CINE.SE ESTRENÓ "LA PLEGARIA DEL VIDENTE", UNA GRAN APUESTA DEL CINE ARGENTINO DE GÉNERO.
INSPIRADO EN UN CASO REAL, LA PLEGARIA DEL VIDENTE SE AVENTURA A CONTAR
DESDE UNA FICCIÓN UNA TEORÍA SOBRE LOS HECHOS OCURRIDOS EN EL EXTRAÑO Y
PERTURBADOR CASO DEL “LOCO DE LA RUTA".
Ficcionalizar la realidad
La escalofriante
serie de asesinatos de prostitutas ocurridos en la década del 90, en Mar
del Plata, y atribuidos, en principio, al llamado "Loco de la ruta",
inspiraron a Carlos Balmaceda a escribir la novela La plegaria del
vidente. El texto fue, luego, el disparador que utilizó el director
Gonzalo Calzada para construir una versión cinematográfica que retoma
las convenciones del género policial clásico. La película, que lleva el
mismo nombre de la novela y está protagonizada por Gustavo Garzón,
Valentina Bassi, Juan Minujín, Vando Villamil y Rodolfo Ranni.
La
historia gira en torno a las subjetividades de tres personajes: El
Vasco, un detective obsesionado con la muerte de su hija, quien trabaja
junto con Natalia, una médica forense; Riveros, un periodista policial, y
Mauro, un vidente acechado por imágenes perturbadoras. La aparición del
cadáver de una prostituta estrangulada en las afueras de la ciudad
balnearia será, para ellos, el comienzo de un camino sin retorno.
"Lo
primero que me impactó fue la historia: que fuera un policial, sobre un
caso verídico, algo que no está resuelto del todo, porque si bien se
sabe lo que pasó, hay como un lado medio oscuro", explica Calzada.
Para
el director, tomar una ficción que se inspira en hechos reales era un
desafío y el trabajo con ese material no admitía un tratamiento liviano:
"Si uno toma hechos reales, aunque la historia que cuenta no sea la
real, tiene que saber de qué está hablando, porque no estás contando
cualquier cosa, porque realmente hubo víctimas, hubo un caso real, muy
crudo. Además, habla de hechos cotidianos, que pasan todo el tiempo. El
crimen ante la mujer, el crimen ante la prostituta, la corrupción que
hay en sectores políticos y de la policía, todos son hechos comunes que
conocemos".
La película, que se filmó en seis intensas semanas de
rodaje, reconstruye una Mar del Plata extrañada, corroída, muy lejos del
imaginario popular asociado con "La Feliz". Para Calzada, lo
importante, en términos estéticos y narrativos, fue "generar una Mar del
Plata más opresiva", donde los personajes no pudieran escapar de la
noche. "En el hecho real, las prostitutas tenían miedo de salir a
trabajar, porque no sabían si volvían. Poder transmitir esas sensaciones
en la película era meter retazos de la realidad", explica el director.
En
cuanto a la incorporación del personaje del vidente, que, casi como por
obra de una maldición, puede ver fragmentos vívidos de los asesinatos,
Calzada sostiene que "le aporta a la película el componente más
fantástico" y que, además, "forma parte de los arquetipos del género".
Valentina
Bassi, que encarna en el film a Natalia Soler, una médica forense,
asegura que lo que más le interesó de esta propuesta fue que se trataba,
precisamente, de una película de género: "Nunca me llamaron para algo
de género y me pareció muy atractivo contar un policial. Del personaje,
lo que me atrajo fue que sea alguien que trabaja entre cadáveres todos
los días de su vida, y que vea la vida desde otro lado, con una frialdad
que, como actriz, me intriga muchísimo".
Bassi, quien cuenta ya
con experiencia en películas que retoman hechos reales, como El caso
María Soledad, respecto de la influencia de estos trabajos en la vida
del artista, dice: "Actuar es catártico, aunque después, por ahí, no
pueda ver algunas escenas. Obviamente que uno se involucra y está
marcado por lo que está haciendo, pero tampoco creo en eso de «se me
pegó el personaje». Si anda dando vueltas adentro, bienvenido sea,
porque a mí lo que más me gusta de actuar es tener siempre una historia
que no es la mía en la que pensar".
La actriz, que hoy forma parte
del elenco de Mujeres en el aire, de Mariela Asensio, dice: "Me gustan
mucho los circuitos independientes. Igual, a mí, me importa ante todo
que me guste la historia, el personaje y el elenco, pero es cierto que,
el cine independiente, cuando está la mirada personal del director, está
buenísimo".
Por Carolina Amoroso
Fuente: La Nación
Más información: www.lanacion.com.ar
Fuente: La Nación
Más información: www.lanacion.com.ar
Gonzalo Calzada: “El cine de género argentino se merece su espacio”
Tras su auspicioso debut con Luisa (2008), Gonzalo Calzada regresa al cine con una película de corte policial sobre un hecho real ocurrido en Mar del Plata en el año 1996. La plegaria del vidente
(2011) aborda el caso de un asesino serial de prostitutas desde tres
personajes: un comisario, un periodista y un vidente para desentramar
una serie de intrigas donde nada es lo que parece.
La
película está basada en un hecho real ocurrido en 1996 cuando varias
prostitutas aparecieron muertas en Mar del Plata. ¿La historia trabaja
la realidad propiamente dicha o se tomaron licencias entrando en juego
elementos ficcionales?
Efectivamente está basado en el caso real del “Loco de la ruta”, un supuesto asesino serial que en el 96 mataba prostitutas y las dejaba descuartizadas al borde de la ruta. Al principio se orquestó esta idea de un loco de la ruta -nombre que le pusieron los periodistas- con un montaje supuestamente hecho por la policía. Después empezaron a desaparecer mujeres y finalmente el caso quedó develado como una suerte de ajuste de cuentas entre la policía y una red de trata de blancas. Eso es lo que se sabe y está publicado. A partir de ahí Carlos Balmaceda escribe una novela con una idea más cinematográfica que es preservar ese concepto del asesino serial. Entonces se construye una teoría que es como un montaje dentro del montaje.
Es decir que hay elementos reales pero también otros que son inventados por Balmaceda para su libro
Si bien están las cuestiones que tienen que ver con el caso real, Balmaceda va un poco más allá manifestando que el asesino serial realmente existió. Eso resulta muy interesante y se conecta con el cine negro y el policial de este tipo de género más sorbido y con personajes que de alguna manera desnudan la hipocresía social. Todos elementos que son muy propios del género policial negro y que de alguna manera con el asesino se tocan elementos que tienen que ver con el poder político, con la policía, con las victimas y una Mar del Plata obscura y siniestra que no estamos muy habituados a ver.
¿La transposición es tal cual o te tomaste licencias cinematográficas?
Era imposible trabajar el libro tal cual era porque realmente es muy literario. Está construido sobre tres personajes: el vidente, el periodista y el investigador. Está escrito en primera persona y trabajado desde la interioridad de estos personajes que son muy obscuros. Los tres arrastran historias muy duras y la aparición de este caso lo que hace es reflotar toda esa obscuridad que tienen. En el libro no hay tanto interés por el thriller o la intriga del crimen que es develar el asesino, sino por una radiografía social y de estos personajes. Lo que hicimos en la transposición fue priorizar la mirada de uno de los personajes, que en este caso fue la del comisario para así trabajar sobre el policial y después la del periodista que es la que va conectando todos los elementos. Si hubiésemos elegido al vidente seguramente sería una película de terror. A partir de ahí construimos la película y trabajamos mucho más lo que es la intriga, los códigos policiales desde la radiografía social y lo que es la mirada del sospechoso.
¿Habías leído la novela de Balmaceda o la propuesta te llegó por encargo?
La propuesta viene de la productora Cinemagroup que me alcanzaron la idea del guion y la novela. La leí y me pareció increíble así que inmediatamente nos pusimos a trabajar en hacer un policial, que era lo que teníamos ganas de hacer. Básicamente fue eso, un trabajo en conjunto y el deseo de hacer un género que acá no está muy desarrollado en lo que es el cine. La adaptación primero la hizo Carlos Balmaceda y a partir de ahí empezamos a trabajar los dos junto a otro guionista que es Fredy Torres.
¿Cómo ves el policial hoy en el cine argentino?
El policial en el cine argentino es excesivamente real, falta esta cuestión de la estética de un género que nos permita ver crímenes y cosas horribles, que sabemos que pasan pero enmarcadas en un diseño, en algo que nos pueda producir tanta aversión a verlo. Eso creo que está logrado en la película. Tiene una visual fuerte y es dura pero llama la atención y atrae.
El género policial se podría decir que está llenó de clichés. ¿De que manera evitaste caer en ellos?
La película está llena de esos espacios y para mí está bueno respetarlos y avanzar con ellos. Es parte del género. En algún punto se está buscando eso.
Luisa, tu anterior película, es un film más intimista y su abordaje es totalmente opuesto al de La plegaria del vidente, ¿sentís que hay puntos de contacto a pesar de las diferencias?
A mi Luisa me costó muchísimo hacerla, con esta película me sentí mucho más cómodo. Luisa la aborde desde donde yo sentía que podía pero siento que quedaron asignaturas pendientes, hice lo que pude. Estoy muy orgulloso de lo que fue la película pero son muy distintas. Si puede ser que esté la cuestión del vínculo en ambas, esa cuestión que tiene que ver con uno con las acciones, las decisiones que se toman en la vida que de alguna manera afectan la cotidianidad.
¿Seguirías en el cine de género?
Si, me encanta. Si pudiera seguiría haciendo este tipo de cine. Creo que el cine argentino de género se merece un espacio como el que hoy tiene el comic. Está bueno que exista Leonera, que exista Carancho, es algo que se puede hacer con buena factura y buenos actores. Está bueno pelear por eso.
Por Juan Pablo Russo
Fuente: Escribiendo Cine
Más información: www.escribiendocine.com
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