domingo, 13 de noviembre de 2011

26ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata- Liberen a Panahi

Una foto, un pedido conjunto: ¡Liberen a Panahi!

Enorme convocatoria para solicitar la liberación del realizador iraní
“Esta foto va a dar vuelta por todo el mundo”, dijo el Presidente del Festival José Antonio Martínez Suárez.

Y la gente se reunió por un objetivo común. A las 11.30 hs frente a la rambla, las principales figuras internacionales que visitan el Festival, entre ellos Willem Dafoe, Joe Dante y Victor Kossakovsky, miembros del jurado, becarios y autoridades,  mostraron su repudio ante la condena de seis años de presión y veinte años de inhabilitación para filmar quela República Islámicade Irán le ha ratificado al director Jafar Panahi.

“Pedimos la liberación inmediata de este gran cineasta que nos ha regalado obras hermosas como El Globo Blanco, El Espejo, El Círculo y Offside. Su última película This is Not a Film, fue grabada con una cámara HD casera, y el video tuvo que salir clandestinamente de Irán. Repudiamos esta condena a la libertad de pensamiento y expresión”, continuó Martínez Suárez.

Al grito unánime de “¡Libertad! ¡Libertad! Libre Panahi”, el Festival dijo presente y se unió a millones de voces alrededor del mundo que solicitan la liberación inmediata del artista.

This is Not a Film, de Mojtaba Mirtahmasb, Jafar Panahi

 
"Si pudiéramos contar una película, entonces ¿para qué filmarla?" Y si Jafar Panahi no puede ejercer su derecho de expresión a través del cine, entonces hace una no-película. Porque lamentablemente, los derechos humanos pueden vulnerarse, pero la necesidad esencial y absoluta del ser humano de comunicarse no puede ser restringida.

Recluido en su departamento, esperando la sentencia - que hoy sabemos quedó firme: seis años de prisión y 20 años de inhabilitación para ejercer cualquier actividad relacionada al cine- Panahi, con la inestimable ayuda de Mojtaba Mirtahmasb,  despliega un verdadero tratado sobre la libertad, sobre el cine como relato y principalmente como discurso. Desde su compromiso pleno: “Lo importante es que las cámaras estén encendidas”, echa mano a los elementos disponibles;  su celular, una cámara, el televisor en el que muestra parte de sus películas, y su último guión que, por supuesto, fue rechazado. Y lo cuenta frente a la luz roja.

Y elige hablar. Y se desespera porque el lenguaje y sus herramientas de comunicación han sido limitados, cambiados, modificados. Pero sigue, expande su relato hacia una imperdible clase abierta de cine, el cine como percepción del mundo, como mirada inquisitiva, como imágenes que rompen el silencio censor. Y el resultado final es  un vehemente y apasionado ensayo, una defensa profunda y sincera de la libertad, en la que el vehículo, el medio, es en sí mismo un grito, una película sobre la no película, sobre lo que se está impunemente acallando.  Inteligente y tristemente real.

Desde el Festival de Mar del Plata nuestra voz se une a la defensa de  Jafar Panahi y de muchos otros cineastas que han sido encarcelados solo por reflejar su universo y su realidad. Y no nos queda más que decir: ¡Liberen a Panahi!

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