martes, 18 de octubre de 2011

Cruces por la película JUAN y EVA entre Gerardo Young (Clarin) y su directora Paula de Luque

Favores políticos y familiares con los fondos oficiales del cine

Clarin 09/10/11 - 01:02
 
El INCAA, entre el arte y la propaganda. Es un ente público que maneja $ 300 millones. Dio subsidios a la mujer del secretario de Cultura. Y al director de la señal de cable del organismo. También le dio forma al plan “Series para todos”.
 
Por Gerardo Young
INVESTIGACION 

Ni comedia de enredos, ni absurdo, apenas una trama singular. El Instituto del Cine, el INCAA, además de impulsar el cine argentino que todos deseamos, se ha convertido en una caja millonaria que financia películas por amiguismo, que se sirve del aparato del Estado para conseguir publicidad oficial a bajo precio y deja contentos –y quizá ricos– a varios amigos del poder. 

Con un presupuesto que ronda los 300 millones de pesos -entre fondos propios y los que recibe del Ministerio de Planificación-, el INCAA está a cargo de Liliana Mazure, una militante peronista con pocos antecedentes en la industria del cine, que en las últimas horas asomó la cabeza por encima del microclima de los cineastas. Fue para repudiar supuestas presiones contra la producción de una miniserie televisiva, El Pacto, a la que financió el gobierno usando al INCAA como intermediario. Aquello fue la puesta en evidencia de que la promoción audiovisual ha ingresado de lleno en la política.
 
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) es el mentor de la enorme mayoría de las producciones argentinas. Para darse una idea, según la propia Mazure, en los últimos tres años financió 250 largometrajes, 200 documentales, 200 cortos y otras 250 producciones especiales. Una cantidad inédita, aunque la suerte de las películas no es acompañada con tanto entusiasmo. Según el sitio especializado Taquilla Nacional, durante el primer semestre de este año el cine argentino conquistó a sólo el 8,5 por ciento del público que fue al cine, y en buena medida gracias al éxito de Un cuento chino, película que, con 905 mil localidades, vendió la mitad de las entradas de cine argentino. Se estrenaron, eso sí, 39 largometrajes.
Pero esta nota no habla de taquilla sino de los procesos de selección de los proyectos financiados por el Estado, asunto que está siendo investigado por la Justicia.
 
Desde la llegada al Instituto del Cine de Jorge Coscia (2002-2006), en el INCAA se dio inicio a un proceso de burocratización que explica parte del problema. En 2002, contaba con 75 empleados de planta. Pero para el 2012, según informó el Ministerio de Economía en el proyecto de presupuesto, tendrá 643 empleados estables, además de unos 200 contratados. Semejante crecimiento del personal no es gratuito. En 2002, el Instituto invertía el 65% de sus fondos en el financiamiento de películas, y hoy apenas destina el 51% de la plata. El resto, burocracia.
 
El INCAA es un ente público autárquico, pero administrativamente depende de la Secretaría de Cultura, hoy a cargo del propio Coscia. Este dato, a ojos de Mazure, no impide que su familia sea beneficiaria del organismo. La mujer del Secretario, Paula De Luque, es una reconocida bailarina que, en coincidencia con el tránsito de Coscia por el INCAA, se empezó a dedicar al cine. Y es la directora de Juan y Eva, una película que ha fascinado a Cristina Kirchner –deseó que hagan una igual sobre Néstor y ella– y que contó con todo el respaldo del Gobierno. La película recorta un fragmento en la vida de Perón (su amor por Evita) y lo celebra con belleza. 
 
Se estrenó en septiembre y en las primeras tres semanas, a pesar de la enorme publicidad, alcanzó a vender apenas 41.273 entradas. Pero eso no importa. Tampoco que haya recibido un crédito de 1,5 millón de pesos, un subsidio especial por cada entrada vendida y otro subsidio sin devolución por haber sido declarada de Interés Especial por el INCAA, por el que cobrará 2,2 millones de pesos. El problema es que la mujer de Coscia sea la directora, y que entre los productores figuren varios de los hombres fuertes del INCAA. En primer lugar el productor Marcelo Schapces, ex compañero de exilio de Mazure en los setenta en México y desde septiembre de 2010 a cargo de la señal de cable INCAA-TV. El hermano de Schapces, Daniel, figura como el receptor del crédito de 1,5 millones que le otorgó el INCAA en 2011. “No le podemos cortar la carrera a la esposa de Coscia por ser la mujer de”, explicaron en el INCAA ante la consulta de Clarín. Sobre el rol de Schapces, lo defienden con un argumento curioso: desde mayo pasado, cuando la película fue beneficiada con los fondos del INCAA, Schapces pasó a trabajar “ad honorem”, es decir que ya no cobra por su función al frente de INCAA-TV. ¿Le impide eso influir en las decisiones del Instituto? ¿No son igualmente incompatibles una cosa y la otra?

Hay otros productores de Juan y Eva. También figuran Oscar Azar, el gestor más importante del organismo; el titular del gremio de los porteros Victor Santamaría (financista del peronismo); y Fernando Sokolowicz, fundador del diario Página/12 y dueño de varias productoras que suelen ser beneficiadas con los subsidios del cine. 

Es casi costumbre que el INCAA otorgue créditos a amigos o parientes. Pero una extraña excepción es la propia Mazure. El 12 de marzo de 2009, la Oficina Anticorrupción (OA) le impidió celebrar contratos con la productora Arca Difusión, de la que había sido su presidenta y que todavía dirigía una de sus hijas. La OA se valió de la Ley de Ética Pública, que prohibe cualquier trato comercial entre los funcionarios y empresas en las que tengan alguna participación o que la hayan tenido en los últimos tres años. La mujer de Coscia, sin embargo, no fue alcanzada por esa cláusula. Tampoco Schapces, cuyo rol en la producción de cine tiene varias aristas. Además de producir Juan y Eva, fue productor de Luca, un documental por el que cobró 1,7 millón de pesos en los últimos dos años, cifra sin antecedentes para el cine documental, y otro tanto para El Vestido, que produjo él y también dirigió Paula De Luque, con un subsidio de 650 mil pesos en 2007. 

En 2010 Schapces asumió como funcionario y siguió cobrando subsidios por su película Pájaros volando, que dirigió Néstor Montalbano con el protagónico de Diego Capusotto. “Pájaros…” recibió 2,8 millones de pesos, se estrenó en agosto de 2010 y luego fue llevada por el INCAA a inaugurar cines propios en San Juan, Córdoba y otras provincias. Quizá le vaya mejor con Empleadas y patrones, documental que produce y por el que ya recibió 250 mil pesos.

La selección de subsidios y créditos a las producciones es decidida por jurados elegidos por el Consejo Asesor del INCAA. Dicho así suena bien, pero la verdad es que el Consejo asesor nunca se formó, en parte por desacuerdos de los productores en poner a los representantes que les corresponden, y en parte porque nunca hubo voluntad política. Más fácil es como se hace ahora: al no existir Consejo, la dirección del INCAA elige a los jurados que deben decidir el destino de los fondos. Y en ese asunto la directora no está sola, sino que cuenta con un tridente de influyentes.

El primero es Jorge “El Topo” Devoto, ex marido de Mazure y también compañero suyo del exilio, de entrada libre al despacho de Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia. El segundo es Luis “Coco” Barone, de la productora Kaos, ex funcionario de Duhalde en la Provincia, quien fue socio de Mazure en los noventa y suele integrar los comités de selección. Claro que los proyectos de Barone también ganan los concursos, como el caso de Zenitrám, una película que narra las aventuras de un extraño superhéroe. Zenitrám recibió en 2008 1,5 millón de pesos gracias a un jurado que integraba la propia Mazure. Se estrenó en junio de 2010 y no llegó a ser vista por 10.000 espectadores, a pesar de haber ocupado 34 salas en todo el país. En estas horas se estrena otra película de Barone, Fumar no es un vicio como cualquier otro, que recibió un millón de pesos para finalmente ser estrenada en una única sala, la del ex Cosmos, de jueves a domingos a las 22. El que se la pierde, ya sabe, se embroma.

Barone también logró subsidios para las películas Pasión de Multitudes, Kluge (recibió 1,6 millones) y, este año, un crédito de 1,3 millones para filmar Los Inmortales.

El tercero de los influyentes es quizá el más importante, porque pocos lo conocen. Es un productor y abogado, Oscar Azar, quien se jacta de haber sido contratado por más de 100 directores de cine. Azar se reconoce como hombre de Coscia y muchos lo señalan como el verdadero abrepuertas del cine.

Lo más insólito sobre Azar, es que es vicepresidente de la empresa Laboratorio Argentino S.A., especializada en exportar películas, que por incumplimiento de contrato está siendo demandada en la Justicia (ante el Juzgado penal 19 de la Capital, causa 55.714) nada menos que por el propio INCAA, que le reclama 2.283.182 pesos. Igual es como si nada. Azar sigue siendo habitante vip de la casa del cine y consigue subsidios a su gusto. Ahora mismo le pagan los costos de un largometraje animado llamado La máquina de hacer estrellas y de una decena de documentales. Por supuesto, no se quedó afuera del colectivo que se abrazó a Juan y Eva.

Pero la verdadera estrella del INCAA, se dice, es Devoto, el ex de Mazure. A él le atribuyen la producción de una película que se está haciendo (con unos cuantos tropiezos) en homenaje a Néstor Kirchner, y la idea de usar al INCAA para crear contenidos para la televisión, algo inédito en el mundo. Ese plan incluye el proyecto “Series para todos”, como se conoce a la última invención del propagandístico plan oficial de imágenes. Tiene todo el sello kirchnerista: fondos del ministerio de Planificación (45 millones de pesos), liberados de controles a través de un convenio con una universidad pública (la de San Martín) y decididos en la cocina del INCAA a las corridas y para los amigos. La historia es simple: 

–El 15 de junio pasado, se convocó al concurso para la realización de 10 series de televisión de 13 capítulos cada una. Se puso al 15 de julio como plazo tope para presentar los proyectos. Es decir, menos de un mes para inventar, guionar, hacer el presupuesto y definir cada proyecto, lo que es imposible. 

–El jurado del concurso se decidió a dedo, con cinco miembros cercanos al gobierno, entre ellos una funcionaria del INCAA y otra de Julio De Vido.

–El 26 de julio se declararon los ganadores (9 días hábiles después de presentados los proyectos), entre los que figura un documental llamado Todo lo que quiso saber sobre el peronismo y no se atrevió a preguntar, obviamente de un peronista, Marcelo Céspedes. Y la tan comentada El pacto, con la que el gobierno quiere contar su versión sobre la compra de Papel Prensa por parte de Clarín, La Nación y La Razón durante la dictadura.

La clave de ese plan, además de manejar contenidos, es que las series se deben estrenar antes de las elecciones de octubre (algunas ya lo hicieron) y que los canales que las transmiten deben cederle al gobierno seis minutos de tanda por capítulo en horario prime time. Según fuentes del mercado, éste es el costo por segundo de la publicidad en los canales elegidos para las series:

–América TV: 2.307 pesos.
–Canal 9: 2.684 pesos
–Telefe: 5.675 pesos

No hay datos sobre Canal 7, donde los valores varían ajenos al mercado. Pero el caso de América vale como ejemplo. Si el gobierno decide pasar publicidad o propaganda oficial durante los seis minutos que les corresponden, estaría utilizando de hecho 830.520 pesos por capítulo. Lo que pagó por cada uno de ellos fue bastante menos, los 360 mil establecidos por el plan Series para todos. El negocio, entonces, cierra por todos lados. Por eso, cualquier similitud con la ficción, es intencional. El INCAA es puro cine.
 
 
 
RESPUESTA AL SR. GERARDO YOUNG PUBLICADA EN EL DIARIO CLARÍN EL DÍA, 9 DE OCTUBRE DE 2011.
 
Por Paula de Luque*
 
En principio reconozco públicamente el legítimo derecho que tiene el señor Gerardo Young de escribir sus pareceres ya que, afortunadamente, vivimos en un país donde la libertad de prensa está garantizada. Pero al respecto, y ejerciendo también mi legítimo derecho a réplica quiero aclarar que Gerardo Young comete varios errores:
 
- El subsidio no lo recibo yo como directora y guionista contratada, sino los productores de la película. 
 
- El subsidio no se percibe hasta tanto la película se estrena y quedan acreditados los cumplimientos que establecen las resoluciones vigentes en el INCAA. La liquidación de la primera etapa del subsidio se efectúa solo después de que la película se distribuye en DVD, y la segunda etapa una vez aprobadas todas las instancias legales que marca la ley. 
 
- El señor Secretario de Cultura de la Nación no es mi marido actualmente, y de serlo, no existe inhibición legal para que yo me desempeñe como directora.
 
- La oficina anticorrupción recibió oportunamente, y mucho antes del rodaje y del otorgamiento del crédito, una nota por parte del Secretario de Cultura de la Nación, notificando mi prescindencia como productora y mi derecho al libre ejercicio profesional como realizadora audiovisual que ejerzo desde el año 1994. 
 
- Cuando el periodista dice “a pesar de la enorme publicidad”, también se equivoca, ya que Juan y Eva  no tuvo publicidad masiva por no ser financiada por ningún multimedio.
 
- Cuando dice: “Apenas 41.273 entradas en tres semanas” ignora que la cifra es muy buena ubicándola entre las películas argentinas más vistas del año y continúa su performance con buenas perspectivas sostenidas en el boca a boca.
 
- Es cierto que recibió crédito que deberá ser reintegrado, y está garantizado por la productora. El 99% de las películas nacionales que se estrenan en la Argentina son tratadas del mismo modo, y Juan y Eva no ha recibido ni un centavo más de lo que marca la ley en su plena vigencia.
 
- El interés especial que recibió Juan y Eva, ha sido otorgado en primera instancia por el “comité de preclasificación” integrado por las entidades del cine (Productores, directores, técnicos y actores) y el “interés especial” a la película que se otorga una vez terminada, previo a su estreno, lo da un segundo comité distinto al anterior integrado por distintos representantes de las entidades del cine. 
 
- Todos los comités gozan de total autonomía de las autoridades del INCAA y del Estado Argentino.
 
- El supuesto subsidio “sin devolución” que menciona maliciosamente el periodista, es una suma fija que se da a todas las películas argentinas una vez cumplida la normativa vigente, y se aplica desde el año 1995 a cancelar, en primer término, el crédito o las deudas que el productor tenga con el INCAA.
 
- Es de destacar que del mismo han sido beneficiarias numerosas películas producidas por empresas vinculadas al grupo Clarín, para el cual escribe el periodista Gerardo Young, pero acaso tampoco lo sepa. 
 
Esta mención a mi condición de “mujer de” es un comentario que desnuda una enorme misoginia de parte de quien lo pronuncia. Y su también malicioso comentario acerca de que he sido una “exelente bailarina”, intenta descalificarme como realizadora de cine. Como si un cineasta no pudiera haber tenido, en el pasado, otra profesión.          

Si nos remitimos a las críticas, veremos que periodistas de muy diferentes colores políticos han halagado la película justamente por no ser un film apologético ni partidario. Y la han mencionado en muchos casos como la mejor película argentina sobre el tema. Creo además, que la película debe ser juzgada por sus valores (o no) cinematográficos, y que cualquier otro comentario no hace más que poner en evidencia las malas intenciones, discriminatorias y fuera de lugar, de quién las enuncia. 

Asimismo me parece relevante mencionar el señor Gerardo Young ya ha tenido otras expresiones discriminatorias y misóginas en otros casos, y que tal vez, tampoco sepa que, por ejemplo, los periodistas Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenembaum, que trabajan para el grupo Clarín, han elogiado fuertemente la película, del mismo modo que el señor Diego Lerer, de la sección Espectáculos ha hecho una buena crítica, por lo que me hace pensar que las suyas no son más que malas intenciones encubiertas que utilizan argumentos falaces para desmerecerme como directora, mezclar todo para confundir al lector y en definitiva, dejar mal parado al INCAA y a la actual política cultural que ejerce el Estado desde la Secretaría de Cultura de la Nación,  cuando la inmensa mayoría de los medios, de cualquier color político ha mencionado a Juan y Eva como una de las mejores películas del año, y el público, en un hecho completamente inusual, aplaude de pie las funciones en los cines. 

A lo mejor le moleste a Gerardo Young la mención emotiva que ha hecho nuestra Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sobre la película, porque lo menciona como “prueba” de sus conjeturas, y al respecto quiero decir que fue muy conmovedor para mí, como realizadora, que la Jefa de Estado, mencionara de un modo tan cálido y emotivo mi trabajo, ya que  tuve que tomar decisiones muy arriesgadas en términos narrativos y artísticos sobre todos aquellos lugares comunes que se supone, debían estar incluidos o no en una película sobre los dos líderes políticos más importantes del siglo XX. La recomendación de ella me hizo saber que no me había equivocado, porque ella más que nadie, sabe de qué hablo cuando hablo de ese amor que trasciende las paredes y se derrama sobre el pueblo. Pero la historia se repite una y otra vez y considero que el mismo odio que se derramó sobre Cristina y Néstor, proviene de los mismos sectores, los mismos intereses y la misma ignorancia de aquellos que odiaron a Perón y a Eva. Creo que algo de éste odio se le ha colado al señor Gerardo Young cuando escribió el artículo con la clara intención de injuriar a los organismos de Gobierno que menciona, un Gobierno con una fuerte voluntad de sostener una política cultural que nos garantice a todos, incluso a él, la posibilidad de tener una industria de cine propia, y que el mayor error del señor Gerardo Young radica en no darse cuenta de que todo lo que dice, simplemente, habla de él. 

                                                
*Paula de Luque (directora de Juan y Eva)

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