Mariana. El papá le dijo: “Vos sos mi hijo y vas a ser mi hija. Yo, en realidad, lamento no haberme dado cuenta antes de criarte como una nena para que no tuvieras que bancarte lo que te va a tocar vivir en esta sociedad”. Me pareció un amor de padre hacia su hija muy conmovedor. Y ellos son de clase muy humilde. El padre me contaba que no tuvo siquiera educación primaria. Y hay gente que se siente tan preparada, tan inteligente y no se da cuenta de que todos somos seres humanos.

–¿Gran parte del prejuicio radica en que la gente se guía por la apariencia?

–Absolutamente. Una de las protagonistas, Joseph, que es budista, dice: “Lo importante no es cómo sos, sino qué hacés con lo que sos”. Creo que ésa es la frase que define a todo el género. ¿Qué hacés con lo que sos? Si sos mejor persona o no.

–¿Hacer este documental le permitió un aprendizaje sobre el tema?

–Cada vez que terminaba cada una de las entrevistas, salía shockeada. Realmente era como que me abrían un mundo nuevo. ¿Vio eso de sacarse un poco la cortina que uno no sabía que tenía? Lo expone a una situación que uno no sabe que existe.

–Madam Baterflai debería verse en las escuelas. ¿Hay algún proyecto en cuanto a esa posibilidad?

–Cada vez que hemos proyectado el documental, la misma gente que se queda al debate pide que lo pasemos en las escuelas. El Instituto califica la película y Madam Baterflai está calificada como prohibida para menores de 16 años. Mi interés es pasárselas a los maestros y a los profesores, porque son ellos los que hacen de balancín en el grupo. Si la escuela contiene, la familia puede aguantar un poco más hasta poder entender de qué se trata.

domingo, 27 de abril de 2014

Descubren obra inédita digital de Andy Warhol

CON MUCHÍSIMO TRABAJO Y PACIENCIA, EXPERTOS EN RECUPERACIÓN DE INFORMACIÓN DE FORMATOS MUERTOS LOGRARON RECATAR VARIOS DIBUJOS ORIGINALES QUE HIZO WARHOL EN AMIGA 1000 EN 1985.

http://pijamasurf.com/2014/04/descubren-obra-inedita-digital-de-andy-warhol/

Museum of Art acaba de anunciar un importante descubrimiento. Recobraron antes desconocidas piezas de arte  de Andy Warhol, que estaban guardadas en disquetes de Amiga desde 1985.
Warhol creó estas obras con Graphicraft, y se necesitó muchísimo amor y paciencia para sacar los documentos de allí. 
Quizás la historia de cómo lograron extraer las obras sea más interesante que las obras mismas, a menos que seas un mega fan de Warhol. Sus experimentos en este software fueron producto de una comisión por parte de Commodore International para demostrar las capacidades de arte gráfico de la computadora personal Amiga 1000. Creados por Warhol en un hardware prototipo Amiga con su inigualable estilo visual, las imágenes recobradas revelan una exploración temprana del potencial visual de herramientas de imágenes, y muestran nuevas maneras en que el artista americano estuvo adelantado a su tiempo.
El 10 de mayo, el Carnegie Library Lecture Hall presentará un documental sobre la recuperación de las obras, llamado Trapped.
704px-Amiga_1000DP
1_Andy_Warhol_Andy2_1985_AWF_475px
2_Andy_Warhol_Campbells_1985_AWF_475px
3_Andy_Warhol_Venus_1985_AWF_475px

sábado, 26 de abril de 2014

La Patagonia rebelde,el film perseguido

Por Osvaldo Bayer
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-244941-2014-04-26.html
Se cumplen ya cuarenta años del film La Patagonia rebelde,(13 de junio de 1974) al que podríamos calificar de “El film perseguido”. Pocas veces sucedió aquello de que se prohibiera una obra histórica con tanta insistencia y agresividad. 
Recuerdo aquel 1973, cuando el director de cine Héctor Olivera me llamó por teléfono y me dijo: “Anoche me quedé leyendo el primer tomo de su libro sobre las huelgas patagónicas y hoy he resuelto que será mi próximo film”. Nos encontramos con él al día siguiente y el productor Fernando Ayala y firmamos el contrato. Ese mismo día comencé a redactar el guión. Fue presentado a la censura que existía en aquel tiempo. Era presidente Cámpora, un hombre amplio. Octavio Gettino, un conocido cineasta, estaba a cargo del Ente de Calificación Cinematográfica y aprobó de inmediato el guión sin modificar ni una coma. Y de allí pasó al Instituto Nacional de Cinematografía, donde su titular, el cineasta Mario Soffici, otorgó los fondos para la realización del film, sin pestañear. Pero todo no iba a ser tan fácil. 
El período de Cámpora fue apenas una primavera. Ante el regreso de Perón con López Rega, Cámpora renunció para que se hicieran nuevas elecciones y pudiera ser elegido el general como presidente de la Nación. En lugar de Cámpora, el peronismo colocó nada menos que a Lastiri como sustituto en el cargo de presidente provisorio hasta que se hicieran las nuevas elecciones. El único título de Lastiri era ser yerno de López Rega, ya que no tenía ningún pasado político. De inmediato, las cosas comenzaron a cambiar. Una de las primeras medidas que tomó Lastiri fue prohibir mi libro Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. Sentí que se derrumbaba mi mundo de ilusiones. Pensé que también iba a correr el mismo peligro el film La Patagonia rebelde. 
Pero, igual, comenzamos a filmar y marchamos a la lejana Santa Cruz. Allí, el gobernador Jorge Cepernic nos dio todo su apoyo. Es que él era precisamente hijo de un huelguista del ’21. Luego, pagaría muy caro el apoyo que nos prestó. En el gobierno de Isabel Perón, Cepernic fue detenido, puesto a disposición del Poder Ejecutivo y pasó cinco años preso. 
El me relató que preguntó al director de la cárcel si lo habían puesto en prisión por su gobierno de Santa Cruz y éste le respondió: “No, usted está preso por haber permitido filmar La Patagonia rebelde en suelo santacruceño y haber puesto a la policía santacruceña a disposición de la filmación para que hiciera del Ejército, el 10 de Caballería, el regimiento que en su tiempo envió Yrigoyen a reprimir la huelga del ’21”. Realidades argentinas.
La filmación fue algo épico. Contamos con la ayuda de todo el pueblo santacruceño. Todos querían actuar y ser “extras”. Fueron días de mucho trajín y plenos de entusiasmo. 
De Buenos Aires llegaban rumores de que la película no le gustaba a Perón, quien ya se había hecho cargo de la Presidencia de la Nación. Pero la solidaridad el pueblo santacruceño nos daba cada vez más ánimo. Finalizada la filmación de exteriores en el lejano sur, comenzamos con los interiores en los estudios San Miguel. Mientras tanto, el guión había llegado a manos militares y éstos hicieron saber que no iban a permitir el final que estaba pensado: cuando las putas de San Julián impidieron entrar al prostíbulo a los soldados fusiladores de peones rurales. Un verdadero final épico y verdadero para un film histórico. Los militares dijeron que saldrían a la calle el día del estreno y no permitirían que se estrenara el film. Hubo un tira y afloja y finalmente accedimos poner otra escena final para poder así hacer conocer el tema de la represión de las huelgas patagónicas, un tema tan escondido siempre.
Pero los problemas seguirían. En esa época, los films, una vez terminados, eran sometidos a otra prueba de censura. El nuestro debía ser aprobado para su exhibición por un comité integrado, entre otros, por un miembro de las Fuerzas Armadas. Quien, una vez visto el film, se retiró diciendo que él no iba a aprobarlo porque “difamaba a las Fuerzas Armadas de la Nación”. Y esto no era así porque no se las “difamaba” sino que se reproducía en pantalla la verdad histórica, es decir, cómo se aplicó la pena de muerte. 
Al no ser aprobado el film, quedó en el “limbo”: ni rechazado ni aprobado. Permaneció así durante semanas, hasta que finalmente la presión de la opinión pública hizo que se aprobara la exhibición. Más, después de que La Patagonia rebelde había obtenido nada menos que el Oso de Plata en el Festival Internacional de Berlín de 1974. Se estrenó en el cine Broadway, con grandes aplausos. Fue un éxito total de público. Pero las cosas no seguirían así. López Rega y sus Tres A pudieron más y el film fue prohibido el 12 de octubre de ese año. Y condenados a muerte el autor del guión y los actores protagonistas. El comunicado de las Tres A daba 24 horas de plazo a los condenados para que dejaran el país. Comenzaba así un largo exilio para los principales actores y para mí, el autor del libro. Exilio que fue prolongado con la llegada de la dictadura de la desaparición de personas.
Casi una década después, caída la dictadura, pudimos regresar al país los exiliados y el film pudo darse nuevamente. Fue un éxito total aquel enero de 1984. Todavía resuenan en mis oídos los aplausos del público cuando en la pantalla volvía a verse la epopeya de los peones patagónicos y su injusta muerte bajo las balas del Ejército Argentino.
Así quedó para la historia La Patagonia rebelde, que costó el exilio a los principales actores y al autor del libro y guión. A veces pueden pasar muchos años, pero finalmente la ética triunfa, pese a dictaduras, armas, prohibiciones, cárceles y crímenes. Los dictadores están sepultados en el olvido o en cárceles de la democracia. La verdad histórica se impone pese a amenazas, persecuciones y prohibiciones.

27 de abril "Día del Cine Argentino en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires " (desde el 2007)

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
sanciona con fuerza de Ley

Artículo 1°.- Institúyase el día 27 de abril de cada año como el "Día del Cine Argentino en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires".

Artículo 2°.- Durante la jornada establecida en el art. 1° de la presente, el Poder Ejecutivo, a través de la autoridad de aplicación, proyectará en todos los complejos y centros culturales pertenecientes a la Ciudad, películas de realizadores argentinos. Se propiciará que las proyecciones estén divididas en diferentes turnos. Los criterios de selección de las películas tenderán a solventarse en la diversidad de género y la variante cronológica.

Artículo 3°.- El acceso del público a cada función será libre y gratuito durante toda la jornada.

Artículo 4°.- El Poder Ejecutivo, a través de la autoridad de aplicación, invitará a las cámaras representativas que aglutinan a la industria cinematográfica y a las demás instituciones vinculadas con la actividad para que se incorporen a esta iniciativa promoviendo actividades de similares características a las enunciadas en el art. 2° de la presente.

Artículo 5°.- Comuníquese, etc.

SANTIAGO DE ESTRADA
ALICIA BELLO

LEY N° 2.492
Sanción: 1º/11/2007
Promulgación: Decreto Nº 1.711/007 del 23/11/2007
Publicación: BOCBA N° 2821 del 29/11/2007


Se estableció para el día 27 de abril, en memoria de la película “Tango!”(1933), que inauguró la etapa del cine sonoro en nuestro país. Actuaban y cantaban: Luis Sandrini, Tita Merello, Libertad Lamarque, entre otros.




martes, 22 de abril de 2014

GASTON PAULS COPROTAGONIZA FERMIN JUNTO A HECTOR ALTERIO

“Me atrae un personaje que está en el mundo para aprender”

En el film de Hernán Findling y Oliver Kolker, el actor encarna a un psiquiatra que se relaciona con un paciente que sólo habla recitando letras de tango. “Es un hombre con ganas de conocer un poco del otro”, dice sobre su rol.
Por Oscar Ranzani
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-31980-2014-04-22.html
Si bien sus primeros pasos los dio en la televisión, en la actualidad Gastón Pauls está enteramente dedicado al cine. Y no sólo en su faceta actoral: próximamente debutará como director de una ficción sobre el padre Carlos Mugica, que lo tiene día y noche trabajando. Como actor, su cara volverá a verse en la pantalla grande a partir de este jueves, cuando se estrene Fermín, largometraje dirigido a cuatro manos por Hernán Findling y Oliver Kolker, que marca el retorno del gran Héctor Alterio al cine argentino. Pauls compone al joven psiquiatra Ezequiel Kaufman, quien comienza a trabajar en un neuropsiquiátrico público. Entre sus pacientes, hay uno que le llama poderosamente la atención: Fermín Turdera (Alterio), quien sólo tiene a su nieta Eva Turdera (Antonella Costa) como único familiar. Lo llamativo de Fermín es algo que los profesionales no comprenden de este paciente, pero que Kaufman sabe descubrir: Fermín se expresa únicamente a través de frases de tangos. A partir de este descubrimiento y de una estrecha relación entre el psiquiatra y su paciente, Fermín revelará la época del Buenos Aires de los ‘40 y con ella su vida particular y su pasado.
Generalmente, cuando a Gastón Pauls le ofrecen participar de un proyecto, se juntan dos o tres razones en su cabeza para aceptar. En este caso, uno de los motivos por los que dio el sí estuvo vinculado a que en la historia había algo del tango. “Había algo de la relación con mis abuelos y mis viejos, que me hicieron escuchar tango de chico de una Buenos Aires que lentamente empieza a irse”, dice el actor. Otra de los razones por las que Pauls se sintió a gusto con Fermín fue tener al lado a un peso pesado de la actuación como Héctor Alterio. “Es la segunda vez: trabajé con Héctor en El último tren, una película uruguaya con Federico Luppi, Pepe Soriano, él y yo. Y me enamoré del viejo. Primero, Héctor es un tipo increíble, hermoso como persona. Y después es un compañero delicioso, tiene muy buena onda constantemente, es generoso, tranquilo y está lejos de cualquier demagogia, egocentrismo y vanidad... algo que en este medio es bastante común”, comenta.
Para Pauls no fue complejo construir el personaje del médico psiquiatra. “Es un hombre con ganas de conocer un poco del otro. Va a un psiquiátrico donde no les dan mucha bola a los pacientes, se los trata como locos y para los especialistas no hay ninguna particularidad en ellos. A mi personaje le interesa ver qué es lo que le está pasando al otro. Además, me parecía atractivo que es un tipo que quiere conocer, pero no sólo quiere conocer al que está enfrente. Está en este mundo para aprender y eso me atrajo”, admite.

–También es un psiquiatra que tiene una mirada humanista sobre los enfermos y una postura antiverticalista de las instituciones. ¿Coincide ideológicamente con el personaje?

–Sí, en ese sentido me encanta. Este personaje es como que dice: “Entiendo que acá las reglas sean éstas, pero intentemos si probando por otro lado, saliendo un poco de eso, logramos mejores resultados”. Vengo de hacer una peli llamada La educación prohibida, que habla un poco de poner en duda la educación tal como la recibimos. Y hablo a nivel mundial.

–Con relación a si coincide ideológicamente, ¿alguna vez le pasó que un personaje le haya generado un conflicto interior?

–Sí. Igual, me parece que eso pasa con todos. En un punto, la idea es que te generen por lo menos duda. Que tengas que preguntarte: “¿Y para dónde voy? ¿Cómo lo hago? ¿Y cómo es? ¿Y por qué es así?”. Con alguno te puede pasar eso más cuando está muy distanciado ideológicamente o emocionalmente de lo que sos. Pero aun si más o menos estás cerca, para poder representarlo entrás a evaluar y a juzgar un montón: “A ver si lo que creo es tan así y lo que este personaje cree es tan así o también él tiene dudas, a pesar de decir lo que dice”.

–Si tuviera que elegir un personaje con el que lo identifique la gente, ¿cuál sería?

–Hay dos, sobre todo por lo que me dicen: el de Nueve Reinas, con relación a lo que ocurre en la historia, pero del que más me hablan es del de Iluminados por el fuego. En realidad, la gente me habla más de Iluminados... después de diez años que de otras. Evidentemente, es una peli que debe haber tocado algo acá. Fue una de las primeras que tocaba el tema de la guerra de Malvinas tan profundamente.

–Y son dos personajes totalmente antagónicos...

–Le preguntaban mucho a Bielinsky si él había querido hacer una radiografía del argentino; esto de que todo el tiempo el pez más grande se come al chico y que siempre hay un pez más grande por comerte. Y Fabián decía: “No, fue una historia chiquita que se me ocurrió. No estoy sacando ninguna radiografía ni haciendo un análisis sociológico del porteño”. En cambio, Iluminados por el fuego sí era una radiografía, o por lo menos una fotografía personal de Edgardo Esteban y de Tristán Bauer sobre lo que había pasado en las islas Malvinas, en el continente durante la guerra y en el continente poscombate.

–¿Y qué pasa cuando el actor admira al personaje que tiene que interpretar?

–Una de las opciones es que uno se deje obnubilar, seducir, enamorar por el personaje. Es como que uno dice: “Que tome posesión de mí, que me lleve”. Pero creo que igual es peligroso porque pierde objetividad, detalles y contradicciones que puede tener el personaje. A mí me atraen los personajes cuando son contradictorios; cuando tienen una contradicción, a veces, visible y, a veces, muy sutil y casi imperceptible, pero que está ahí. Cuando un actor me gusta es porque muestra, pero también porque está escondiendo algo. Uno ve que hay algo más ahí. En realidad, por ahí es solamente el conflicto, el pensamiento de ese personaje. Podés dejarte enamorar y que gobierne el personaje, pero en un punto es casi imposible porque más allá de que el personaje gobierna, el que sigue manejando los hilos es uno.

–¿Alguna ficción en la que participó le hizo ver la vida de otra manera?

–La película Che, el argentino, de Steven Soderbergh, en la que actué con Benicio del Toro. Algo hablé con Benicio, Soderbergh y con Matt Damon cuando estábamos en rodaje. Yo tenía que interpretar a Ciro Bustos que, para muchos, fue el entregador del Che. Pero hablé con Ciro Bustos, tuve mucha comunicación vía mail y él contaba otra historia. Y eso también me parece atractivo: la historia oficial mediáticamente popularizada frente a la de los verdaderos protagonistas que, en realidad, es completamente diferente a eso que se cuenta. Tenía que interpretar a un hombre que en la película era uno de los traidores, pero me había enterado de que no lo era. No podía cambiar el guión, pero sí traté de llevarlo más a lo que yo realmente creía que había pasado: un hombre obligado y que aun así había intentado confundir a los bolivianos.

–¿Y cuál fue el personaje que más quiso?

–De cada uno tengo algo. Pero si tuviera que elegir uno, podría ser Marcelo, un personaje que hice para Nueces para el amor, de Alberto Lecchi, porque fue mi primer protagónico con mucho desafío. Tenía que componer a un hombre a lo largo de veinte años y me costaba mucho. Era un personaje que compartía con mi hermano Nicolás. El lo arrancaba y yo lo terminaba. Me enamoré de la película, de Lecchi, y me encantó trabajar con mi hermano, con Ariadna Gil y Malena Solda.

–¿Cómo fue su decisión de ser actor en el seno de una familia dedicada al cine?

–El psiquiatra que compongo en esta película podría analizar por qué uno termina haciendo esto. No lo tengo muy claro. En realidad, no tenía ganas de hacer algo que tuviera que ver con el arte. Quería ir por otro lado. No me interesaba mucho. Pero evidentemente hay algo medio genético en la familia. O es ya una costumbre y lo que uno mama de niño termina llevándolo hacia ahí. Mis abuelos paternos eran bailarines; mi abuelo materno era pintor y mi abuela fue actriz de comerciales. Mi vieja es dibujante, mi viejo era productor y actor. En relación con mis hermanos, Nico es músico, Alan es escritor, Cristian es director, Ana es música. Mis sobrinos ya son actores. Es loquísimo porque no hay una bajada de línea.

–¿Y qué le dijeron sus padres cuando decidió ser actor?

–Antes de querer ser actor había querido ser futbolista y me llevaron a jugar a Ferro. Y cuando les dije que quería ser actor, me dijeron lo mismo que cuando les había dicho que quería ser jugador de fútbol: “Bueno, dale, hacelo”. Está buenísimo.

–¿Era de inventar personajes cuando era niño?

–Cuando estaba solo. No me animaba a hacerlo en público. No era el típico niño que amenizaba las reuniones familiares. Al contrario: si tenía que hacerlo en público, me moría.

–¿Y recuerda alguno?

–Había uno que era el que más me divertía: un tímido total, un inseguro. Con algunas cosas de eso, jugaba en Todos contra Juan. En el personaje principal, Juan Perugia, había algunas cosas que le incorporé del personaje que hacía de niño. Era alguien inseguro que no sabía bien dónde poner las manos, cómo caminar.

–La profesión le dio grandes satisfacciones, pero el hecho de haber empezado desde tan joven, ¿le quitó algo en su vida?

–Siento que me dio más de lo que me quitó. Quizá me quitó algunas cosas que son casi inevitables, como la privacidad en ciertos aspectos. Aunque después uno también aprende a cuidarlo lo máximo posible, a pesar de todo. Pero creo que es lo único que te quita esta profesión. Después, todo lo demás para mí son agregados bienvenidos.

–¿Cómo observa la televisión actual?

–No miro, y es literal. Ahora estoy usando la compu para mirar películas. No es que tenga una actitud y una posición crítica ahora porque no estoy. Cuando estaba, tampoco miraba televisión. A veces, ni siquiera miraba lo que yo hacía. Era mi laburo, iba y lo hacía. Algunas cosas ni siquiera las veía al aire. A Todos contra Juan la veía mientras la editaba y la armábamos. Entonces, no es que ahora no miro TV porque no me gusta. La verdad es que siento que hay otras cosas que me van a alimentar más.

–¿Para qué sirven y para qué deberían servir los medios de comunicación?

–Para no ser miedos de comunicación. Hoy más que nunca no son medios de comunicación. Tampoco hablo de un lugar u otro, de que unos son los buenos y otros son los malos. Es una responsabilidad común de todos los que trabajamos en los medios de que no sean espacios para poner en la mira y desde ese lugar apuntar y disparar. Tampoco para provocar. Me parece que hoy justamente tienen que estar en el medio para comunicar. Cuando digo comunicar, me refiero a comunicar a unos con otros. Tienen que ser puntos de encuentro, estar en el medio de la comunicación entre dos personas. Y me parece que eso no se está logrando. No es solamente un tema argentino: basta ver lo que es CNN y las grandes cadenas de incomunicación que lo que están generando es que cada vez haya menos comunicación entre las personas y que cada vez haya más dependencia de lo que aparece en un papel, en una pantalla o en una radio. Es literal: para saber si hace frío o calor, la gente enciende la televisión y no sale a la calle un segundo.

–¿De dónde surge su interés por las causas sociales?

–Es intentar desde el lugar que uno tiene tener los ojos abiertos. Después, uno vive con las contradicciones propias, con la contradicción del otro y con la del mundo. Pero lo seguiré haciendo. Hace nueve años que tengo una fundación y, en realidad, la armé justo en el momento en que terminaba de hacer Ser urbano. O sea que dije: “Estoy viéndolo y estoy poniéndolo en pantalla, pero necesito hacer algo más”. Y armé la Casa de la Cultura de la Calle, que ya lleva nueve años.

–¿Cuáles son las injusticias que más le indignan?

–A esta altura, la mala utilización del poder que, en general, es muy complejo. O la errónea interpretación de lo que es el poder. Hay una frase de Hélder Câmara, que fue un líder del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo: “Hay que ascender a la clase pobre”, decía hace cincuenta años. En general, el poder está entendido como: “Empiezo a mirar a todos desde arriba”. Y no estoy de acuerdo con eso. Tampoco sé cuál es el camino, no tengo respuesta, pero por lo menos me lo planteo. Pensar “hoy tengo un programa de televisión dos horas por día y destrozo a quien se me ocurra” o “tengo un diario o una radio y desde ahí porque soy capanga y me siguen tres millones de personas digo lo que se me ocurre” es para mí una mala interpretación del poder. Es una falta de responsabilidad enorme.

–¿Cómo se lleva con la fama? ¿Qué diferencias encuentra con el éxito?

–Voy a responder con una idea que la expusimos en Todos contra Juan porque es mi posición con respecto a eso. A mí lo que más me va a importar en esta vida (de hecho, es lo que más me importa) es que sobre el final de mis días, así sea en uno o cien años, porque uno no sabe cuánto va a vivir, haya cinco personas en el teatro que me aplaudan: mi mujer, mis padres si están, mis hermanos y mis hijos. No me interesaría tener el teatro lleno. Para mí, ése es el éxito: que los cinco que saben quién soy, que literalmente saben quién soy, me aplaudan. Para la fama, no respondería yo, sino que les diría que lean la letra de la canción de Alejandro Lerner “Canción de fama para no dormirse”. Es genial. Es sobre un hombre que un día se encontró una fama y que la fama empieza a crecer, crecer y crecer hasta que un día se da cuenta de que la fama le devora todo y termina saliendo tempranito a la mañana con la fama durmiendo. Sale sin la fama a caminar. Y ésa es la vida.


Fermín

• Titulo original: Fermin (Argentina-2013)
• Género: Drama
• Elenco: Héctor Alterio, Gastón Pauls, Luciano Cáceres, Antonella Costa, Luis Ziembrowski, Dalma Maradona
• Director: Oliver Kolker, Hernán Findling
• Guión: Oliver Kolker
• Fotografía: Claudio Beiza
• Música: Lisandro Adrover
• En cines: Abril 2014
• Sinopsis: El Dr. Ezequiel Kaufman entra a trabajar como médico en un neuropsiquiátrico. Entre sus pacientes descubrirá uno en particular, Fermín Turdera, que tiene un único familiar: su nieta Eva, criada por él. Internado por más de 10 años, Fermín reúne características peculiares no comprendidas por otros médicos. Ezequiel descubre que sólo se expresa a través de frases que ha escuchado en tangos. A partir de este descubrimiento y una intensa relación entre el psiquiatra y su paciente, Fermín revelará la gran época y costumbres de la Argentina de 1940, la relación con sus amigos más íntimos, los celos y traiciones y a Zulma Prando, su gran amor.


lunes, 21 de abril de 2014

20 de Abril aniversario de la muerte de Cantinflas


 IMCINE CS/ 127/ 2014
 
Cantinflas, un referente de la cultura popular
 
 
*El próximo 20 de abril se conmemora el aniversario luctuoso de Mario Moreno Cantinflas
 
En su momento, Charles Chaplin lo llamó "el más grande comediante del mundo"; 
merecedor de premios nacionales e internacionales, Mario Moreno Cantinflas es un referente 
obligado en la cultura popular nacional.
 
Películas como El padrecito (1964), El profe (1971) y El barrendero (1982), entre otras,
permanecen en la mente del público con cariño y nostalgia.
 
Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes nació un 12 de agosto de 1911 en la Ciudad de México, proveniente de una familia humilde; sus padres fueron Soledad Reyes y Pedro Moreno, empleado del servicio 
postal.
 
Desde pequeño tuvo una vida activa, era retraído pero simpático, peleonero y dicharachero a 
la vez, incluso llegó a ser un fugaz boxeador en su adolescencia, de hecho, el cineasta Juan 
Bustillo Oro narraría que “Mario y yo fuimos pupilos del boxeador Carlos Pavón, el Sheik de 
San Miguel”.
 
Asiduo a los bailes, Cantinflas con su forma de ser se ganaba la amistad de todos. Era buen 
bailarín, gustaba del tango, el vals y la rumba.
 
Inicia su carrera en el mundo de las carpas, lugar donde conoce a Valentina Ivanova, de 
origen ruso, con quien contrae nupcias el 27 de octubre de 1936.
 
Cantinflas trabajó en el salón Rosete de la calle de San Antonio Tomatlán, cerca de la 
Merced, era anunciado como Cantinflitas parodista. Con la vedette Yoly Yoly hacía el sketch 
El tinaco, la bailarina fue quien le propuso usar el atuendo del Chupamirto, personaje de 
una tira cómica de la época.
 
Para 1937 el ya experimentado cómico entra de lleno al cine con No te engañes corazón 
del cineasta Miguel Contreras Torres.
 
El ingenio y el arte de hablar sin decir nada, caracterizaron a Cantinflas, además de su 
peculiar vestimenta que se adaptaba al personaje que interpretaba en el cine.
 
Ahí está el detalle (Juan Bustillo Oro, 1940) es el filme que lo catapulta en la industria 
cinematográfica nacional e internacional, su personaje de Cantinflas marcó a la audiencia de
tal manera que pudo sentirse identificada con este papel y con su peculiar lenguaje.
 
Con Alejandro Galindo en 1941 realiza Ni sangre, ni arena en donde hace una parodia-
homenaje a la tauromaquia, esta cinta es una de las más taquilleras de su carrera y compartió 
escenas con Pedro Armendáriz.
 
El gendarme desconocido (1941), de Miguel M. Delgado, fue todo un 
suceso pues en este filme Cantinflas interpreta aun guardián del orden, con el cual se ganó 
el reconocimiento de las fuerzas policiacas.
 
El director Michael Anderson invita a Mario Moreno a participar en la adaptación de Julio 
Verne, La vuelta al mundo en ochenta días, la cual se filma en inglés, con partes en 
francés y en español. Su interpretación le valió a Cantinflas el Globo de Oro en 1956.
 
Su siguiente largometraje en Estados Unidos, Pepe (George Sidney, 1960) sería nominado 
en siete categorías al premio Oscar y a dos Globos de Oro.
 
En el año de 1982 se estrena su última producción fílmica, realizada por Miguel M. Delgado, 
El barrendero con las actuaciones María Sorté y Úrsula Prats.
 
Cantinflear, es una forma de hablar mucho y rebuscadamente sin decir algo en 
concreto. En 1992 la Real Academia de la Lengua Española incorporó el verbo y una familia 
léxica en la que figuran el nombre propio de Cantinflas, cantinflada y cantinflesco.
 
En la pasada edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, el realizador 
Sebastián del Amo presentó la cinta de corte biográfico Cantinflas, donde recrea algunos de
los momentos más significativos en la vida del actor. Se tiene contemplado que 
este filme se estrene comercialmente en el segundo semestre de este año.
 
Mario Moreno murió el 20 de abril de 1993 a la edad de 81 años.


domingo, 20 de abril de 2014

Los mitos del laborismo británico

Por  Ken Loach. Director de cine

El famoso cineasta critica el programa partidario de la formación política liderada, en su momento, por Tony Blair

Blair. El ideólogo de la tercera vía coptado por el neoliberalismo.

Todos los días publica The Guardian historias de pobreza desesperada y ataques al suministro de servicios del bienestar. Conocemos los bancos de alimentos, los aprietos de los discapacitados y la crisis de la vivienda. Conocemos la propaganda que convierte a la gente más pobre en chivo expiatorio del fracaso económico. Y nos damos cuenta de la hipocresía de la “misión moral” de Cameron.

Sabemos que las ayudas a la vivienda van a los caseros ricos, que las prestaciones para los pobres con trabajo subvencionan a patronos que pagan salarios de miseria. Leemos que el fraude en prestaciones es una fracción minúscula del presupuesto total del Bienestar, bastante menos que las prestaciones que no se reclaman, y no es nada comparado con la cantidad que se pierde a causa de la evasión fiscal. Pero cuando despotricamos contra la injusticia e hipocresía, no llegamos a hacernos la gran pregunta. ¿Dónde está nuestro contraataque? Debería dirigirlo el Partido Laborista, pero ahí reside el problema.


Los partidos de la coalición proclaman la importancia de la economía de mercado. El laborismo hace otra tanto. La coalición reduce las empresas públicas y priorizan los intereses de las grandes corporaciones y las empresas privadas. Lo mismo hizo el último gobierno laborista. Cuando los trabajadores se organizan para defender empleos, salarios o condiciones, ¿quién les apoya? No será Ed Miliband u otros líderes laboristas. La carta abierta de “intelectuales” laboristas a Miliband publicada en el Guardian esta semana [el 23 de marzo] resulta tan periférica como engreída.


Las exigencias del mercado competitivo carecen de remordimientos: reducir el coste del trabajo, privatizarlo todo, eliminar la protección de la clase trabajadora y mantener una reserva de desempleados para disciplinar a los que tienen la suerte de tener trabajo. Hay que poner trabas a los sindicatos mientras se corteja a los opulentos con la esperanza de que encuentren una mano de obra maleable y flexible que resulte fácil de explotar.


Las consecuencias las vemos no sólo en el puesto de trabajo sino en nuestro servicio sanitario, en la educación, en todos los aspectos de la atención social que indican una sociedad civilizada. Lo vemos en la indiferencia hacia el medio ambiente, como en la actual presión para iniciar la fracturación hidráulica en busca de gas de esquisto, sin considerar sus repercusiones. Lo hemos visto en las guerras ilegales e invasiones imperialistas de gobiernos recientes. Nada de esto es nuevo. Pero, ¿dónde está nuestra representación política?


La retórica laborista puede que sea más suave que la de los tories, pero su posición básica está limitada por el mismo imperativo: el beneficio está antes que todo lo demás. ¿Se puede recuperar el Partido Laborista? ¿O rehacerlo de nuevo para que represente los intereses populares?


La historia sugiere que no se puede. Hace mucho que desapareció la pleamar de 1945. Los muchos e inmensos logros de ese gobierno han sido en buena medida desmantelados, bien con la colusión del laborismo o directamente por el partido cuando ha estado en el poder. La izquierda laborista prácticamente ha desaparecido y hasta la voz de Tony Benn ha quedado, tristemente, en silencio. Un gobierno de Miliband no revertirá ninguna de las privatizaciones del servicio sanitario u otras. No devolverá los ferrocarriles a la propiedad pública –pese a la popularidad de esa medida– ni reclamará siquiera el servicio de Correos, el Royal Mail.


El Partido Laborista es parte del problema, no la solución. Los Verdes tienen muchas políticas admirables, pero en vano se buscará un análisis concienzudo para un cambio fundamental. Necesitamos una nueva voz, un nuevo movimiento... un nuevo partido.


Hay miles de campañas en favor de causas dignas –contra el cierre de hospitales, para apoyar a los sin techo, contra la destrucción ambiental, para proteger a los discapacitados, en favor de los derechos humanos y las libertades civiles, para ayudar a los que pasan necesidad–, la lista es infinita. Los sindicatos representan todavía a millones de trabajadores. Hay una unidad de intereses entre todos estos grupos. Imaginémonos lo que podría conseguirse si todos actuáramos juntos.


Left Unity (Unidad de la Izquierda) se formó hace pocos meses para trabajar en pro de esa cooperación. La tarea es considerable. Estamos acostumbrados a trabajar y hacer campaña en el seno de nuestras pequeñas organizaciones. La proliferación de periódicos radicales también atestigua esto. Pero la necesidad es urgente. Si no actuamos juntos, empeorará la pobreza, la explotación y la alienación. Dónde está la rabia, se pregunta David Hare. Está ahí, de acuerdo. La gente, desde luego, se siente bastante enojada. Pero necesita un liderazgo político que les dé esperanza.


El laborismo ha adoptado como lema propio “una nación”, acuñado por un tory decimonónico, Benjamin Disraeli. Disraeli no tenía intención alguna de llevar a cabo los cambios que pudieran hacerlo realidad. Y tampoco la tiene la actual dirección laborista, adherida a una economía capitalista que crea divisiones de clase. El programa laborista de 1945 resultaría mejor inspiración. Prometía “un partido socialista y orgulloso de ello. Su propósito último... estriba en el establecimiento de la comunidad socialista, libre, democrática, progresista, de espíritu cívico, organizados sus recursos materiales al servicio del... pueblo”.


El gobierno laborista de 1945 prefirió no ser ese partido o no llevar a cabo esa ambición. Sus reformas estaban destinadas a proporcionar una infraestructura a una economía capitalista, no a cambiar la sociedad. La tarea consiste hoy en convertir las palabras del programa en una realidad. Afirmar el bien público contra la avaricia privada. ¿Tenemos capacidad para hacer que eso suceda?


Un partido nuevo ha de ser democrático, ha de tener principios y estar adecuadamente organizado. Necesita un análisis de la política contemporánea con un conjunto de exigencias inmediatas: una estrategia laboral para crear empleos verdes, un salario mínimo reglamentado, un programa de vivienda pública y un tope a los alquileres de particulares, y que se acabe la privatización del servicio de salud.


Se trata de una lista que muchos pueden recopilar, pero sin representación política es un ejercicio fútil. ¿Quién la llevará a efecto? Levantar un partido democrático con activistas voluntarios supone una tarea abrumadora. Pero si salimos de los márgenes y finalmente trabajamos juntos podría ser simplemente posible.



Masetti: el hombre que puso el cuerpo

Entrevista a Ezequiel Gómez y Juan Mascaró

por Maria Sucarrat
http://tiempo.infonews.com/2014/04/20/argentina-122858-masetti-el-hombre--que-puso-el-cuerpo.php


Los responsables del documental, que ya se proyectó en París y se estrena en Buenos Aires, hablan sobre la vida  del periodista.


Lamento que no esté presente. Sólo que Segundo es parte de la Historia, y de la mía personal, por lo que su recuerdo es permanente." Esas son las palabras que Ciro Bustos le dedica a Jorge Masetti, o mejor, al Comandante Segundo. Y la Historia y la vida personal hacen necesario el recuerdo de ese periodista que el 21 de abril de 1964 se internó en la selva en Orán, en la provincia de  Salta, y nunca más se volvió a saber de él. Sin embargo, queda la obra y el legado de sus ideas que los realizadores Ezequiel Gómez y Juan Mascaró rescatan y reúnen en el documental Arriba los que luchan!  

–Si tuvieran que explicar quién fue Jorge Masetti a aquellas personas que no tienen idea de su existencia, ¿cómo lo harían?

–Masetti fue un periodista de su tiempo, que vivió las contradicciones de su época, asumiendo los compromisos que se le aparecían a cada momento con un gran sentido de la responsabilidad. Fue un hombre que puso el cuerpo siempre, que se jugó por lo que pensaba y decía. Que no era un ideólogo que reflexionaba sobre las doctrinas o sobre como se debían hacer las cosas. No, era un tipo principalmente basado en una ética católica muy fuerte y en un nacionalismo ligado al anti-imperialismo. Ese era Masetti. Un tipo con una formación intelectual autodidacta muy fuerte que no toleraba estar sometido a jefes. Los únicos que aceptó a lo largo de su vida fueron dos: Fidel Castro y Ernesto Guevara. Y a ningún otro. Y de estos fue al Che a quien se ligó más fuertemente, porque compartían casi las mismas cosas: eran dos extranjeros en una revolución ajena, dos argentinos contemporáneos –el Che del '28 y Masetti del '29– que tenían miradas similares sobre el peronismo en la Argentina y sobre la posibilidad de extender la revolución en este país; porque si Cuba, que era una pequeña isla, lo había hecho sin contar con un movimiento obrero organizado, sin disponer de grandes recursos naturales y dominado económica y culturalmente por los Estados Unidos; porque no iba a poder la Argentina. 

–¿Por qué eligieron Arriba los que luchan! como título de la película?

–El título fue elegido en 2008 cuando se presentó el proyecto al Instituto Nacional de Cine. La idea tenía por objetivo usar un fragmento del título de la obra más característica de Jorge Masetti: su libro Los que luchan y los que lloran y sumarle un grito, algo que interpele al espectador –que es nuestro objetivo principal– y así salió "Arriba", que sería algo como un grito de guerra. Así surgió el título en 2008. Después nos fuimos dando cuenta que era una frase representativa de los movimientos sociales y los colectivos políticos de los jóvenes. Si buscás en Internet la frase "arriba los que luchan" aparece 1000 veces y la mayoría no remite a nuestro documental.

–¿Qué cosas de la vida de Masetti o de sus ideales creen que se cumplieron y cuáles, en la actualidad, todavía están pendientes?

–Es muy difícil responder esta pregunta porque el mundo en el que vivimos ahora es bastante peor en muchos aspectos del que vivió Masetti. No existen los mismos sujetos colectivos ni las mismas formas de pensar la organización política. Por lo menos masivamente. Podríamos arriesgar que si se hubiera aplicado por lo menos una de las premisas de Masetti en los '70, hubiéramos tenido un periodismo militante de mayor calidad. Masetti detestaba la propaganda, no la consideraba como un género dentro del periodismo. Si en los '70 las organizaciones políticas militares hubieran hecho, hacia adentro, más periodismo en lugar de propaganda seguro que hubieran tenido mejores herramientas para tomar las decisiones que tomaron. Si esos medios 

políticos no hubieran contado "epopeyas" quizás no se hubieran cometido tantos errores como los que ocurrieron y quizás se hubieran evitado algunas acciones militares, muertes y desprestigio político. Quizás lo que más se pareció al periodismo político al que apuntaba Masetti fueron los primeros meses del diario Noticias. Ese matutino era de Montoneros pero tenía una política de superficie amplia en la que escribían periodistas reconocidos de diversos ámbitos políticos: radicales, peronistas de izquierda, ortodoxos, cristianos, trotskistas, etc. Ese medio apuntaba al público del diario Crónica pero con contenidos y escritores de La Opinión. Eso fue así porque sus principales figuras fueron Juan Gelman, Paco Urondo, Norberto Habbeger, Horacio Vertbitsky, Miguel Bonasso y el propio Rodolfo Walsh; todos intelectuales comprometidos pero muy críticos también de la política de la Organización. En pocos meses la propaganda se devoró el diario y cada vez hubo menos lugar para el periodismo que no respondiese a la línea de la "orga". Un proceso similar al que había ocurrido en Prensa Latina.

–¿Cuál es el quiebre en la vida del periodista de Radio El Mundo que viaja a Cuba y el guerrillero que vuelve al norte del país?

–Principalmente son dos. El primero: Masetti ve en Cuba, en la Sierra Maestra, la muerte. Tras ver cómo la aviación cubana bombardea un pueblo fuera de la línea de fuego y masacra a niño de seis años, se pregunta: "¿Qué hago yo aquí con una lapicera en la mano en vez de agarrar una ametralladora?" Eso es en 1958. La frase no sería estremecedora si Masetti no hubiera hecho eso cinco años después para transformarse en el Comandante Segundo. El segundo momento está relacionado con su análisis sobre los sectores pro-soviéticos. Estos comienzan a ocupar cada vez mayor lugar dentro del gobierno cubano y comienzan a disputarle poder dentro de la Agencia. Esa situación sucede a mediados de 1960 cuando se rompen las relaciones con los Estados Unidos y se precipita cuando Masetti renuncia a la Agencia, a mediados de marzo de 1961. Esos grupos, a los que se opuso Jorge, pretendían crear una Comisión de Prensa que regulase una política editorial para todos los medios de comunicación de la isla. Masetti se opusó siempre a eso. La avanzada pro-soviética en la isla va a precipitar la concreción del plan de extender la revolución en América Latina que tenía el Che Guevara, en la que Masetti era la clave para la Argentina.

–¿Qué similitudes y diferencias encuentran entre Masetti y Segundo?

–Claro está que mientras Masetti se va a acercando a Segundo, el contexto y la historia van marcando varios cambios. Principalmente hay un cambio de contexto: Masetti pasa de ser un periodista reconocido, un miembro del "establisment" del periodismo revolucionario al comandante en jefe de un grupo de guerrilleros que se va a instalar en un medio rural inhóspito donde era más factible morir por una picadura de algún bicho, al caerse de un barranco o por inanición que por la bala de un militar. En esas condiciones, una personalidad cambia muchísimo. Masetti pasó de ser un periodista que tenía una buena calidad de vida y un futuro asegurado dentro de la historia del periodismo latinoamericano (si seguía vivo unos años más) a ser un hombre que se va clandestino del país donde había armado una familia en Cuba, con una hija que cuenta con pocos meses de vida, acompañado de cinco hombres con miles de dólares, con la pesada tarea de preparar una guerrilla para que el Che Guevara fuera. El pánico que deben haber tenido esos muchachos debe habe sido abrumador. Encima no vienen directo a la Argentina; sino que pasan más de medio año haciendo tiempo en Europa, primero, y en Argelia después hasta que la logística en Salta 

estuviera armada. Esa situación claramente cambia a cualquiera. Otra diferencia entre Masetti y Segundo es la relacion de autoridad. Una cosa es ser un periodista contratado por un Estado Revolucionario y otra ser Comandante en Jefe de un protoejército insurgente, donde rige un verticalismo absoluto y donde la palabra definitiva es la de Masetti, casi sin posibilidad de consulta con otros. No son los problemas de Masetti. Son los problemas del militarismo. Esto es claro.

–¿Qué rasgos mantuvo Segundo de Masetti? 

–Uno fue el sentido del humor y el voluntarismo. La creencia de que las cosas iban a salir bien, más allá de que no hubiesen comido hacía diez días o no se hubieran contactado con ningún campesino de la zona. Otra fue que Masetti nunca dejó de escribir cuando estuvo en Salta. Redactó dos cartas: la primera dirigida al presidente Illia, en 1963, y, al año siguente, otra a los Campesinos de Orán. Ambos textos son editoriales políticas dignas de revistas urbanas para militantes instruidos; pero difíciles de comprender para los campesinos semianalfabetos de la selva de Orán. Muchos de sus compañeros contaban que Masetti escuchaba, desde el monte, la radio para saber qué era lo que sucedía en el país y que tenía acordado con varios locutores amigos que diesen mensajes en clave para que él supiese alguna información específica. Muestras claras del oficio.  «

La agenda Masetti de la semana* 
21 de abril: 

Apertura por el Grupo Orán 
Tráiler de la película Arriba los que luchan. Jorge Masetti y la batalla en la comunicación. 
Mesa: "Masetti, un hombre del Che. De Sierra Maestra a Salta" con la participación de Héctor Carrica (director Nacional de Derechos Humanos de ATE),  Luis Mattini (ex dirigente del PRT - ERP), Gabriel Rot (investigador y coordinador del Centro de Documentación de las Organizaciones Políticas Militares Argentinas El Topo Blindado), Hugo Montero (periodista, codirector de la revista Sudestada). 


22 de abril: 

Mesa: "Periodismo, militancia y resistencia" con la participación de Mario Antonio Santucho (editor de la revista Crisis. Integrante del Instituto de Investigación y Experimentación Política), Hernán Vaca Narvaja (director de la revista El sur. Coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Río Cuarto.), Manuel Gaggero (abogado. Ex director del diario El Mundo y de las revistas Nuevo Hombre y Diciembre 20), Dr. Diego Dieguez Ontiveros (Abogado. Especialista en Criminología y Derechos Humanos. Conjuez de la Suprema Corte Provincia Bs. As. Docente Universitario) y Vicente Zito Lema (poeta y escritor). 
23 de abril: 

Proyección de la película Arriba los que luchan. Jorge Masetti y la batalla en la comunicación, del Grupo de Cine Maldito. Debate posterior con la presencia de los realizadores. 
24 de abril: 

Mesa: "De Prensa Latina a una estrategia continental". Daniel De Santis (militante del PRT), Roberto Perdía (militante), Carlos Aznárez (periodista, director de Resumen Latinoamericano), Martín Hacthoun (corresponsal de Prensa Latina en Buenos Aires) y Soledad De Battista (directora de la revista Mascaró). 
25 de abril: 

Mesa: "Los jóvenes y el legado de Masetti" en la que participan integrantes de la Agrupación Jorge Ricardo Masetti de La Plata, la Agrupación Juventud Guevarista de La Plata, la Agrupación Hombre Nuevo, La Mariátegui, Asociación Cultural José Martí de Concepción, Chile, Marcelo Cafiso (director de Editorial Nuestra América) y Fernando Cardozo (responsable Departamento Relaciones Internacionales CTA Capital).

* Sede de las Jornadas: Anfiteatro Eva Perón ATE (Av. Belgrano 2527).
Masetti por Masetti

"Yo parto para escribir la parte de nuestra revolución que nos corresponde a los argentinos. Por eso, hermano argelino, perdoname que tanto de lo que me enseñaste del desarrollo de nuestra revolución en tu patria no lo pueda consignar aquí. Estoy apurado. La historia me urge. Y en mi patria, mi pueblo espera ansioso llenar las páginas que la historia le depara. Cuando esté concluido, Mustafá, nos volveremos a encontrar. Tú, con tu patria liberada.
Yo, con mi patria liberada. Y cada uno de los hombres del mundo, con su patria liberada." 

(Diario de Argelia)

"La idea de crear una agencia latinoamericana no es por cierto original. Como no lo es tampoco, la idea de liberar a los pueblos latinoamericanos del imperialismo que los oprime. Nosotros, que sufrimos el monopolio de las noticias, de la información, de la opinión pública que creaban las agencias yanquis, el de la no información, el ocultamiento y la distorsión, sentimos también la necesidad de crear una agencia noticiosa (…) Se nos acusó de ser una agencia de agitadores y lógicamente que para ellos lo somos. Porque no ocultamos la represión a los obreros bananeros de Costa Rica ni los atropellos de la United Fruit, ni las concesiones petrolíferas al imperialismo. Para ellos somos agitadores porque decimos la verdad que les hace perder el sueño”.

"Para entregar a Jorgito, María Graciela cuando nuestro trabajo trascienda. 
Hijos míos: Vuestro padre ha peleado duro siempre por principios revolucionarios. Ahora está peleando también duro, una batalla definitiva. No puedo darles más detalle. Solo quiero que sepan que en cada batalla, en cada combate armaré mi brazo con más fuerza al saber que ustedes me estarán juzgando, ustedes y vuestra hermanita Laurita, a la que deben querer con toda el alma. Con todo mi amor".