DEL 17 AL 20 DE JUNIO EN EL CINE TEATRO VICTORIA DE BERISSO, SE PODRÁ VER ESTA PELÍCULA SOBRE EL SINDICALISTA CIPRIANO REYES, FIGURA CLAVE EN LA MOVILIZACIÓN DEL 17 DE OCTUBRE DE 1945.
La historia política y sindical de Cipriano Reyes en Berisso tiene ahora su registro fílmico, en el que se plasman entre otros aspectos su personalidad, sus luchas, los inicios del peronismo y la llegada al 17 de octubre de 1945, dentro de una época en la que la clase obrera surgió al protagonismo y la figura de este caudillo estuvo en el centro de la escena.
“Cipriano Reyes, la película”, es el fruto de varios años de esfuerzo propios de un grupo que se puso como meta llevar a la pantalla grande estos hechos, con una mirada particular y aspectos pocos conocidos sobre el personaje central.
Basada en el libro autobiográfico del propio Cipriano Reyes “Yo hice el 17 de octubre”, el film tiene un recorte temático con un guión que reconstruye desde la llegada a Berisso en 1942 de Reyes, hasta el amanecer del mítico 17 de octubre de 1945.
La historia encarada por el director y guionista berissense Marcelo “Kiki” Gálvez, suma experiencias de personas que fueron parte de esa época y el cotejo de datos con obras de escritores e historiadores como Norberto Galasso, Félix Luna y José Peter. A esto, el realizador le sumó experiencias propias como su participación en una larga entrevista a principio de los ‘90 con el propio Cipriano y varias charlas mantenidas con su hija Argelia y su nieta Sandra, quienes aportaron datos de la intimidad del protagonista.
“En los papeles, el proyecto nació hace cinco años”, precisó Gálvez, aunque en 1997 ya había leído el libro de Cipriano y siempre le quedó latente la sensación de que la nota periodística que le tocó filmar para el programa “Había una vez” para el viejo Canal 5, sería una elemento que lo llevaría a recorrer caminos que no sabía entonces hacia donde lo llevarían. “Guardé esa entrevista que trata sobre los hechos que se produjeron el 2 de septiembre de 1945, cuando a partir de un tiroteo de sindicalistas partidarios de Reyes y opositores, murieron dos de sus hermanos; sabía que en algún momento la utilizaría”, reveló.
“Cipriano Reyes, la película”, es el fruto de varios años de esfuerzo propios de un grupo que se puso como meta llevar a la pantalla grande estos hechos, con una mirada particular y aspectos pocos conocidos sobre el personaje central.
Basada en el libro autobiográfico del propio Cipriano Reyes “Yo hice el 17 de octubre”, el film tiene un recorte temático con un guión que reconstruye desde la llegada a Berisso en 1942 de Reyes, hasta el amanecer del mítico 17 de octubre de 1945.
La historia encarada por el director y guionista berissense Marcelo “Kiki” Gálvez, suma experiencias de personas que fueron parte de esa época y el cotejo de datos con obras de escritores e historiadores como Norberto Galasso, Félix Luna y José Peter. A esto, el realizador le sumó experiencias propias como su participación en una larga entrevista a principio de los ‘90 con el propio Cipriano y varias charlas mantenidas con su hija Argelia y su nieta Sandra, quienes aportaron datos de la intimidad del protagonista.
“En los papeles, el proyecto nació hace cinco años”, precisó Gálvez, aunque en 1997 ya había leído el libro de Cipriano y siempre le quedó latente la sensación de que la nota periodística que le tocó filmar para el programa “Había una vez” para el viejo Canal 5, sería una elemento que lo llevaría a recorrer caminos que no sabía entonces hacia donde lo llevarían. “Guardé esa entrevista que trata sobre los hechos que se produjeron el 2 de septiembre de 1945, cuando a partir de un tiroteo de sindicalistas partidarios de Reyes y opositores, murieron dos de sus hermanos; sabía que en algún momento la utilizaría”, reveló.
Un disparador que también lo impulsó a encarar el proyecto fue su participación en el rodaje de “El día que cambió la historia” de Jorge Asuaje. “Me mostró el camino para entender que era posible hacer una película de ficción en Berisso”, expuso.
A rodar Cipriano
En los comienzos de 2010 “Kiki” inició el armado del equipo de trabajo, con el que durante ocho meses de charlas comenzó a soñar la película en imágenes, locaciones y en los interpretes de los personajes. “Presentamos el proyecto en el Instituto de Cine y no salió seleccionado, ahí se produjo un quiebre”, repasó el director. “Nos reunimos con el grupo y les pregunté qué querían hacer y decidimos lanzarnos igual con los recursos propios. A esa altura ya teníamos dos cásting realizados y gente comprometida para participar”, indicó.
“La película se hizo porque tenía que hacerse”, afirmó Gálvez convencido. “Pudo haber algo de intuición y de eso me hago cargo, pero confiaba en que tenía que salir. Todos tomaron la película desde su lugar como propia, con ese sentido de pertenencia a Berisso y por la fuerza de la figura del personaje”, describió haciendo referencia a cómo evolucionó el proceso.
Conocedor de la vida de Reyes, el director lo describe como un luchador nato. “Lo rescatable es que esa lucha fue por un compromiso social. Se le podrían criticar cosas, pero nunca que haya traicionado el valor del movimiento obrero”, consideró.
“Murió con lo puesto”, expuso también al referirse al sindicalista. “Cuando tuvo posibilidades de escalar políticamente, decidió no negociar sus ideas por intereses personales y ese respeto lo pudo sostener a lo largo de su vida. Cipriano es una figura olvidada de la que todos hablan en forma privada pero no pública, no hay un monumento, ni una calle que lleve su nombre, solo una escuela en Berisso”, trajo a colación.
“La película se hizo porque tenía que hacerse”, afirmó Gálvez convencido. “Pudo haber algo de intuición y de eso me hago cargo, pero confiaba en que tenía que salir. Todos tomaron la película desde su lugar como propia, con ese sentido de pertenencia a Berisso y por la fuerza de la figura del personaje”, describió haciendo referencia a cómo evolucionó el proceso.
Conocedor de la vida de Reyes, el director lo describe como un luchador nato. “Lo rescatable es que esa lucha fue por un compromiso social. Se le podrían criticar cosas, pero nunca que haya traicionado el valor del movimiento obrero”, consideró.
“Murió con lo puesto”, expuso también al referirse al sindicalista. “Cuando tuvo posibilidades de escalar políticamente, decidió no negociar sus ideas por intereses personales y ese respeto lo pudo sostener a lo largo de su vida. Cipriano es una figura olvidada de la que todos hablan en forma privada pero no pública, no hay un monumento, ni una calle que lleve su nombre, solo una escuela en Berisso”, trajo a colación.
Escenarios y colores locales
Para ubicar la historia en tiempo y espacio otro desafío fue la búsqueda y adecuación de sitios apropiados, lo que demandó también de mucho ingenio. Mientras escribía el guión Gálvez imaginaba los lugares para cada escena. Así surgieron la calle Nueva York, la Hilandería, el Bar Inglés, el interior del ex-frigorífico Swift, un frigorífico privado local y la casa de la familia Drkos en calle 12 y 166. “Esa casa fue un poco el corazón del rodaje, ahí nos asentamos y además queda a pocos metros de donde estuvo el sindicato de Reyes, un lugar que no se pudo utilizar porque está muy cambiado. La vivienda es ideal, los gerentes del frigorífico la mandaron a traer desde Inglaterra y está impecable, solo trabajamos con decorados”, confesó.
Para ubicar la historia en tiempo y espacio otro desafío fue la búsqueda y adecuación de sitios apropiados, lo que demandó también de mucho ingenio. Mientras escribía el guión Gálvez imaginaba los lugares para cada escena. Así surgieron la calle Nueva York, la Hilandería, el Bar Inglés, el interior del ex-frigorífico Swift, un frigorífico privado local y la casa de la familia Drkos en calle 12 y 166. “Esa casa fue un poco el corazón del rodaje, ahí nos asentamos y además queda a pocos metros de donde estuvo el sindicato de Reyes, un lugar que no se pudo utilizar porque está muy cambiado. La vivienda es ideal, los gerentes del frigorífico la mandaron a traer desde Inglaterra y está impecable, solo trabajamos con decorados”, confesó.
Las tomas se nutrieron de más de 400 participantes: entre el plantel de actores y extras aparecen muchas caras conocidas. “Se han divertido bastante en el rodaje”, destacó el director, aunque aclaró que algunos se fueron con golpes en el cuerpo. “Las escenas de recreación histórica, las peleas con la policía, en los conventillos y en la calle Nueva York tuvieron un rigor importante”, expuso.
El rodaje del film guarda miles de anécdotas, contratiempos, largas esperas para las filmaciones e historias que se fueron generando mientras avanzaba. “Hubo momentos muy intensos, éramos muchas personas que quedamos vibrando y eso se transmite en la película, la escena en uno de los conventillos fue impresionante, un viaje en el tiempo con una gran intensidad dramática”, rescató Gálvez.
De la misma manera distinguió el momento referido a la gestación del 17 de octubre y a la pelea con los policías, con Teté (la hija de Cipiano) y Sandra (la nieta) mirando la escena desde el Bar Inglés con lágrimas en los ojos y diciendo “que eso fue así”.
Así se fueron dando distintas circunstancias curiosas, gente que alcanzaba fotografías y aportaba datos. “En la escena donde aparece Juan Perón, una persona me dijo al oído que no quería ofender, pero que Perón alzaba a los nenes y les daba un beso. Le agradecí esa acotación y cuando tiré la última toma la hice con el personaje besando una nena. Por esas cosas la película tiene una construcción colectiva que la enriqueció en los detalles. El grupo traccionó bien porque todos sintieron que algo estaban aportando y si algo hice bien fue abrir las posibilidades para que se expresen y sean parte”, dijo.
A los relatos de los hechos ocurridos en Berisso, a los escenarios locales y a la casi totalidad de los actores de esta tierra, se suma la música, que inevitablemente tenía que tener los tonos de un berissense como Luis Volkoff. “Estuvimos casi un año trabajando con Luis. Al principio me mostró una música que era muy bella pero no adecuada para la película, hasta que encontramos el punto y una coherencia estética que aporta un toque especial”, comentó Gálvez.
Proyecto autogestionado
El film fue prácticamente autogestionada por Gálvez y su equipo, con un importante aporte de la Municipalidad de Berisso que puso varias áreas al servicio de la tarea. “Nos brindó logística indispensable como el corte de calles, conexiones de energía eléctrica y diversas asistencia que son invalorables”, agradeció el director dejando asentada la labor del grupo que lo acompañó durante este tiempo.
Un párrafo aparte dedicó a la actuación de Luciano Guglielmino, el protagonista de Cipriano, al que calificó como un pilar junto al grupo de actores que nunca faltaron los días de convocatoria al rodaje.
El rodaje del film guarda miles de anécdotas, contratiempos, largas esperas para las filmaciones e historias que se fueron generando mientras avanzaba. “Hubo momentos muy intensos, éramos muchas personas que quedamos vibrando y eso se transmite en la película, la escena en uno de los conventillos fue impresionante, un viaje en el tiempo con una gran intensidad dramática”, rescató Gálvez.
De la misma manera distinguió el momento referido a la gestación del 17 de octubre y a la pelea con los policías, con Teté (la hija de Cipiano) y Sandra (la nieta) mirando la escena desde el Bar Inglés con lágrimas en los ojos y diciendo “que eso fue así”.
Así se fueron dando distintas circunstancias curiosas, gente que alcanzaba fotografías y aportaba datos. “En la escena donde aparece Juan Perón, una persona me dijo al oído que no quería ofender, pero que Perón alzaba a los nenes y les daba un beso. Le agradecí esa acotación y cuando tiré la última toma la hice con el personaje besando una nena. Por esas cosas la película tiene una construcción colectiva que la enriqueció en los detalles. El grupo traccionó bien porque todos sintieron que algo estaban aportando y si algo hice bien fue abrir las posibilidades para que se expresen y sean parte”, dijo.
A los relatos de los hechos ocurridos en Berisso, a los escenarios locales y a la casi totalidad de los actores de esta tierra, se suma la música, que inevitablemente tenía que tener los tonos de un berissense como Luis Volkoff. “Estuvimos casi un año trabajando con Luis. Al principio me mostró una música que era muy bella pero no adecuada para la película, hasta que encontramos el punto y una coherencia estética que aporta un toque especial”, comentó Gálvez.
Proyecto autogestionado
El film fue prácticamente autogestionada por Gálvez y su equipo, con un importante aporte de la Municipalidad de Berisso que puso varias áreas al servicio de la tarea. “Nos brindó logística indispensable como el corte de calles, conexiones de energía eléctrica y diversas asistencia que son invalorables”, agradeció el director dejando asentada la labor del grupo que lo acompañó durante este tiempo.
Un párrafo aparte dedicó a la actuación de Luciano Guglielmino, el protagonista de Cipriano, al que calificó como un pilar junto al grupo de actores que nunca faltaron los días de convocatoria al rodaje.
“Luciano le permitió a la película armar lo más importante que fue la comunión entre el grupo de trabajo y los actores, se puso al hombro la película y el personaje, fue el primero en llegar y el último en irse, siempre dispuesto y con un talento muy especial”, destacó.
El trabajo de composición del personaje también fue profundo, por ejemplo con la voz “que sonaba como gastada de Reyes y cierta gestualidad que las adoptó”, resultado de un estudio de secuencias fotográficas y de entrevistas.
Como reflexión final, Marcelo Gálvez sostuvo que es la realización personal que más expectativas le genera. “Sintetiza muchas cosas y tiene una envergadura impensada. Viéndolo a la distancia hubo una gran cantidad de circunstancias que se tuvieron que producir para concretarla. Muchos no van a creer que prácticamente con solo voluntad y algunos pequeños aporte se haya podido hacer esta producción. El público evaluará la calidad, pero la producción es enorme, con una historia contada desde un lugar nuevo y que atraviesa a todos. Estoy muy contento; siento que estamos entregando una película que la ciudad se merece tener”, describió.
Estreno en el Victoria
La presentación oficial de “Cipriano Reyes, la película”, será con la avant premiere del viernes 17 en el Cine Teatro Victoria de Avenida Montevideo entre 12 y 13. Las funciones gratuitas y abiertas para todo el público se ofrecerán el sábado 18, domingo 19 y lunes 20 a las 19:00 y 21:30. Las entradas se podrán retirar desde la semana próxima en la Casa de Cultura de Avenida Montevideo Nº 821 de 9:00 a 20:00. La película tiene una duración aproximada de una hora y cuarenta y cinco minutos.
Fuente: “El mundo de Berisso”
Más información: www.semanarioelmundo.com.ar
El trabajo de composición del personaje también fue profundo, por ejemplo con la voz “que sonaba como gastada de Reyes y cierta gestualidad que las adoptó”, resultado de un estudio de secuencias fotográficas y de entrevistas.
Como reflexión final, Marcelo Gálvez sostuvo que es la realización personal que más expectativas le genera. “Sintetiza muchas cosas y tiene una envergadura impensada. Viéndolo a la distancia hubo una gran cantidad de circunstancias que se tuvieron que producir para concretarla. Muchos no van a creer que prácticamente con solo voluntad y algunos pequeños aporte se haya podido hacer esta producción. El público evaluará la calidad, pero la producción es enorme, con una historia contada desde un lugar nuevo y que atraviesa a todos. Estoy muy contento; siento que estamos entregando una película que la ciudad se merece tener”, describió.
Estreno en el Victoria
La presentación oficial de “Cipriano Reyes, la película”, será con la avant premiere del viernes 17 en el Cine Teatro Victoria de Avenida Montevideo entre 12 y 13. Las funciones gratuitas y abiertas para todo el público se ofrecerán el sábado 18, domingo 19 y lunes 20 a las 19:00 y 21:30. Las entradas se podrán retirar desde la semana próxima en la Casa de Cultura de Avenida Montevideo Nº 821 de 9:00 a 20:00. La película tiene una duración aproximada de una hora y cuarenta y cinco minutos.
Fuente: “El mundo de Berisso”
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