Berlín, 12 feb (EFE).- Perú abrió con la película "Las malas intenciones" la representación latinoamericana en la sección juvenil de la Berlinale, en la que se proyectarán también cintas argentinas, venezolanas, brasileñas, chilenas y paraguayas.
El largometraje de la directora Rosario García-Montero, el relato de una niña sola y solitaria que no comprende el mundo que la rodea, se pasó en la primera jornada de la sección "Generation" en un gran teatro abarrotado de personal especializado y público joven.
Con casi dos horas de metraje, el filme desgrana el rico mundo interior de Cayetana (Fátima Búntinx), una chica de nueve años que lucha sin éxito por que le presten atención los mayores a su alrededor.
No obstante, su madre -embarazada y adicta al Valium-, su padre biológico, su padre adoptivo, el servicio y sus familiares cercanos se encuentran muy ocupados con el día a día para cuidar de la niña.
"¡No soy invisible!", grita Cayetana en uno de los últimos compases de un largometraje plagado de metáforas y ligazones internas que llevó a los centenares de espectadores de Berlín de la carcajada al sobrecogimiento.
Ante el desentendimiento de los que la rodean, la protagonista desarrolla un mundo en el que su desbordante imaginación logra que encajen las piezas sueltas del puzzle de la realidad que no entiende.
García-Moreno nació en 1973 en Chicago y, tras estudiar en Perú, Estados Unidos y Cuba, dirigió cuatro cortometrajes antes de escribir y dirigir su primera película de ficción y larga duración, "Las malas intenciones".
La sección "Generation", con una colección de unos 60 títulos de 23 países, acoge principalmente largometrajes que cuentan con protagonistas niños o adolescentes, o están dirigidas a un público juvenil.
Además de por "Las malas intenciones", América Latina está representada en esta popular sección por otras cuatro producciones, tanto largometrajes como cortos.
Entre los primeros se encuentran "El chico que miente", una coproducción entre Venezuela y Perú, de la directora Marité Ugás, y el filme brasileño "Ensolarado", de Ricardo Targino.
Por su parte, las obras latinas de corta duración en la sección "Generation" son la llamada "Blokes", de la directora chilena Marialy Rivas, y la titulada "Calle última", del paraguayo Marcelo Martinessi.
La idea original era poder realizar un material audiovisual que diera visibilidad a la VIOLENCIA que sufren niños, niñas y adolescentes en situación de calle, explotación sexual y otras condiciones de exclusión social. Un equipo de trabajo del proyecto LUDOCA (Grupo Luna Nueva / Don Bosco Róga / Callescuela) empezó a reunirse a trabajar con la productora MIRA de Marcelo Martinessi, es así como surge…. CALLE ÚLTIMA….Se trata de un nombre que por un lado, remite al lugar específico donde se desarrollan la mayoría de las acciones del cortometraje, Mercado de Abasto, bajo los viaductos, en la calle misma. Pero fuera de su contexto de nombre propio, Calle Última es también ese lugar último, marginal, olvidado, en el que está gran parte de la población de niños, niñas y adolescentes que protagonizan el film y en cuyas historias se basa el argumento.
Latinoamérica mantiene un relevante papel en la 61 edición del festival internacional de cine de Berlín, que arrancó el pasado 10 de febrero y se prolongará hasta el día 20, gracias principalmente a contar con dos películas en la sección oficial, las que se disputan los Osos.
La primera de estas dos es "El premio", de la directora argentina afincada en México Paula Markovitch, una coproducción entre México, Francia, Polonia y Alemania; y la segunda se llama "Un mundo misterioso", y es una producción Argentino-alemana-uruguaya, dirigida por el realizador argentino
Rodrigo Moreno. EFE
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