sábado, 19 de marzo de 2011

Cine, literatura y la extrañeza de lo cotidiano desbordando la pantalla



Si alguien ha experimentado, en más de un sentido, los efectos del cruce entre cine y literatura, esa persona es Gonzalo Castro


Reconocido casi al mismo tiempo como director y escritor, él conduce con buena mano los caminos paralelos de sus dos carreras. En ambas es hombre orquesta: además de dirigirlas, él es el responsable del guión, la fotografía y el montaje de casi todas sus películas; y no sólo escribe, también es el responsable de la prestigiosa editorial Entropía, de la cual es fundador.

Luego de dos películas, no es extraño que Castro se haya deslumbrado con la figura del escritor mexicano Mario Bellatin, al punto de hacerlo protagonista casi omnipresente de su tercer largometraje, Invernadero.

Histriónico casi hasta la histeria (o el narcisismo, como le dice en la cara su amiga Margo Glantz), Bellatin utiliza todo para hablar siempre de él. Sus libros; el discurso que deberá dar en un congreso; un rosario musulmán que su hija le compró, pero que aún no se decide a regalarle. El gancho que ocupa el lugar de su brazo derecho, lejos de ocultarlo, le crea una mitología propia. La cámara no sigue a Bellatin: simplemente se queda allí como sin estar, en el lugar preciso donde las cosas ocurren. De vocación casi pictórica, Invernadero está compuesta de cuadros fijos en donde la acción parece predeterminada por los espacios retratados. Fantasmas entre los espacios abiertos a través de las tupidas plantas de un jardín; la luz colándose por debajo de una persiana que se va alzando de a poco hasta penetrarlo todo, sensualmente, en una habitación despojada; tres perros echados junto a una curiosa fuente vacía al ras del suelo; o tres mujeres que se vuelven de mármol en el claroscuro de un atardecer sobre el río. Sólo ejemplos de una galería de cuadros vivos que amalgaman a personajes y escenarios, hasta volverlos parte de un paisaje literario. Paisaje a la vez ominoso y plácido, tales extremos es capaz de encontrar Castro en Bellatin.

La imagen final de su mano izquierda escribiendo sonoramente sobre un papel áspero que sujeta con su brazo metálico, mientras recibe un cálido abrazo de su hija, es una convincente carta de intención entregada a contratiempo. Invernadero conjura ausencias, fatalidades y la belleza que crece con intencionada potencia –como plantas de invernadero– para esconder el dolor.




Proyecciones
Sábados y domingos a las 18:30hs
MALBA CINE – Fundación Costantini
(Av. Figueroa Alcorta 3415)
Entrada general: $18 – Estudiantes y Jubilados: $9.
 
Unacorda presenta: "INVERNADERO".UNA PELICULA DE GONZALO CASTRO (Resfriada, Cocina)
PREMIO MEJOR PELICULA ARGENTINA – BAFICI 2010
PREMIO MEJOR PELICULA “NO FICCION” – FESTIVAL DE GIJON.

Luego de su paso por Festivales Internacionales de gran prestigio como Gijón, Vienalle, Cine Europa, Hamburgo, BAFICI, Valdivia y FICUNAM se estrena comercialmente en Buenos Aires
INVERNADERO, una película con dirección, guión, montaje y sonido de Gonzalo Castro.

En el marco del estreno de INVERNADERO tendrá lugar en MALBA una charla con el público y el escritor mexicano Mario Bellatin, en torno a quien gira el argumento del film, en la semana del 21/03, quien estará en la Argentina presentando la película.

SinopsisMario Bellatin existe: es un escritor mexicano manco de una vitalidad asombrosa; aunque él mismo afirme, en Invernadero, que ya está muerto, y aunque escriba textos autobiográficos donde su nombre propio perezca para reemplazarse por un heterónimo que igual se reconoce como su propio fantasma. Y, también, aunque esta película de Gonzalo Castro entre en un ritual sin rumbo para convertirlo en personaje cinematográfico, en espectro nítido. Es que todo en Invernadero hace equilibrio en el borde filoso del mundo de la literatura viva y sus transformaciones, donde esa “escritura sin escritura” que Bellatin ensaya termina por condensar una atmósfera espesa. En ella se suceden, indiferenciados, las actos ínfimos, los gestos místicos y los diálogos cotidianos con su hija, sus ayudantes y colegas, que mezclan teorías excéntricas con performances espontáneas, registradas en planos fijos que dejan respirar cada palabra y cada gesto hasta que sus ecos amagan en direcciones múltiples.

Y hasta que Bellatin logra el prodigio de ser un actor de magnetismo monstruoso, más allá y más acá de cualquier método y de toda escritura.
Gentileza de Catalogo BAFICI.

Ficha TécnicaDirección, fotografía, sonido y montaje: Gonzalo Castro
Producción: Unacorda
Duración: 92 minutos

InterpretesMario Bellatin
Marcela Castañeda
Margo Glantz
Graciela Goldchluk
Romina Paula
Laura Petrecca.
 
Fuente: http://espectaculonews.blogspot.com/2011_02_01_archive.html

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