SERÁ UN MEDIO DEDICADO A PROMOVER LAS CARRERAS RELACIONADAS CON SU CARTERA; EL ROL DE LAS SERIES, EL MARKETING, LOS CONDUCTORES E INTERNET.
Por Pablo Martín Fernández
Fuente: diario "La Nación"
Más información: www.lanacion.com.ar
Desde el prejuicio, dos detalles se destacan en su discurso tanto por su origen científico como político: no teme hacer que la ciencia influya en las empresas, y viceversa, y es uno de los pocos ministros del gabinete de Cristina Fernández de Kirchner que brinda entrevistas aunque demanden varios meses de gestiones. Él mismo se encarga de aclarar que contar lo que está haciendo forma parte de su trabajo ya que considera que "la ciencia tendría que estar más presente en los medios".
Lino Barañao, el ministro de Ciencia y Tecnología, de él estamos hablando, recibe a lanacion.com en su despacho sobre la avenida Córdoba. El mismo sitio que espera dejar en septiembre para mudarse definitivamente al nuevo edificio en las ex Bodegas Giol, en Palermo.
Ese cambio de edificio, que significa mucho más que eso para el ministerio que se acomodó a la estructura de la ex Secretaría de Ciencia y Tecnología, y Tecnopolis -la muestra que originalmente iba a realizarse en avenida del Libertador y luego de una polémica con el gobierno de la ciudad se realizará en Villa Martelli (a partir del 8 de julio, según confirma el doctor en química) -, son los dos hitos del año que más destaca Barañao. Pero a eso se le suma el canal del ministerio. Luego de tomar el primer mate, el ministro responde sobre ciencia, tecnología, Internet y medios.
Cuando lo entrevistamos en 2009 había definido cuáles eran los sectores en los que iba a enfocar el futuro del ministerio. ¿Qué le contesta a las quejas de quienes quedaron afuera?
No hemos tenido gran cantidad de quejas porque no hemos gestado nuestro enfoque sin pensar. Nuestro recorte es matricial, la biotecnología abarca prácticamente todas las ramas de la biología; la tecnología de la información y la comunicación abarca desde los microchips hasta los algoritmos matemáticos y la nanotecnología cubre mucho de la física y la química. Me está quedando afuera la astronomía pero estamos financiando grandes proyectos de astronomía como nunca se ha hecho y participando de proyectos internacionales, entonces no vemos que queden áreas desfinanciadas.
Ese cambio de edificio, que significa mucho más que eso para el ministerio que se acomodó a la estructura de la ex Secretaría de Ciencia y Tecnología, y Tecnopolis -la muestra que originalmente iba a realizarse en avenida del Libertador y luego de una polémica con el gobierno de la ciudad se realizará en Villa Martelli (a partir del 8 de julio, según confirma el doctor en química) -, son los dos hitos del año que más destaca Barañao. Pero a eso se le suma el canal del ministerio. Luego de tomar el primer mate, el ministro responde sobre ciencia, tecnología, Internet y medios.
Cuando lo entrevistamos en 2009 había definido cuáles eran los sectores en los que iba a enfocar el futuro del ministerio. ¿Qué le contesta a las quejas de quienes quedaron afuera?
No hemos tenido gran cantidad de quejas porque no hemos gestado nuestro enfoque sin pensar. Nuestro recorte es matricial, la biotecnología abarca prácticamente todas las ramas de la biología; la tecnología de la información y la comunicación abarca desde los microchips hasta los algoritmos matemáticos y la nanotecnología cubre mucho de la física y la química. Me está quedando afuera la astronomía pero estamos financiando grandes proyectos de astronomía como nunca se ha hecho y participando de proyectos internacionales, entonces no vemos que queden áreas desfinanciadas.
Pero, ¿qué sucede en este mapa con las ciencias sociales?
Creo que las ciencias sociales tienen un papel fundamental en todo esto, en realidad le estamos pidiendo a las ciencias blandas lo mismo que a las mal llamadas ciencias duras que es que se aboquen a problemas concretos, productivos.
Si un científico, social, o no, por más excelso que sea publica en una revista pero no tiene divulgación o aplicación local o no patenta aquello que descubre implica una mala inversión para la sociedad.
También estamos pensando en hacer talleres conjuntos sobre temas como seguridad que tienen múltiples facetas: desde la generación y la acción violenta hasta la percepción, que por el peso que le da la sociedad es algo que tenemos que estudiar. También tenemos que pensar cómo van a afectar las nuevas tecnologías a la sociedad desde el agro hasta las telecomunicaciones. Hay un montón de temas que se entrecruzan y no siempre se estudian en el país. Creo que estamos ante un cambio muy importante porque prácticamente todos los días hay una cita de un investigador del Conicet en algún medio hablando sobre economía, política y un largo etcétera. En ese contexto buscamos la forma más concreta de devolver algo a la sociedad.
Más allá de la mudanza y Tecnopolis, dos focos que destaca como claves en 2011, ¿en qué estado se encuentra el proyecto del canal propio?
Esperamos lanzarlo en el segundo semestre, antes de fin de año. Estamos licitando ya alrededor de 30 programas, va a haber algunos enlatados enfocados en la realidad local pero muchos van a ser programas creados en la Argentina donde tenemos un desarrollo muy importante del sector de las productoras independientes y de las universidades en el área audiovisual. La idea que tenemos es que el canal de ciencia sea publicitario, no de divulgación. Queremos que sume científicos al país.
No queremos salir a contar qué es la ciencia, que es algo que ya se viene haciendo en Encuentro por ejemplo, sino vender la idea de capacitación en carreras científicas a los jóvenes y el concepto de innovación al empresario pyme. La tarea implica lógicas diferentes y estamos trabajando en eso muy fuerte.
¿Cómo piensan hacerlo?
Teniendo en cuenta muchas variables, pero, por ejemplo, queremos que los conductores sean chicos que estudian ciencias, hemos hecho un casting hace más de un mes en Exactas donde de 70 chicos más del 90% tenían claro lo que tenían que decir, eran expertos e histriónicos. Queremos que un chico que está haciendo zapping se cruce con alguien parecido a él que le habla de algo que no sabe y se quede ahí. Ese es nuestro desafío.
Se sabe que tendrá algo de la línea de Encuentro, pero ¿qué particularidades se imagina en el canal público de ciencia?
Va a tener mucho de ritmo de videoclip con mucha animación y una escala cromática que atraiga a los chicos. De hecho, hice un mini focus group con mi hija y su novio desde la tipografía y la estética y surgió algo interesante. Observé que a mí me desespera que hagan zapping a muy alta velocidad -dice entre risas- pero me dicen "yo me fijo en los colores para ver dónde me quedo". Si los colores son sepias no se detienen entonces eso fue clave, qué color hay que poner para que se detenga en esa señal así que estamos experimentando y eso es bueno.
Somos un ministerio de ciencia y nos vamos a encargar de medir todo. Podemos analizar desde cuántas personas más se inscriben en las carreras de ciencia hasta cuánta gente consulta por los instrumentos de financiamiento.
Queremos hacer como cualquier empresa con una campaña publicitaria: siempre se habla sobre cómo el mundo científico transmite conocimiento a la empresa, esto es al revés, nosotros tenemos que aprender sobre marketing si queremos cambiar, esto no es algo automático.
En el tema de las carreras científicas requiere de acciones concretas, si no vamos a poner cupos en la universidad pública como hacen otros países tenemos que orientar a los alumnos. No parece lógico que haya carreras con desempleo cero que tengan tan pocos alumnos y carreras donde la posibilidad de tener un empleo es baja y rebalsa de gente y todo con los fondos públicos. Estamos defraudando al padre de ese chico y a la sociedad que espera que la universidad aporte a la prosperidad general.
¿Cuál es el nombre del canal y de quién va a depender?
Todavía no podemos decir el nombre. Va a depender del ministerio, los fondos son nuestros y se ejecuta a través de Educ.ar que es del ministerio de Educación. Es importante que sea un canal del ministerio porque queremos que tenga nuestro certificado de calidad de que eso que se ve ahí esta chequeado, no es Nat Geo o cualquier otro medio privado, uno puede tomar una decisión para vacunarse o no guiado por un programa y es importante certificar eso. Por eso recalcamos que es del MinCyT porque es importante el sello de calidad.
Habló de contenido enlatado traído del exterior, ¿qué programas o señales tienen en mente?
Tenemos mucho de BBC, tenemos series de EE.UU., queremos tener algunas series que han tenido éxito como The Big Bang Theory que probablemente consigamos, pero a esos enlatados le vamos a sumar comentarios científicos previos para adaptar el contenido a la realidad local.
Nosotros hemos inventado el término "forsterizar" -se ríe- que es lo que hace Ricardo Forster al poner en contexto los programas de filosofía de Encuentro, porque me parece que eso es muy importante. Además, nos ayuda a mejorar los costos ya que no tendría sentido hacer un programa copiado de afuera si con contextualizarlo nos sirve.
Tenemos una propuesta del exitoso matemático Sebastián Ceria que dice que hay que hacer un corto que diga "yo estudie computación, este es mi auto", corte, un chico que dice "yo estudie derecho, este es el auto de mi mamá" (risas).
Vamos a tratar de hacer ese tipo de contenidos porque más allá del chiste es interesante ver que pasa por ahí la cosa, hoy las posibilidades de ascenso social se dan a través de la tecnología y no necesariamente de carreras tradicionales.
¿Qué rol va a jugar Internet en la propuesta del canal?
Todos los contenidos propios van a estar en Internet. Hoy los chicos no se sientan a las cinco de la tarde a ver un programa como hacía yo cuando era chico, si les interesa algo lo ven y se transmite por el boca a boca, lo bajan y listo. En casa, si nos sentamos a ver un programa de tv, es Dr House o The Big Bang Theory pero a sabiendas de que ese capítulo nos gusta porque mi familia lo vio o se los recomendaron.
También tenemos que aprovechar todas las posibilidades del programa Conectar Igualdad para llegar a las escuelas y tomar de allí el trabajo en grupos de los chicos, porque también es importante ver que la ciencia no se hace de a uno ya que tenemos la idea de los científicos como Milstein o Leloir solitos en su laboratorio tipo foto carnet y eso es muy contraproducente para generar buenos equipos. Además, nos enfocaremos en fomentar el pensamiento lateral, que se tiene que premiar. En la Argentina esa es nuestra chance: ir por el lado disruptivo, porque por lo masivo no vamos ni ahí, no hay manera de competir por ese lado.
Con India, por ejemplo.
Claro, India produce alrededor de 25 mil ingenieros por año, algo similar China. Con nuestros 500 ingenieros anuales, por más buenos que sean, en producción masiva de equipos no vamos a entrar, tenemos que enfocarnos en soluciones alternativas y hay mucho para hacer.
Por ejemplo, en el área de videojuegos hay una creatividad enorme con varias empresas argentinas vendiendo al exterior.
La gente de Globant me contaba que los argentinos superaban a los húngaros en un test de videojuegos porque son muy hábiles para encontrar como hackear algo y encontrar el error.
Si hacemos que los estudiantes de ciencia que tenemos sean muy disciplinados y buenos empleados vamos al muere. Tenemos que innovar.
Cambiando de tema, ¿qué pensó al ver los conflictos en Egipto, por ejemplo, y el rol de Internet allí?
Creo que toda la situación del norte de África no hubiese sido factible sin las posibilidades de comunicación que brinda Internet. Es así de claro.
¿Qué haría si mañana se despierta e Internet desapareció?
Sería lo más parecido a la asfixia, hoy me daba cuenta de que venía contestando mails en al auto y me despierta la llegada de los mails al teléfono.
Tiene algo de adictivo pero también genera una capacidad de gestión única porque sería imposible tener este ritmo de ejecución por una comunicación por escrito. Cuando vivía en EE.UU. me carteaba con colegas y era terrible la espera de un mes, yo viví este cambio instantáneo me parece que eso hace todo muy rápido. Tengo dos teléfonos, la notebook y un iPad que me dieron hace poco. Ahora, me faltan brazos.
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