lunes, 23 de marzo de 2015

LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES LIDERA LOS RECLAMOS POR DISCRIMINACION EN MEDIOS AUDIOVISUALES

El género de las denuncias

Según un informe del Observatorio de la Discriminación en Radio y TV, que depende de la Afsca, el 37 por ciento de las quejas del público son contra situaciones que estereotipan a la mujer o fomentan los abusos. El segundo lugar de las denuncias es por discriminar por la condición social.
Por Sonia Santoro
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-268773-2015-03-23.html
El 37,1 por ciento de quienes decidieron presentar su queja en el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión de la Nación lo hicieron para pedir que el Estado intervenga en algún tipo de violencia hacia las mujeres: conductores que maltratan, publicidades que fomentan los abusos, piropos que son acosos. La noticia no sorprende si se consumen medios con cierta mirada crítica. Lo auspicioso es que hay más gente no especializada que reclama y hay una mayor sofisticación de estos reclamos: “Se repara en aspectos más sutiles, son más fundamentados, prácticamente no llegan reclamos basados en una mera catarsis, sino que son más propositivos”, explica Alicia Ramos, directora de Investigación y Producción de la Afsca.
La información se desprende del informe que el observatorio –formado por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), con el asesoramiento del Instituto contra la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM)– realizó sobre la base de los reclamos recibidos durante el primer semestre de 2014.
Los mensajes recibidos fueron organizados en los ejes: violencia contra las mujeres, diversidad sexual, salud, migración, nacionalidad, etnia, discapacidad, condición social, edad, religión y aspecto físico. El 85,4 por ciento de estos mensajes corresponden a contenidos emitidos por televisión y el 14,6 a radio. Y mientras las quejas sobre la tevé provinieron en su mayoría de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, las críticas a contenidos radiales fueron mayores en las provincias en relación con frecuencias locales.
La “violencia contra las mujeres” fue protagonista en los reclamos, con un 37,1 por ciento; seguida por la categoría definida como “condición social”; con un 21,3 por ciento; luego por “niñas/os y adolescentes”, con un 17,9 por ciento; “xenofobia”, 4,2; “discapacidad”, 2,9; y “orientación sexual”, 2,9. Luego, se ubican las demás categorías con menos de 2 puntos.

Desglosando la violencia

“La violencia mediática puede abarcar desde el mal tratamiento de un caso de violencia extremo como un femicidio, hasta situaciones de violencia simbólica como una estigmatización o una cosificación realizada por los/as comunicadores/as que reproducen y refuerzan la violencia y las formas de discriminación hacia las mujeres”, explica el informe. Luego se identifican distintas expresiones de la violencia en los medios. “Abundan los reclamos por tratar a las mujeres como objetos sexuales tanto en los programas como en las publicidades (23,9 por ciento) o donde las mismas son estereotipadas en roles fijos que no admiten cambios como los que las ubican como sumisas amas de casa o mujeres despechadas y/o histéricas (22,7 por ciento). En esta ocasión, un dato que merece la pena ser destacado es la considerable cantidad de reclamos que advirtieron sobre la naturalización y hasta justificación con la que en algunos programas se exhibe el acoso y/o el abuso de índole sexual (18,9 por ciento).” Como ejemplo, el informe cita que recibieron muchísimos mensajes tras las declaraciones hechas por Mauricio Macri en marzo pasado sobre los piropos y el rebote –en opiniones, coberturas, comentarios– que tuvieron esas expresiones en numerosos medios.
También se cuestionaron algunas coberturas sobre femicidios (2,2 por ciento) y se destaca la cantidad de reclamos sobre violencia mediática ejercida sobre mujeres (32,3 por ciento). “Esto pudo observarse con claridad en el repudio al maltrato que ejercen algunos famosos conductores televisivos y radiales sobre compañeras, colegas u otras mujeres del medio. A modo de ejemplo, podemos hacer referencia a la situación que tuvo como protagonista a un conductor de programas de espectáculos y a una modelo y ex integrante del programa Gran hermano”, dice el informe.

El estigma de manejar moto

En segundo lugar se denunció discriminación por condición social (21,3 por ciento), tendencia que viene aumentando. Ramos explica que recibieron quejas por la estigmatización/criminalización de ciertos trabajos ejercidos en su mayoría por jóvenes varones de las clases populares: “Muchos motoqueros –y alguna motoquera– se comunicaron con el espacio para reclamar por el extendido uso del término ‘motochorro’ ya que su uso en los medios deriva en una presunción de peligrosidad para todo joven que maneje una moto”. “De hecho, se da una naturalización del término y la verdad es que en las capacitaciones  encontramos resistencia en abandonar el uso de ese concepto, así como otras veces reparamos al hablar de las personas que se dedican a cuidar coches o a recolectar cartón. No obstante, así como estamos comenzando a aceptar que el lenguaje no debe ser sexista, entiendo que de a poco se desnaturalizará el uso de estas denominaciones que parecen cómodas, pero que según cómo sean utilizadas pueden ser estigmatizantes”, agrega.

¿Lolas para niñas?

La categoría “niñas, niños y adolescentes” obtuvo el tercer lugar, con el 17,9 por ciento. La mayoría de estos reclamos fueron sobre una publicidad de bolsas de residuos en la que una niña le pide a su padre que le pague una operación de cirugía estética para aumentar el tamaño de sus pechos. A raíz de la cantidad de reclamos, en abril el observatorio había hecho un informe puntual sobre esta publicidad y se reunió con la compañía Azurín y la agencia responsable FKW, luego de lo cual la empresa sacó del aire el spot 
Un 4,2 por ciento de las quejas fueron sobre “xenofobia”, la mayoría por un comercial que con la excusa del Mundial de Fútbol ridiculizaba pautas culturales iraníes y por algunos programas periodísticos que asociaban algunas nacionalidades con delitos como el narcotráfico.
La discapacidad, así como la orientación sexual e identidad de género, que otros años generaron mayor cantidad de reclamos, esta vez se igualaron con 2,9 por ciento cada una.
En este sentido, el informe señala que la sanción de leyes sobre identidad sexual y matrimonio igualitario permitió reducir la discriminación en los medios sobre este temática. “Ambas leyes generaron un debate muy interesante en toda la sociedad, como síntesis de ese debate quedó muy claro para una amplia mayoría que tanto la identidad de género, como la elección de casarse con alguien del mismo sexo son libertades individuales. Lo que otrora era causal de burlas, o menosprecio por parte de algunos/as comunicadores/as, ahora son derechos indiscutibles”, explica Ramos, sin negar sin embargo “que sigue habiendo ciertas resistencias a pesar de que dichos discursos envejecieron”.
Como balance, el observatorio rescata una mayor concientización de la población en relación con los derechos a proteger también por los medios de comunicación. E invita a las audiencias a enviar sus quejas al organismo: vía mail a
observatorio@afsca.gob.ar y a 0800@inadi.gob.ar, a través de la página web www.obserdiscriminacion.gob.ar o al 0800-999-2345.
 ALICIA RAMOS, DEL OBSERVATORIO DE LA DISCRIMINACION

“Hay un Estado atento”


Alicia Ramos llegó a la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) en octubre de 2012, con la gestión de Martín Sabattella. Como directora de Investigación y Producción de la Afsca, impulsó y visibilizó el trabajo del Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión, un espacio formado además por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), que surgió a partir del Plan Nacional contra la Discriminación de 2005. “Queremos visibilizar que hay un Estado atento, ocupado y sensible a lo que las audiencias perciben en términos de vulneración de derechos y brindar respuestas en este sentido”, dice Ramos.
“Nos interesa dar a conocer cuáles son las herramientas legales existentes vinculadas con ampliación de derechos. Las leyes son un logro fundamental de esta última década, pero es imprescindible militarlas, que se conozcan, que todas y todos nos apropiemos de ellas. Del mismo modo sostenemos que este conocimiento debe ser extensivo a todas las personas que trabajan en la comunicación, para que puedan ejercer con mayor responsabilidad su rol social”, añade.
–Además de hacer informes y monitoreos, ¿qué estrategias llevan adelante para evitar mensajes discriminatorios en radio y tevé? ¿Con cuál les fue mejor?
–Hacemos capacitaciones en todo el país dirigidas a estudiantes de las carreras de Comunicación, institutos y escuelas de publicidad, docentes y estudiantes de escuelas primarias y secundarias. Asesoramos a otros organismos del Estado nacional. Realizamos jornadas de capacitación en canales de tevé donde asisten productores/as, conductores/as, comunicadores/as y otros/as trabajadores/as, como los/as responsables de cámaras. De todas estas acciones siempre rescatamos algo positivo y destaco el alto grado de debate y reflexión que se genera.
–¿Cuál será el foco de este año?
–Una de las líneas de trabajo es seguir difundiendo el monitoreo de cómo son representadas las personas con discapacidad en la tevé. Es una herramienta valiosa y novedosa, no hay mucho trabajado con relación a esta temática. En el verano trabajamos sobre un nuevo material de recomendaciones sobre las coberturas de estación, con esto me estoy refiriendo a la “típica nota de playa”, que atraviesa los principales canales de tevé y los diferentes formatos televisivos. Asimismo intensificaremos el trabajo en relación con lo que sucede en las distintas provincias del país, con el objetivo de analizar las realidades locales.
–En relación con este informe, ¿cuál es la percepción general del público?
–Que hay que seguir profundizando sobre, por ejemplo, algunos tratamientos informativos, no obstante al reclamar en este espacio existe la percepción de que la ley los asiste para lograr una comunicación inclusiva, plural y diversa.
–¿Qué pasa con las publicidades? ¿Siguen siendo las protagonistas en reclamos?
–Las publicidades siguen ocupando un lugar protagónico en los reclamos que recibimos, la mayoría hacen referencia a reproducir un modelo de masculinidad hegemónica y en menor medida, en relación con años anteriores, recibimos reclamos sobre publicidades que refieren a la cosificación de las mujeres.
–El número de reclamos aumentó, sin embargo no es demasiado alto si consideramos que puede reclamar todo el país. ¿A qué lo atribuye? ¿Falta difusión del rol del Observatorio o mirada crítica en la sociedad?
–Falta mayor difusión del rol del observatorio, pero además existen otros espacios de reclamo como la Defensoría del Público, o la Consavig (Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género), por ejemplo. Más allá de la ponderación acerca de la cantidad de reclamos recibidos, considero que hay una mirada crítica instalada en todo el país. Esto surge nítidamente de las jornadas que realizamos en cada provincia.
–¿Hay diferencias en los reclamos que llegan de la ciudad y el Gran Buenos Aires respecto de otras provincias?
–En general no hay grandes diferencias respecto de lo que se plantea sobre temáticas como género, no obstante este año los únicos reclamos que llegaron sobre pueblos originarios procedieron de distintas provincias del país. Por eso consideramos que, en efecto, en las provincias hay reclamos que se vinculan directamente con cuestiones locales, y por tanto esto hace que muchos de los mismos refieran a coberturas en AM y FM.
–La mayor cantidad de reclamos fue por violencia contra las mujeres. ¿Cómo analizan este número?
–Es una constante que se mantiene en los últimos años, pero el carácter de los mismos se ha sofisticado, se repara en aspectos más sutiles, son más fundamentados, prácticamente no llegan reclamos basados en una mera catarsis, sino que son más propositivos.
–¿Hay más reclamos de acoso?
–Sí. Los reclamos recibidos hacen referencia a la naturalización y justificación con la que en algunos programas se exhibe el acoso y/o el abuso sexual. Coincidimos con muchas personas que manifestaron que distintos/as comunicadores/as y conductores/as hicieron un pésimo tratamiento banalizando casos de presuntas violaciones y abusos sexuales.
–¿La sanción de la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir la Violencia contra las Mujeres instaló los conceptos de violencia mediática y simbólica en la sociedad?
–Sí, hay una mirada muy sensible a partir de los conceptos de violencia mediática y simbólica. La mayoría de los reclamos está relacionada con el maltrato que propinan ciertos conductores a sus compañeras de trabajo. También a cómo muchos medios construyen estas noticias, utilizando recursos de espectacularización, revictimización y culpabilización entre otros, construyendo un discurso que en muchos casos justifica hasta el femicidio.

El ejemplo de una publicidad sexista




Una serie de jóvenes y bellas mujeres desfilan por la publicidad Mujeriegas, de Alto Palermo, “escaneando” la ropa que tiene “una de contaduría” que le copió la pollera, el aspecto de la hermana rubia y pelilarga de la compañera de la facu o la ropa que otra chica pone a lavar en el lavadero. Incluso hay alguna que se hace amiga de otra sólo porque se compra buenos zapatos y podría prestárselos y otras dos que se felicitan por lo lindas que están aunque se detesten. No hay un solo gesto amistoso entre ellas, ni compañerismo, ni sinceridad.
Por todo esto, el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión sacó un comunicado cuestionándola: “Intenta instalar que las mujeres no se visten o arreglan para otros (masculinos), como proponía la campaña EX de 2013, sino para ‘ellas mismas’ como concepto superador del anterior”. “Somos mujeriegas y nos gusta ponernos lindas para nosotras.” Sin embargo, este interés o motivación en el spot, lejos de ser solidario o sincero, denota sentimientos de envidia y competitividad entre las mujeres. “Esta idea se sostiene en la cultura patriarcal dominante que ha dispuesto a las mujeres como enemigas entre sí”, dice el documento y cita a la antropóloga mexicana Marcela Lagarde quien “propone eliminar la enemistad histórico-cultural entre mujeres a partir del concepto de ‘sororidad’ (fraternidad femenina) basado en la relación de amistad, aprendizaje y enseñanza entre mujeres que se acompañan y construyen de manera colectiva”. “La sororidad emerge como alternativa a la política que impide a las mujeres la identificación positiva de género, el reconocimiento, la agregación en sintonía y la alianza”, dice Lagarde.
Como otros años, el spot –de la agencia Young & Rubicam– fue realizado con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, lo cual hace más controvertido aún su contenido.
El observatorio señala también que la publicidad refuerza la imagen estereotipada de las mujeres como consumistas/derrochadoras de dinero y “un sólo patrón de belleza que reduce a la diversidad femenina a una mujer joven-de clase media alta-blanca-delgada y esbelta”.
El organismo llama a “reflexionar junto a publicistas y anunciantes sobre la responsabilidad que les compete en la construcción de patrones socioculturales de los mensajes que difunden”.

Explotación sexual y trata


A partir de los reclamos recibidos sobre un segmento del programa Zapping, conducido por Viviana Canosa, en el que se banalizaba la explotación sexual y la trata de personas, el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV analizó el tema. En un informe explica que en una charla distendida entre Canosa y distintos panelistas se habla livianamente de la explotación sexual: “A pesar de que uno de los periodistas hace hincapié en su oposición al consumo y naturalización de la misma e introduce el tema de la trata de personas, que prácticamente es minimizado por el resto del panel, por el contrario, algunos de los participantes del programa legitiman la práctica masculina de ir a un cabaret y consumir prostitución como una modalidad para el inicio y el ejercicio sexual, sin reparar en qué puede haber detrás de ello”.
Además, se “banaliza” la desigualdad en el trato entre varones y mujeres y “se habilita la idea extendida de que hay personas que pueden transformarse en meros artefactos de diversión y que se las pueda ‘tocar’ en tanto se les pague por ello”.
El 4 de marzo, el observatorio se reunió con el área de Legales del programa, que aceptó los señalamientos y, “más allá de que esta temporada de Zapping esté por finalizar, analizarán la posibilidad de hacer un informe que dé cuenta de las concomitancias del delito de trata para explotación sexual en nuestro país”.

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