No trabajar para la taquilla
Algunos conceptos vertidos en el balance del cine argentino 2012 provocaron una respuesta de los realizadores de uno de los films estrenados en la temporada: buena razón para continuar un debate siempre vigente sobre la producción y los espacios disponibles.
Por Silvia Maturana y Pablo Navarro Espejo *
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-27613-2013-01-22.html
Como realizadores de El Provocador, primeiro filme en portuñol, creemos haber sido nombrados con mala fe por el periodista Horacio Bernades en su artículo del 27 de diciembre de 2012 titulado “El cine argentino volvió a perder espacio durante 2012”.
Conocemos y respetamos a Horacio desde lejanas épocas en las que cubría los festivales y muestras de video. Epocas muy lejanas y menos glamorosas que Cannes, muestra de la industria multinacional del cine que lo ha deslumbrado tanto que ya no reconoce entre producto cultural y producto comercial.
La nota en cuestión podría ser tildada de plagio de las sistemáticas opiniones de Pablo Sirvén, primer lobbysta de la industria comercial del cine, en La Nación.
El Provocador... es producto de dos luchas. La primera, en la década de 1990. Cuando todo iba para atrás, junto a numerosos realizadores logramos la sanción de la Ley del Cine y el aditamento de las dos AA al viejo Instituto Nacional de Cine. Esas dos AA, de Artes Audiovisuales, le abrió las puertas al ahora Incaa a financiar producciones en video, hoy digital.
La segunda lucha, y más acá en el tiempo: la que dimos junto a otros documentalistas desde 2000, que se coronó en 2005 con la resolución que establece un mecanismo democrático y transparente de concursos con jurados rotativos para realizar documentales digitales, cuyo multidestino es la televisión pública y las salas no comerciales de cine.
Quienes estamos orgullosos de haber ganado alguno de esos concursos que nos permiten contar la historia audiovisual contemporánea, aquella que el cine y la televisión comerciales no cuentan porque no da plusvalía, seguiremos realizando documentales digitales que no tienen como objetivo arribar al top ten de taquilla.
Quienes además producimos cine militante, seguiremos contando las historias de luchas, padecimientos y triunfos de nuestro pueblo, y pelearemos cada espacio de exhibición existente o por crearse para que esas historias lleguen al público más amplio posible.
La historia de magia, teatro y clandestinidad que contamos en El Provocador, primeiro filme en portuñol fue producida con un aporte de 135 mil pesos del Incaa (rendidos rigurosamente), que constituyeron el 70 por ciento del presupuesto del film; el 30 por ciento restante fue aportado por quienes firmamos esta nota y nuestro director asociado Marcel Gonnet.
Los actores y actrices y militantes culturales que resistieron a la dictadura, cuyas andanzas contamos en El Provocador..., están muy felices porque pudimos rescatar esa historia que no dio plusvalía ni taquilla en los ’70 y ’80, y que tampoco ganó dinero ahora.
También están felices porque la película fue selección oficial en Bafici, Trieste, La Habana y Cine B de Chile en 2011, y en el Festival Nacional de Cine y Video 2012; porque fue exhibida en los espacios Incaa de CABA, Formosa, Unquillo, Córdoba, La Plata y está en lista de espera por otros espacios; porque fue exhibida tres veces en Incaa TV y porque fue mostrado innumerables veces en centros culturales, organizaciones sociales y educativas y muestras de video en todo el país, en Chile y Brasil. Tampoco pasó desapercibida para la crítica, para lo cual pedimos que se busque en la red todas las notas y opiniones, incluso en el diario donde Bernades trabaja.
Así es, Horacio: nuestro cine pertenece a una rara avis, la del cine documental militante, que no trabaja para la taquilla, para la fama, ni para Cannes, ni dispone de cuantiosas sumas (ni mucho menos) para su lanzamiento. Nuestro cine trabaja para que las historias de nuestro pueblo no queden en el olvido, para demostrar que es posible una producción cultural antihegemónica, que no se ajuste a la lógica de la meritocracia capitalista; para afirmar que cuanto más voces, cuanto más miradas, cuanto más opiniones, viviremos en una sociedad más democrática.
Defenderemos nuestro derecho a hacer cine y a que el Estado nacional nos financie, y diremos junto a los surrealistas: por más hombres y mujeres que hagan arte para que desaparezcan los artistas entre los hombres y las mujeres.
* Realizadores de El Provocador, primeiro filme en portuñol.
El Provocador, primeiro film en portuñol.
Documental, Argentina 2011, 86 minutos - HDV
Guión, Realización y Montaje: Silvia Maturana, Marcel Gonnet Wainmayer, Pablo Navarro Espejo.
Una producción de Adoquín Video Digital y Cinema do Polvo, con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de Argentina.
Durante la dictadura militar en Argentina un grupo de jóvenes militantes decide comenzar a estudiar teatro, como una manera de continuar con la actividad política. Conocen al actor y director Juan Uviedo, que les propone un teatro "de provocación". De la experiencia surge el Taller de Investigaciones Teatrales (TiT), que organiza montajes y actuaciones que desafían el clima de represión reinante. Poco después, el profesor es llevado a la cárcel de Santa Fe, de donde escapará hacia Brasil. Sus discípulos lo siguen y crean una organización para dar abrigo a niños pobres en la pequeña ciudad de São Thomé das Letras, en el estado de Minas Gerais. Allí el viejo maestro trabaja como chaman para mantener la organización, y sigue fiel a sus principios, siempre provocadores.
Guión, Realización y Montaje: Silvia Maturana, Marcel Gonnet Wainmayer, Pablo Navarro Espejo.
Una producción de Adoquín Video Digital y Cinema do Polvo, con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de Argentina.
Durante la dictadura militar en Argentina un grupo de jóvenes militantes decide comenzar a estudiar teatro, como una manera de continuar con la actividad política. Conocen al actor y director Juan Uviedo, que les propone un teatro "de provocación". De la experiencia surge el Taller de Investigaciones Teatrales (TiT), que organiza montajes y actuaciones que desafían el clima de represión reinante. Poco después, el profesor es llevado a la cárcel de Santa Fe, de donde escapará hacia Brasil. Sus discípulos lo siguen y crean una organización para dar abrigo a niños pobres en la pequeña ciudad de São Thomé das Letras, en el estado de Minas Gerais. Allí el viejo maestro trabaja como chaman para mantener la organización, y sigue fiel a sus principios, siempre provocadores.
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