lunes, 31 de marzo de 2014

El Min. de educación realizó el 1º Encuentro de Televisión Accesible

El evento será organizado por el Ministerio de Educación de la Nación y Educ.ar S.E. (Encuentro, Pakapaka, DEPORTV y el portal educ.ar).
Se llevó a cabo este lunes 31 de marzo de 10 hs a 19 hs en el Auditorio del Centro Cultural Haroldo Conti, ubicado en el espacio Memoria y Derechos Humanos en Av. del Libertador 8151.
Con la presencia de referentes mundiales en materia de accesibilidad audiovisual, el 1º Encuentro de Televisión Accesible tiene como objetivo capacitar, profundizar y otorgar nuevos enfoques sobre la accesibilidad en la televisión, mediante una jornada de charlas, intercambio y debates sobre legislación, producción, buenas prácticas y cuestiones técnicas relacionadas a la transmisión de Closed Caption, audiodescripciones y Lengua de Señas Argentina (LSA), entre otras.
En este encuentro participaron  productores de televisión; productores de servicios de accesibilidad, técnicos de televisión; ingenieros en telecomunicaciones; trabajadores de organismos públicos y privados vinculados a temáticas sobre discapacidad y accesibilidad y público en general.
Se realizaron tres paneles: 
1) "Accesibilidad audiovisual. Cuestiones técnicas", con la participación del Ing. Martin Fabris , sugerente de Operaciones de Servicios de ARSAT, el Ing. Gustavo de Gaudenzi, jefe del Departamento de Ingeniería, Sugerente  de Operaciones de Servicios de ARSAT, Ing. Oscar Nunzio, sugerente de Planificación Tecnológica de la TV Pública Digital - RTA S.E., el Lic. Federico Juan Manuel Zorzoli, coordinador del Área de Accesibilidad de la Televisión Digital Abierta (TDA) y el Ing. Mauricio Franco , gerente de Ingeniería y Transmisión de TELEFE. Los discursos de esta mesa transitaron entre las posibilidades técnicas y económicas para el cumplimiento del artículo 66 de la ley de Medios, vigente hace 4 años.
2) el segundo panel giró sobre "Legislación y buenas prácticas en accesibilidad audiovisual", en ella participaron el Profesor Alfredo Bértola, asesor de Discapacidad de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). responsable del Área de Discapacidad del InstitutoNacional contra la Discriminación , a Xenofobia y el Racismo (INADI). la Lic. Cynthia Ottaviano, defensora del público de Servicios de Comunicación Audiovisual. la Licenciada Gabriela D´Angelo, coordinadora del Programa de Accesibilidad a la Cultura de la Secretaría de Cultura de la Nación y autora, junto con María Ignacia Massone del libro, publicado por el INCAA: "La accesibilidad a los Medios Audiovisuales, la Narración en Lengua de Señas Argentina y el Subtitulado para Personas Sordas", completó la mesa la periodista Verónica Gonzalez, periodista de la TV Pública no vidente, responsable una columna sobre discapacidad.La mesa planteó la accesibilidad como un tema ético y como un derecho. el como y que se comunica, que la desigualdad no se resuelve con caridad sino con justicia, y que no existe una persona que es mas persona que otra.Existen 1.800.000 hogares que tienen discapacitados. 
3) El tercer panel " La accesibilidad en el mundo", contó con la parecencia del profesor Peter Looms de la Univeridad Técnica de Dinamarca y ex- presidente del Focus Groupen Accesibilidad Audiovisual de la UIT, ONU. Planteó la necesidad de la inclusión y explayó sobre las opciones a encarar para minimizar la exclusión, presentó casos en Dinamarca, China e India.
en el cierre estuvieron presente las autoridades del Ministerio de Educación, de Educ.ar, y Tristan Bauer apoyando el esfuerzo y los logros en materia de televisión pública e integración.


domingo, 30 de marzo de 2014

LA REUNION DEL TED REALIZADA EN VANCOUVER, CANADA

Una tormenta de ideas

TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) es desde hace treinta años el gran foro de pensamiento sobre tecnología, ciencia y pensamiento. En su último encuentro hubo música de Sting, charlas sobre microgravedad y una sorprendente reivindicación de los juegos.
Por Toni García *
Desde Vancouver, Canadá
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-242981-2014-03-30.html
La primera en pisar el escenario del TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) de Vancouver, Canadá, fue Jane McGonigal. En el verano de 2009, esta experta en diseño de videojuegos sufrió un accidente que la dejó postrada en la cama durante meses, y que le hizo perder la memoria. Para tratar de superar su depresión diseñó un juego, Superbetter, que la ayudó a recuperar con más rapidez sus funciones cognitivas. “Aquello hizo que me interesara por los videojuegos de un modo distinto: cómo podemos utilizarlos en campos en los que hasta ahora no habíamos pensado, como por ejemplo el ámbito del estrés postraumático”, explicó.
McGonigal mostró en el gran foro de Vancouver algunos de los estudios realizados en este campo, con resultados sorprendentes. “Se ha probado que aquellos que han sufrido un trauma severo se recuperan un 50 por ciento más rápido si juegan al tetris. Eso sucede porque la parte del cerebro que se ocupa de lidiar con experiencias traumáticas es la misma que utilizamos para jugar al tetris. Si mantenemos ese área ocupada con el videojuego, el cerebro es capaz de afrontar el trauma de una forma mucho más dinámica”, aseguró. “Jugar nos puede hacer mejores, aunque algunos se empeñen en decir lo contrario.”
El TED empezó hace treinta años como una especie de club privado para locos por la tecnología y se ha convertido hoy en día en una de las citas ineludibles para amantes de la cultura de todo el mundo, y probablemente el foro más influyente para saber lo que está pasando y –sobre todo– lo que va pasar, en todas sus formas y acepciones (sus videos registran ya más de mil millones de visitas). “Bueno, yo hago el crucigrama de The New York Times, la gente me conoce por eso, pero lo mío es la magia. Cuando fundamos The Misdirectors Guild queríamos aplicar la magia a campos poco transitados. Y Hollywood nos contactó pronto.” Así fue como David Kwong, mago, intervino en los efectos especiales de películas como El increíble BurtWonderstoneo Ahora me ves y en otras –más inesperadas– como El inmigrante, de James Gray. “Ahora estamos trabajando en Ant-man, con Marvel, subrayando ese aspecto de película de robos que Edgar Wright (el director) quiere darle. Y no, no puedo decir nada más, Marvel me perseguiría”, afirmó Kwong entre risas.
El hecho de que el mago apareciera después de la creadora de videojuegos y de que a continuación Bran Ferren, ingeniero y creador de la mayoría de parques de Walt Disney en todo el mundo, hablara del cambio de las megalópolis con la llegada del coche automático (“Adiós polución y adiós embotellamientos, va a ser la revolución más grande de nuestro siglo”, aseguró sin rodeos) pueden dar al observador una idea de lo que el TED representa a nivel de cultura, pensamiento, técnica y creatividad. “La cultura es algo absolutamente transversal aquí. Puedes preguntarle a cualquier biólogo o informático o científico, te dirán lo mismo que yo: todo lo que ves aquí toca de un modo u otro el concepto cultura”, defendió Ferren, recién bajado del escenario.
La idea vertebradora del TED de Vancouver, el lema común, fue cómo mejorar el futuro y hacerlo más placentero y seguro. Pero si por algo ha destacado esta última edición ha sido por su absoluta capacidad para integrar todo tipo de disciplinas sin parecer banales. Por eso, un auditorio de mil personas podía quedar absolutamente fascinado con la conferencia de Deborah Gordon sobre los efectos de la microgravedad en las hormigas y su aplicación en campos como la medicina o la astrofísica, o asistir en exclusiva a la presentación que Sting realizó, guitarra en mano, de su musical en Broadway (que se estrenará en verano de este año), basado en sus experiencias de niño en los astilleros de Wallsend, al noreste de Inglaterra, donde trabajaba su padre.
Además, los espectadores (entre los que destacan oráculos como Larry Page, fundador de Google, o Bill Gates, dedicado ahora en cuerpo y alma a su fundación) descubrieron, previo pago de unos 6000 euros, disciplinas que pueden marcar el futuro de la humanidad, como la paleooncología (que bucea en los textos antiguos para encontrar el origen de la enfermedad y utilizar ese aprendizaje para aplicarlo en nuevas terapias) o la aplicación de la microbiología como revolucionaria terapia de salud, utilizando microbios para combatir lo que otros microbios están destruyendo; o la revolución sin fronteras aparentes de la impresión en 3D y el cambio que podría suponer para las grandes compañías editoriales, las farmacéuticas o la gastronomía (desde el abaratamiento de costos en todos los sectores hasta el cambio de los circuitos de impresión y distribución).
Naturalmente, se pudieron oír también las predicciones del que ha sido durante años el alma mater de este inmenso circo intelectual llamado TED: Nicholas Negroponte, el gurú que adelantó la llegada de la tecnología táctil, la revolución de la prensa digital o el desplazamiento del ordenador, desde su entorno industrial y tecnológico, hasta el hogar. Negroponte, un hombre famoso por la precisión de sus predicciones, afirmó en el escenario del TED: “En el futuro la literatura se ingerirá. Habrá pastillas de Shakespeare, por ejemplo, y cuando entren en el riego sanguíneo irán directas al cerebro, et voilà, ya habrás leído a Shakesperare”. Luego Negroponte añadió, entre risas: “Yo no estaré aquí para verlo, pero ahí queda mi predicción”.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

 DAN DENNETT, FILOSOFO Y ESPECIALISTA EN TEMAS DE EVOLUCION

“Cuando caiga Internet viviremos en pánico”


Por Toni García
Dan Dennett (Boston, 1942) es un hombre pausado. Con barba blanca, aspecto de catedrático entrañable y movimientos tranquilos, nadie esperaba cuando subía los escalones hacia el escenario del TED que el muy respetado filósofo norteamericano estuviera a punto de soltar una andanada que resuena aún por los pasillos del teatro construido por el arquitecto David Rockwell: “Internet se vendrá abajo y cuando lo haga viviremos oleadas de pánico mundial. Nuestra única posibilidad es sobrevivir a las primeras 48 horas. Para eso hemos de construir –si se me permite la analogía– un bote salvavidas”.
Estos botes son el antiguo tejido social de organizaciones de todo tipo y pelaje que se han visto casi aniquiladas con la llegada de Internet.
“Algunas tecnologías nos han hecho dependientes e Internet es el máximo ejemplo de ello: todo depende de la red. ¿Qué pasaría si se viniera abajo? En Estados Unidos todo se iría a pique en cuestión de horas. Imaginate: te levantas y la tele no funciona. Obviamente no tenés línea en el móvil. No te atrevés a usar el coche porque no sabés si ese va a ser tu último tanque de nafta y los únicos que están preparados son esos locos que construyen bunkers y almacenan armas. ¿De verdad queremos que ellos sean nuestra última esperanza?”
Dennett, famoso por sus teorías sobre la conciencia y la evolución, y considerado como uno de los grandes teóricos del ateísmo, no mantiene –según explica a este diario– un tono alarmista, y tampoco quiere ser acusado de catastrofista: “Lo que digo no tiene nada de apocalíptico, cualquier experto te dice lo mismo, que es cuestión de tiempo que la red caiga. Lo único que agrego es que deberíamos prepararnos: antes solía haber clubes sociales, congregaciones, iglesias. Todo eso desapareció o va a desaparecer. Si tuviéramos otra red humana a punto... Si supieras que podés confiar en alguien, en tu vecino, en tu grupo de amigos, porque previste la situación, ¿no estarías más tranquilo?”, preguntó Dennett, sentado en una silla y acariciándose la barba mientras mastica cada palabra. “Internet es maravillosa, pero tenemos que pensar que nunca hemos sido tan dependientes de algo. Jamás. Si lo pensás, es bastante irónico que lo que nos ha traído hasta aquí nos pueda llevar de vuelta a la Edad de Piedra”, argumentó.
Profesor en la Universidad de Tuft, considerado dueño de una de las mentes más brillantes de las últimas décadas, tiene claro cómo hemos llegado hasta aquí: “Desde la invención de la agricultura, hace 10.000 años, la cultura ha evolucionado de un modo puramente darwiniano. Pero la llegada de la tecnología aceleró ese proceso hasta un punto impredecible. ¿Quién compra música ahora? ¿Y libros? Lo mismo puede decirse del cine o de cualquier otra disciplina artística. El rol de la cultura ha cambiado completamente, exactamente lo mismo que pasa con la religión. Y la tecnología tiene un papel muy relevante en todo esto”.
Y se preguntó: “¿Tiene solución?”. Y respondió: “Por supuesto, los humanos somos increíbles previniendo catástrofes. Lo que pasa es que nadie recibe una medalla por algo que no ha pasado. Los héroes son siempre los que actúan a posteriori, pero no tengo ninguna duda de que la humanidad sabrá prepararse para lo que está por llegar. Hay un 20 por ciento de posibilidades de que esté equivocado, también podemos aferrarnos a eso”.

Lita Stantic, la mujer que le toma el pulso al cine argentino

Organizado de modo rapsódico y acronólogico, El cine es automóvil y poema se aproxima a la vida y obra de la productora argentina de cine como por tangentes, a través de testimonios y anécdota. 

http://tiempo.infonews.com/2014/03/30/suplemento-cultura-121526-lita-stantic-la-mujer-que-le-toma-el-pulso-al-cine-argentino.php



Qué es un productor? "El que pone la plata para que se haga una película", responderán quienes siguen enrevesando las figuras de productor y financista. "El que la pone no; el que la gestiona", preferirán los más avispados. 

Efectivamente, es el productor el que se ocupa de armar la cada vez más complicada ingeniería que permite que una película salga del cascarón. Uno de los personajes más respetados en un ambiente en el que el prójimo suele estar más sospechado que respetado, Lita Stantic (Buenos Aires, 1941) da, en cambio, una definición asombrosamente poco material para un rol tan vinculado a cifras, presupuestos y programaciones. "El productor es el que ayuda a pensar al director", dice Stantic en El cine es automóvil y poema, reciente edición --a cargo de Máximo Eseverri y Fernando Martín Peña-- en la Colección Cosmos de Eudeba. 

Definición asombrosa y, en su caso, bastante más que una frase para la tribuna. A pensar la película se dedicó Stantic durante años junto a María Luisa Bemberg, y, de mediados de los '90 para acá, al lado de varios de los más eminentes renovadores del cine argentino: Pablo Trapero (lo ayudó a finalizar la consagratoria Mundo Grúa), Lucrecia Martel (le produjo La ciénaga y La niña santa), Adrián Caetano (lo ayudó a finalizar Bolivia, le produjo Un oso rojo), Diego Lerman (Tan de repente). 

¿Y a Stantic quién la ayudó a pensar? Porque Stantic, que desde que se vinculó con el cine, a mediados de los '60, nunca pensó en dirigir, terminó haciéndolo. Una única vez, que dio por resultado una de las películas más valiosas en relación con el tema de la memoria de los '70: Un muro de silencio, estrenada en 1993 y menos vista de lo que merecía. Esta edición se ocupa de remediarlo, acompañando las 199 páginas del libro con una edición remasterizada de la película en DVD, que incluye comentarios de la realizadora y varios de sus colaboradores, además de dos de sus cortos inéditos de los '60.

Organizado de modo rapsódico, acronólogico, El cine es automóvil y poema (bella cita de René Clair, referida a la doble naturaleza, industrial y artística, de lo que algunos llaman séptimo arte) se acerca a la vida y obra de Stantic como por tangentes: largos testimonios personales, recuerdos y anécdotas de infancia, los padres eslovenos, su experiencia junto a los cineastas del Nuevo Cine Argentino, su no tan conocido carácter de militante desde fines de los '60, algún artículo de la época, un diario de rodaje del largo Los Velázquez, que su marido, el cineasta Pablo Szir, iba a dirigir antes de su desaparición, un extenso y lúcido análisis del cine en democracia y un capítulo entero dedicado a poner en contexto, glosar y analizar Un muro de silencio. Todo sobre Lita, pudo haberse llamado esta edición de Eudeba.

viernes, 28 de marzo de 2014

20ª MOSTRA DE CINE LATINOAMERICANO DE LLEIDA

DEL 4 AL 11 DE ABRIL SE REALIZARA LA 20ª MOSTRA DE CINE LATINOAMERICANO DE LLEIDA

Un puente con el público europeo

Cuatro ficciones y tres documentales argentinos de estilos muy diversos serán parte del tradicional festival catalán, que exhibe cinematografías de toda América latina. El director Daniel Burman y el actor José Sacristán recibirán Premios de Honor.
Por Oscar Ranzani
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-31727-2014-03-28.html
Es mentira que veinte años no es nada: desde hace exactamente dos décadas, la Mostra de Cine Latinoamericano de Lleida, que se celebra anualmente en esa ciudad catalana, viene funcionando como una genuina e imprescindible ventana europea para el cine del continente sudamericano, México y el Caribe. Y este año, entre el 4 y el 11 de abril, soplará veinte velitas sobre una torta de once largometrajes de ficción, ocho documentales y diez cortos que permitirán tender, una vez más, un puente entre el público europeo y el cine del otro lado del Atlántico. El director del festival, Juan Ferrer, señala a Página/12 que lo más importante “es haber conseguido crear un espacio para una cinematografía que hace veinte años no era tan conocida, pero que ha ido evolucionando muchísimo en el sentido del conocimiento del público español”. Algo que rescata Ferrer del espíritu de la Mostra de Lleida es que él, junto a su equipo, siempre fueron abiertos a recibir óperas primas, además de los films de directores consagrados. “El haber tenido a países preferenciales como es el caso de la Argentina, de la que tantos actores, actrices y cineastas que pasaron por Lleida han ayudado a que se crease un caldo de cultivo importante, que ahora permite decir que Lleida y Cataluña son una referencia dentro del cine latinoamericano en general y argentino en particular”, agrega el director de la Mostra, organizada por el Ayuntamiento y el Centro Latinoamericano de Lleida.
Para corroborar lo que señala Ferrer, basta echar un vistazo a la Sección Oficial de Largometrajes de Ficción, donde cuatro films son ciento por ciento argentinos. Uno de ellos es Deshora, ópera prima de la salteña Bárbara Sarasola-Day, que tuvo su prémière mundial en la Berlinale 2012 y que se estrenó comercialmente en la Argentina en febrero de este año. La cineasta narra la desestabilización de un matrimonio ante la aparición de un primo de la mujer, que se instala en la finca donde vive la pareja y que provoca sentimientos ambiguos. También integra la competencia de ficción La reconstrucción, cuarta película de Juan Taratuto, que en esta ocasión abordó un drama familiar que se desecandena en Ushuaia. Desde un plano más comercial, también se exhibirá Vino para robar, nueva y efectiva comedia de Ariel Winograd que se centra en una serie de robos, pero de ladrones de guante blanco, interpretados por Daniel Hendler y Valeria Bertuccelli. El póquer argentino se completa com María y el araña, de María Victoria Menis, que aborda la historia de una chica de trece años que vive en una villa de Buenos Aires.
En representación del cine chileno podrá verse El verano de los peces voladores, de Marcela Said, que enfoca la historia de crecimiento de una adolescente, cuyo padre, un adinerado terrateniente, dedica su tiempo a matar a los peces voladores que invaden su lago artificial. La coproducción argentino-mexicana Tlatelolco, verano del ’68, dirigida por Carlos Bolado, es una historia de amor imposible entre dos estudiantes de distintas clases sociales que son protagonistas de la revuelta producida el 2 de octubre de 1968 en el DF mexicano. Eso derivó en una represión feroz por parte del gobierno, que terminó en una matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas. El hecho es conocido históricamente como la Masacre de Tlatelolco.
Al definir qué es lo que interesa del cine argentino y latinoamericano en Lleida, Ferrer habla en primera persona: “Lo que me gusta mucho del cine latinoamericano es la capacidad para crear historias que son cotidianas: cosas que pueden pasar en la casa de enfrente, historias que son de la calle. Y también logra desenmascarar esa teoría que había en Europa de que cuando se hablaba de cine latinoamericano parecía que se hablaba de un bloque, cuando realmente las cinematografías son muy diferentes entre sí y cada una tiene sus propias idiosincrasias, sus propios estilos, sus propias historias. El saber distinguir las películas y los países es importante, y el público español ya lo tiene muy aceptado y lo entiende perfectamente”.
El cine argentino está representado también en la Sección Oficial de Documentales. Uno de ellos se estrenó hace unas semanas en Buenos Aires: Mika, mi guerra de España, de Fito Pochat y Javier Olivera. Basado en las memorias de Micaela Feldman, que ahora resucita en la voz de Cristina Banegas, el documental de la dupla echa luz sobre una militante argentina que llegó a comandar una columna del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), durante la Guerra Civil Española. Otro de los films argentinos es El gran simulador, de Néstor Frenkel, que enfoca sobre el ilusionista René Lavand, el hombre que perdió su mano derecha a los nueve años y que desarrolló una técnica personal para la cartomagia. Además, se exhibirá el documental argentino inédito Refugiados en su tierra, de Fernando Molina y Nicolás Bietti.
Pero no sólo de películas se compone la Mostra de Lleida, sino que también habrá tiempo para dos homenajes a figuras del cine de distintas generaciones: el director argentino Daniel Burman (que ganó el premio más importante del festival en dos ocasiones, con Esperando al Mesías y años más tarde con El abrazo partido) y el actor José Sacristán, figura esencial del cine español, recibirán sendos Premios de Honor.

jueves, 27 de marzo de 2014

Charla sobre "Proyecto y gestión de medios comunitarios"




  

Hoy en Rosario 

Charla sobre
 "Proyecto y gestión de medios comunitarios" con Claudia Villamayor

El Sindicato de Prensa Rosario, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y AFSCA-Rosario invitan a la charla “Proyecto y Gestión de Medios Comunitarios, entre las ideas y la práctica”, a cargo de Claudia Villamayor, directora de la tecnicatura universitaria en Gestión de Medios Comunitarios de la Universidad Nacional de Quilmes y coordinadora de la carrera de pregrado en Comunicación Popular de la Universidad Nacional de La Plata. La propuesta está destinada a comunicadores, periodistas e integrantes de organizaciones sociales, culturales y políticas que autogestionan procesos de comunicación comunitaria y se propone abordar las posibilidades de desarrollo del Proyecto Político Comunicacional de las organizaciones sin fines de lucro, el potencial de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el futuro panorama de la comunicación popular y los medios en la Argentina. La charla se realizará el jueves 27 de marzo a las 18, en el Centro de Formación Profesional Pichincha, Santiago 146 bis, con entrada libre y gratuita. Para inscribirse y solicitar el certificado, completar el formulario aquí.


Las ficciones brasileñas, un boom y sus razones


Por Claudio Martínez *
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-31717-2014-03-27.html
Mientras los ejecutivos de la televisión argentina se acostumbran a que el programa de mayor rating sea Avenida Brasil, una ficción que ni siquiera va en horario central, otro fenómeno de la misma procedencia asoma de modo menos estruendoso en la consideración del mercado audiovisual. Este domingo HBO estrenó Psi, una serie brasileña con temática psicoanalítica de impecable guión y factura.
Más allá de la crítica, que no es el objetivo de estas líneas, lo que sorprende a los desprevenidos es que la señal de ficciones de mayor calidad en el mundo produzca y programe en horario central una realización hecha en Sudamérica; una rareza que ni siquiera la creciente calidad de la producción audiovisual de Brasil alcanza a explicar por sí misma.
HBO, como Turner, Sony, Warner y las demás señales que inundan las pantallas de cable alrededor del mundo, siempre privilegió las producciones propias, o en el mejor de casos, las realizaciones independientes con garantía de convocatoria global. ¿Por qué entonces una ficción de un país emergente logra financiamiento y un horario privilegiado de emisión, además de una considerable campaña de prensa y publicidad?
La respuesta hay que encontrarla en una política pública del gobierno de Brasil, que decidió promover la producción audiovisual independiente a través de una ley que ofrece desgravaciones impositivas para aquellas señales que destinen fondos para la realización de contenidos brasileños, hechos en Brasil por empresas y trabajadores brasileños.
Esta ley, promulgada durante la primera parte del gobierno de Dilma Rousseff, produjo una verdadera explosión en una industria audiovisual tradicionalmente dominada por canales de extraordinario peso, donde la producción independiente no había logrado consolidar un desarrollo similar al registrado en Argentina.
Al amparo de este paraguas legal comenzaron a articularse una cantidad de asociaciones creativas, ávidas de aprovechar esta ventana al mundo que había permanecido cerrada por décadas. Más allá de las cuestiones económicas y de la consabida dominación cultural, los productores brasileños sufrían (y aún sufren) la particularidad de su idioma. El portugués, la lengua de los 200 millones de brasileños, sólo es hablado en la madre patria (Portugal) y en un puñado de países africanos que padecieron el paso colonial de los lusitanos. Esa particularidad fue un dique que impidió la salida de las producciones audiovisuales hacia el resto del mundo. Incluso, cuando las grandes cadenas norteamericanas quisieron tallar en el mercado de habla hispana, esa barrera idiomática los hizo elegir México, Argentina o Colombia como socios productores.
Así Brasil quedó de algún modo “condenado” a su poderoso mercado interno. El consuelo siempre fue que quien tiene 200 millones de potenciales espectadores no tiene tanta necesidad de exportar.

La inclusión, el otro factor

Otro ingrediente hace más atractivo el análisis de este fenómeno: el proceso de inclusión social que impulsaron los gobiernos de Lula da Silva y Dilma empieza a ofrecer frutos en el campo de la cultura. Brasil sigue siendo un país desigual, pero es notorio el modo en que la brecha entre los más ricos y los más pobres se fue acortando. Hay menos hambre y, por lo tanto, las expectativas y demandas se trasladan a otros escenarios. El mayor nivel educativo y el acceso a la tecnología y a la información hacen que cada vez más jóvenes salgan del dilema de la supervivencia y se animen a formar parte de una industria creativa, espacio que tiempo atrás estaba reservado a unos pocos privilegiados. Esa irrupción también genera condiciones propicias para el desarrollo del mercado audiovisual porque agrega masa crítica a la creación. Hay más gente con ideas, hay más ideas.
La sorpresa que produce ver una serie brasileña, hablada en portugués, en el horario central de HBO, es menos sorprendente si se observan experiencias similares en otras señales internacionales. Cada vez hay más y mejores documentales brasileños en Nat Geo y Discovery, y habrá más y mejores ficciones brasileñas en HBO, Sony y Warner; porque el sistema que promueve esta novedosa ley facilita el entendimiento directo entre productores y canales, con una firme pero sutil mirada del Estado. Firme porque es celoso a la hora de que se cumpla la condición central de la herramienta: los productores deben ser independientes y brasileños. Sutil porque deja el campo libre para que los actores involucrados encuentren los temas y los formatos más eficaces para conseguir buenos niveles de audiencia. Es decir, que generen recursos que reproduzcan el sistema. Eso es crear industria.
Una muestra de esa potencia emergente fue la extraordinaria convocatoria del reciente Rio Content Market, el mayor mercado de contenidos audiovisuales de América latina, que desde hace cuatro años se desarrolla en Barra da Tijuca, Río de Janeiro. Organizado por la Asociación Brasileña de Productores Independientes de Televisión (Abpitv), este encuentro convocó a más de 2500 distribuidores, productores, ejecutivos y funcionarios de todo el mundo que se reunieron para hacer negocios al amparo de la oportunidad que ofrece la ley de promoción audiovisual.

Una señal, un camino

Inevitable, llega el momento de las comparaciones. Medirse con un gigante, aunque sea un vecino cercano, es siempre una mala idea. De todos modos, a la luz del ejemplo brasileño, vale la pena mirar lo que hizo la Argentina en este tiempo.
En el marco de una batalla mediática que se llevó más recursos económicos y energía política de lo conveniente, el gobierno argentino también desarrolló una estrategia para promover la industria audiovisual. Las herramientas elegidas fueron diversas y de variada efectividad. A caballo de la desconfianza en los actores del sistema de medios, uno de los caminos elegidos fue crear canales de televisión. Es decir, desarrollar señales públicas que abordaran temáticas ausentes en los medios tradicionales. El primer ejemplo fue Encuentro, quizás el producto más logrado, el que logró cambiar el paradigma de la televisión pública. Después vinieron (con diversa calidad, penetración y suerte) Pakapaka, Tec TV, DeporTV, Incaa TV, Acua Federal y Acua Mayor. Más allá de los resultados, como efecto colateral se le abrió la puerta a una serie de creadores, provenientes del cine en su gran mayoría, impulsando el establecimiento de pequeñas productoras con capacidad para operar desde una lógica diferente de la de la televisión comercial. Se llenó la cancha con otros jugadores, estimulados para jugar un partido diferente.
Otra de las políticas introducidas fue la creación de planes de fomento para ficciones y documentales, en particular el Bacua (banco de contenidos audiovisuales) y el Cepia (centro de experimentación audiovisual de la Secretaría de Cultura). En algunos casos, estos fondos concursables incorporaron la condición de un acuerdo previo entre productores y canales, de modo de garantizar una pantalla para los proyectos presentados; pero el Estado se reservó la decisión de definir qué contenidos serían premiados.
La diversidad y el impacto de las políticas desplegadas en la última década merecen un análisis más profundo, pero puede decirse que luego de la intervención del Estado la industria televisiva argentina se animó a temáticas y formatos novedosos, ganó en diversidad y sumó creadores provenientes de otras tradiciones audiovisuales. En síntesis: fue una experiencia positiva.
Ahora bien, una mirada al brasileño invita a preguntarse si el ejemplo no nos marca un camino para explorar. Luego de acreditada una etapa en la que quedó claro que hay ideas y capacidad de producción y realización suficiente, ¿no es posible imaginar una ley argentina que tome el espíritu de la legislación brasileña? ¿No es razonable pensar que esas coproducciones que HBO presenta con orgullo pueden ser realizadas en Argentina?
En nuestro país el cable tiene una cobertura extraordinaria. Según cómo se lo mida, se puede asegurar que más del 80 por ciento de los hogares paga por ver televisión, y en el abono básico están todas las señales internacionales que coproducen sin chistar con realizadores brasileños. Para esas señales, la Argentina es un gran negocio porque hay millones de abonados para sus programaciones. De modo que es improbable que se vayan del país porque una política pública los “invita” a producir con creadores locales. Además, los ejecutivos de esas señales saben que en Argentina existe una industria audiovisual tradicional, de enorme calidad y costos bastante competitivos.
Como se trata de recursos públicos, ya que hablamos de desgravaciones impositivas, el análisis deberá ser mucho más complejo. Los canales de televisión pagan distintos gravámenes para alimentar diversas cajas. Un ordenamiento de esos dineros no vendría mal, y más si de ese ordenamiento surge una herramienta capaz de promover una industria local que sin ningún incentivo se convirtió en el cuarto exportador mundial de formatos televisivos, dejando una marca nítida en la cultura global.
* Periodista y productor televisivo, director de El Oso Producciones.

martes, 25 de marzo de 2014

V Edición de Mujeres en Foco

Imágenes integradas 4

Vuelve Mujeres en Foco!
Ya está abierta la inscripción para participar de la quinta edición del
Festival Internacional de Cine por la equidad de género.
Cierre de inscripción: 30 de abril de 2014.

Inscription to participate in the fifth edition of the 
International Cinema Festival for the equality of gender is already open.
Inscription ends: April 30, 2014.

A partir de la gran convocatoria de su cuarta edición, el Festival Mujeres en Foco vuelve a abrir sus puertas para recibir cortos y largometrajes realizados por varones y mujeres de todo el mundo que a través del arte busquen promover y proteger los derechos de las mujeres y la equidad de género.

After the success of his fourth edition, the Festival Mujeres en Foco is opening its doors once again in order to receive shorts and feature films produced by men and women from all parts of the world whose art seeks to promote and protect women’s’ rights and the equality of gender.

La inscripción estará abierta hasta el 30 de abril de 2014. Participan obras realizadas a partir de 2012 en los géneros documental, ficción, experimental y animación, y podrán presentarse más de una obra por realizador/a. Se aceptará el material que respete las bases de inscripción.

Inscription will be open until Aplir 30, 2014.  In order to participate, films must have been produced no earlier than the year 2012 and must fall into one of the following categories: documentary, fiction, experimental or animation. Only material that fits these qualifications will be accepted.

Bases y Condiciones: http://www.mujeresenfoco.com.ar/
Facebook: Festival Internacional Mujeres en Foco
Twitter: @mujeresenfoco

AGRADECEMOS SU DIFUSIÓN
MUJERES EN FOCO - Festival Internacional de Cine por la Equidad de Género

domingo, 23 de marzo de 2014

TELEVISION › VOCES DE CAMBIO, CON VICTOR HUGO MORALES

Mirar la patria grande


Por Emanuel Respighi
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/8-31671-2014-03-23.html
Mirar Latinoamérica con ojos propios, para poder comprender el pasado, presente y futuro de una región que asume su identidad desde sus matices. De eso se trata, justamente, Voces de cambio, el programa periodístico que hoy a las 21.30 se estrena por la pantalla de Telesur, la cadena que desde su creación se convirtió en el espejo no deforme de los procesos sociales, políticos y deportivos de este lado del mundo. El ciclo, que podrá verse en toda la región, estará conducido por Víctor Hugo Morales, que de esta manera podrá ingresar su mirada sobre el mundo a todos los hogares latinoamericanos. La manera de pensar la “patria grande” que se propone Voces de cambio, de todas maneras, es a través de reconocidas voces del quehacer cultural, político y social de América latina, quienes en cada envío compartirán su pensamiento sobre una temática diferente.
El primer programa de Voces de cambio girará en torno de “las nuevas formas de intentos de golpe en la región”, en el que a través de informes y material de archivo Morales mostrará las “fuerzas invisibles” que acechan a las democracias populares de Latinoamérica. Bajo la hipótesis de que desde ciertos sectores de la sociedad se intenta quebrar la política progresista que evidenció la región en la última década, por medio de herramientas silenciosas como el mercado o los medios, el envío de esta noche contará con entrevistas al vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, y a Hebe de Bonafini, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Voces de cambio tendrá 52 emisiones a lo largo del año, donde cada domingo se analizará una problemática diferente pero común a toda la región, que va desde “Recursos y soberanía” hasta “Las migraciones: buitres vs. golondrinas”, pasando por “La libertad en contra de la democracia”. El economista Bernardo Kliksberg, el presidente de Uruguay, José Mujica, y el periodista Horacio Verbitsky son algunos de los interlocutores latinoamericanos que pasarán por el programa.
El estreno de la propuesta periodística no será el único espacio con el que Morales desembarcará en la cadena informativa. A Voces de cambio y los dos especiales que el periodista uruguayo realizó a finales de 2013, se les sumará en algunos meses De zurda, el programa deportivo que conducirá junto a Diego Maradona mientras dure el Mundial de Brasil. En formato diario, el ciclo se transmitirá para toda la región desde tierras cariocas, con la idea de que las más diversas personalidades presentes en la cita mundialista –tengan o no relación directa con el deporte– se sienten a charlar sobre fútbol y otras yerbas cada noche en la que la pelota ruede. Por estas horas, incluso, existen negociaciones para intentar que De zurda pueda emitirse a nivel local por la pantalla de Canal 7.





Ex-ESMA. Retratos de una recuperación


Sinopsis: El 24 de marzo de 2004, el presidente Néstor Kirchner llevó a cabo dos acciones de gran contenido simbólico: bajó los cuadros de los represores, hasta el momento colgados en el Colegio Militar, y recuperó el predio de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), lugar emblemático del terrorismo de Estado. 

Estas medidas pusieron de manifiesto un cambio en las políticas de derechos humanos convirtiéndolas en políticas de Estado. El testimonio de sobrevivientes y exalumnos de la ESMA, nietos recuperados, madres y familiares de desaparecidos, y coordinadores de diferentes sectores y actividades del predio nos ayuda a comprender el significado que hoy cobró este lugar. 




Los muchachos de antes no usaban arsénico, de José Martínez Suárez

Una película que fue una voz de alarma que nadie quiso escuchar

Este clásico del cine argentino, que representó al país en las precandidaturas a los premios Oscar de 1976, ostenta el triste privilegio de haber sido la primera película nacional estrenada en dictadura y a la vez significó una advertencia inesperada.

http://tiempo.infonews.com/2014/03/23/suplemento-cultura-121048-una-pelicula-que-fue-una-voz-de-alarma-que-nadie-quiso-escuchar.php























Un día entre los días terribles de 2002 conocí personalmente a José Martínez Suárez. Fue en el Archivo General de la Nación. Estoy seguro de haberle manifestado esa noche, además de mi admiración por su obra, la extrañeza que me producía la incomprensión de su película Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976) por parte de los críticos, los censores, la intervención militar en la industria y el (poco) público que la vio.

No sé cuánta gente le había hecho parecidos comentarios hasta entonces, pero no creo que haya sido mucha, dicho sea esto sin pretensión de originalidad ni avanzadilla de nada. Según se sabe, los méritos ostensibles del film se percibieron y le valieron  representar a nuestro país en la competencia de ese año al mejor en idioma extranjero de la Academia de Hollywood; sin embargo, fue el devenir histórico de nuestro país  --el tiempo, en suma– lo que puso de manifiesto los valores ocultos de esta auténtica obra maestra.

El refranero español afirma que "de aquellos polvos vienen estos lodos"; para que no haya margen de duda sobre esa verdad, diré que mientras hablábamos de la extraña suerte de una película en los albores de la dictadura cívico militar instaurada en 1976, afuera, a pocos metros, había compatriotas comiendo de la basura en las arcadas del bajo.

Los muchachos de antes no usaban arsénico, que contaba con un elenco de lujo, integrado por Mecha Ortiz,  Bárbara Mujica, Arturo García Buhr, el inolvidable Narciso Ibáñez Menta y el también director de cine Mario Soffici, ostenta el triste privilegio de haber sido la primera película nacional estrenada en dictadura, el 22 de abril de 1976

Comenzaba para nuestro cine una larga cuaresma jalonada por prohibiciones, censuras, autocensuras, persecuciones y exilios. Previsiblemente, las consecuencias fueron el desmantelamiento de una industria que había mostrado signos de recuperación durante los tres años anteriores. Porque no ha de olvidarse que  había una industria –pequeña, limitada– pero aún capaz de resistir la saturación hollywoodense, ya fuera apoyando a la producción nacional o mostrando  inclinación marcada por los cines europeos tradicionales y emergentes. 

Los veinte estrenos  de 1976 pueden considerarse los últimos arrestos de ese compromiso industrial y artístico argentino existente entre público, artistas, productores y exhibidores. Eran  una realidad preocupante para  las usinas de difusión de la ideología imperialista los 33 títulos de 1975 y los 39 de 1974 que fueron los mimados de la boletería en esos años. El asalto al poder que padecimos en 1976, con sus secuelas atroces de sufrimiento y muerte, tuvo también planes de exterminio cultural por medio de la asfixia de la producción cinematográfica, la destrucción (literal) del libro, la negación del teatro y el desaliento de la investigación científica. Cesantías, liquidación de subsidios, cierre de las escuelas de cine, negación de una dramaturgia nacional, fueron algunas de las medidas que condujeron al páramo en el que la Argentina vegetó durante los primeros años sin democracia.

El perverso sistema que arrasó el estado de bienestar impuso de modo irrecusable la muerte de las personas, pero también la de los bienes y las ideas que de algún modo reflejaran desarrollo e independencia. La muerte, siempre la muerte; imperando en las calles, los corazones y las conciencias.

Estoy hecho de cine (PROSA – Amerian Editores. Bs. As., 2013) es un libro de conversaciones de Mario Gallina que registra con escrúpulo y amenidad la importante trayectoria de José Martínez Suárez en el cine, los medios  audiovisuales, la función pública y la enseñanza; también constituye un autorretrato fiel del realizador. Leerlo, pues,  es imprescindible para acercase al hombre y al artista que las nuevas generaciones de cineastas argentinos veneran y llaman maestro.

Allí se lee, en la página 99, que el guión de Los muchachos de antes no usaban arsénico fue muy elaborado en cinco meses de ardua  y diaria labor. No se trató, como bien puede verse, de una improvisación. Cabe preguntarse entonces cómo era aquel país en el que Martínez Suárez y Gius maquinaban su historia. 

Jorge Abel Martín  (Cine argentino '76, Ed. Metrocop, Bs. As., 1977) anota que el rodaje se prolongó por espacio de dos meses, entre el 24 de febrero y el 25 de abril de 1975; consecuentemente, los guionistas debieron comenzar su trabajo a mediados de 1974, tal vez a fines de julio o comienzos de agosto, que fue cuando aprendimos a convivir con el horror.

El 1º de julio de 1974 muere el entonces presidente de la República Juan Domingo Perón, dejando un vacío de poder que ni los partidos, ni los hombres  ni el pueblo desmovilizado después de la masacre de Ezeiza fueron capaces de llenar. Negados a una respuesta política, las organizaciones armadas ERP y Montoneros se dejaron arrastrar a una dialéctica de violencia que sólo podía terminar en una escalada del terrorismo de estado y la parálisis colectiva. Las bandas terroristas de las Tres A, con la aquiescencia de las oscuras fuerzas que tramaban el golpe del 24 de marzo, perpetraron en ese período (julio-agosto) un atentado 
cada 19 horas, bajo la especie –como diría Borges– de secuestros, voladuras y asesinatos. ¿De qué iban a escribir estos hombres, sino de aquello que veían, vivían y padecían? La tortuosa historia del guión se detalla en el libro de Gallina, y me permite afirmar que  sobre el propósito deliberado de hacer una película de humor negro ("gris" llegó a decir José en algún avance periodístico, según creo recordar) obró de manera irresistible el clima sofocante de  la época, obligándolos a la formulación del azorado testimonio.

"Desde 1975, todo mi país se transfiguró en una sola muerte numerosa que al principio pareció intolerable y que luego fue aceptada con indiferencia y hasta olvido. Así lo perdimos."

Estas palabras, que podrían suscribir los libretistas, no les pertenecen. Integran el prólogo que en 1978 escribió en el exilio de Caracas Tomás Eloy Martínez, para su libro Lugar común la muerte.

El hecho de que Martínez Suárez y Gius hayan  disfrutado la escritura de Los muchachos de antes no usaban arsénico (Gallina, op. cit., pág. 80) no invalida el análisis precedente. El humor suele ser el único refugio ante las situaciones de angustia extrema. Lo supieron los internados en los campos de concentración nazis, en los que floreció la agudeza del Pueblo del Libro. "El humor no nos hará felices, pero nos compensa de no serlo", enseñaba aquel humorista judío extraordinario que fue Bernardo Ezequiel Koremblit. 

Por eso, tal vez, la satisfacción del trabajo bien hecho se nota en la película, que he vuelto a ver para escribir estas líneas. A sus nunca negadas virtudes de realización, fotografía, música e interpretación, debe agregarse el encomio del primor y ajuste técnico del guión, como andamiaje del mensaje profético del film. Estamos ante la obra de un auténtico autor, dicho esto en el sentido que daban al término los "cahiers".

Tal vez Martínez Suárez no se haya dado cuenta de la trascendencia de lo que estaba haciendo, como no se dieron cuenta sus contemporáneos. 
 
Jorge Abel Martín, por ejemplo, juzga en su citada recopilación: "Al tener apoyatura sólo en los elementos externos y no bucear en las interesantes personalidades de sus criaturas, únicamente resultó a la postre rescatable el buen manejo narrativo de Martínez Suárez y el excelente y armonioso trabajo interpretativo de Mario Soffici, Mecha Ortiz, Arturo García Buhr, Narciso Ibáñez Menta y Bárbara Mujica." (op. cit., pág. 13).  

Martín era un hombre que sabía de cine y sabía ver cine. Si no entendió, fue por las mismas razones que el público no lo hizo. La película anunciaba de manera velada y, desde luego, involuntaria, que lo que habíamos vivido con las Tres A era poco, que faltaba algo aún peor. El lanzamiento al río de hombres y mujeres vivos, la mención del pentotal sódico (que los genocidas de la ESMA rebautizarían "pentonaval" para esos lanzamientos), la explicación de las muertes con el eufemismo "se esfumó" y el apoderamiento de los bienes de las víctimas son algunos de los estremecedores apuntes del film. Y todo dicho con suavidad, elegancia y la suprema astucia de coronar cada chiste macabro con una cita bíblica, para conjurar con sus propias armas al censor.

Hace mucho tiempo José Agustín Mahieu, uno de los grandes críticos argentinos y, como Tomás Eloy, un hombre de cine y un perseguido, fue capaz de definir la función del artista como catalizador de las tensiones sociales: "El artista suele ser anticipador. Su sensibilidad capta las crisis cuando aún no están manifiestamente definidas, a la vez que suelen chocar con él, conflictualmente los contenidos pasados." (Breve historia del cine argentino, Eudeba, Bs. AS., 1966, pág. 48). Siempre me impresionó la justeza de este juicio, por lo que no es la primera vez que lo cito y presumo que no será la última.

Los muchachos de antes no usaban arsénico no fue comprendida cabalmente porque no podía serlo. Cuando Narciso Ibáñez Menta dice con frialdad que matar comadrejas es lo que da derecho a tener gallinas, la película estalla en toda su formidable potencia alegórica, despojando a los  dictadores de 1976 de toda la palabrería fuera de sus motivaciones patrioteras. Porque mataron para  hacerse un derecho a tener, es decir, para robar: dejando en claro que el crimen no siempre es una cuestión de moral, sino de interés.

Los muchachos de antes no usaban arsénico ha de ser la mejor película de José Martínez Suárez y una de las más grandes de nuestro cine. Bella, inteligente y  siniestra, no fue entendida sencillamente porque los argentinos no vieron en ella lo que no quisieron ver, o lo que sencillamente  era insoportable de ver. 
 
 
Apuntes de un socio irremplazable: augusto giustozzi

El co-guionista de Los muchachos de antes no usaban arsénico, fue Augusto Giustozzi (Buenos Aires, 1927-2001), conocido profesionalmente como Gius. 

Celebrado autor de cine, teatro y televisión, obtuvo por su trabajo el Premio Martín Fierro  en 1962; el premio Argentores correspondiente a los años 1968, 1975, 1976, 1986, 1990, y también el Argentores de honor en 1993.

A su nombre están unidos los más grandes éxitos de la pantalla chica argentina, tales como Casino Philips, El circo de Marrone, El teatro de Darío Vittori, El mundo del espectáculo, Grande, Pa y Amigos son los amigos, entre tantísimos otros,  todos ellos grandes éxitos de la televisión argentina. 

Pero, para muchos –entre quienes me incluyo-  será siempre el creador de Yo soy porteño, un programa inolvidable por su autenticidd y elenco excepcional.

José Martínez Suárez  lo convocó para colaborar en el guión de Los chantas (1974) y Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976). Habían comenzado a trabajar juntos en 1974 en La Mary, de Daniel Tinayre.
Fueron amigos entrañables.
 
 
Los Tres hermanos
José Martínez Suárez pertenece a una familia que se convirtió en una de las más importantes del cine y la televisión en la Argentina. En la foto se lo puede ver al pequeño José, el mayor de los hermanos de la familia Martínez Suárez, posando con sus hermanas mellizas Goldi y Chiquita. Con el tiempo ellas se convertirían en las famosas Silvia y Mirtha Legrand.