sábado, 2 de octubre de 2010

Un experimento digno de la Alemania nazi

En 1969, Jorge Sanjinés, en su producción Sangre de cóndor (Yawar mallku) decide evidenciar una historia real sucedida unos años antes en los Andes centrales, los Cuerpos de paz yankis ligaban las trompas de las mujeres bolivianas (sin su conocimiento, por supuesto), desde un comienzo la puja, el choque vital, a través de una cita que lo posiciona dentro de esa disputa. Expone las condiciones de lucha, y toma posición. La cita es de un científico en una charla en California en la que habla de los habitantes de Latinoamérica como “raza inferior… animales… (a los que) hay que eliminar… (siendo) el rico y fuerte (el que finalmente) elimina al pobre y débil…”aplicando las políticas diseñadas por Mac Namara. 

Hoy sorprende una noticia publicada en Página/12:

Un experimento digno de la Alemania nazi
Entre 1946 y 1948, científicos norteamericanos contagiaron de manera intencional sífilis y gonorrea en detenidos y enfermos mentales para probar el efecto de la penicilina. El presidente de Guatemala lo calificó como “delito de lesa humanidad”.


Estados Unidos debió pedir disculpas a Guatemala por un estudio que realizó, ocultándolo, con parte de su población, al infectar deliberadamente a cientos de ciudadanos con enfermedades de transmisión sexual. El experimento, calificado de “abominable” por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, fue realizado entre 1946 y 1948. Ayer, el presidente norteamericano, Barack Obama, se comunicó con su par de Guatemala, Alvaro Colom, quien luego definió el hecho como un “delito de lesa humanidad”, calificó los episodios como “espeluznantes y desagradables”, y advirtió que “el gobierno se reserva el derecho de (realizar) una denuncia”.
El caso fue descubierto en 2006 por la investigadora Susan Reverby,
“Para seguir adelante con ese trabajo –escribió Reverby– y para extenderlo también a la sífilis, el PHS miró hacia más allá de las fronteras estadounidenses.”
Eligieron varones en la Penitenciaría Nacional y en bases del ejército, y varones y mujeres en el Hospital Nacional Mental de Guatemala; llegaron a reclutar 696 conejillos de Indias humanos. Cutler y el equipo, descubrió Reverby, primero utilizaron prostitutas ya afectadas con sífilis para infectar a los prisioneros; luego procedieron a la inoculación directa de la bacteria en los penes o brazos de las personas elegidas. Después se les suministraba penicilina. Sin embargo “no está claro” si alguno de ellos pudo curarse, o si se les administró “el tratamiento adecuado”.
Luego de conocida la información, Hillary Clinton anunció que el Estado norteamericano procedería a otra “minuciosa investigación” y que convocaría a especialistas internacionales “para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas”.
La idea original de Yawar mallku surge de denunciar (hacer visible) la esterilización inconsulta de mujeres quechuas por parte de “cuerpos de paz” norteamericanos en tierras bolivianas. Una situación que luego de estrenada la película, y a través de su repercusión mundial, a partir de su premiación en el Festival de Venecia, se modificó siendo dichos “cuerpos de paz” expulsados de Bolivia en 1971.

Fuentes de información:
Diario Página/12
Sebastian Russo, artículo publicado en Tierra en Trance, FromBolivia, Entrevista a Jorge Sanjinés en el Ojo que Piensa.
Ficha técnica:
 
SANGRE DE CONDOR

Largometraje blanco y negro
Producción: Grupo Ukamau
Jefe de producción: Ricardo Rada
Dirección, guión y montaje: Jorge Sanjinés
Fotografía: Antonio Eguino
Asistente de cámara: Juan Miranda
Continuidad: Daniele Caillet
Argumento: Oscar Soria, Jorge Sanjinés
Música: Alberto Villalpando, Alfredo Domínguez e Ignacio Quispe
En la quena: Gilbert Favre
Reparto: Benedicta Huanca, Marcelino Yanahuaya, Vicente Verneros, Danielle Caillet, Mario Arrieta, Ilde Artés, Comunarios de Kaata

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