Director, guionista, productor cinematográfico y musical, el madrileño Fernando Trueba visitará, por segunda vez, el Mercado de Industrias Culturales Argentinas.
Como cineasta, Trueba no se impone condiciones. Por el contrario, navega con desenvoltura a través de la ficción tanto como del documental. Sea una historia dramática o risueña. En la indagatoria social, como en la exploración introspectiva. También ha demostrado su talento en la realización animada como lo demuestra Chico & Rita (2010).
Entre sus películas más celebradas, hay que mencionar El sueño del mono loco (1989), Belle Époque (1992, acaso la que le dio una proyección internacional), La niña de tus ojos (1998), el bellísimo y multipremiado documental Calle 54 (2000), El baile de la victoria (2009, protagonizada por Ricardo Darín), y la intimista El artista y la modelo (2012, aún no estrenada en Argentina y por la que ganó la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián).
Durante el MICA 2011, Fernando Trueba dio una clase magistral. Allí, entre otros conceptos, puso énfasis en la idea de que “el cine necesita la participación de las televisiones. En todos los países. En Francia, país al que siempre miramos con envidia, por su clara y decidida política cultural, las películas tienen siempre participación de varios canales. Pero en España, ahora los canales privados detestan el cine español y la obligación de participar en él. Están dirigidos por apéndices de Berlusconi. ¡El hombre que acabó con el cine italiano!”
En relación al rol que debe jugar el Estado en el desarrollo de las industrias culturales, Trueba expresó: “En un mundo ideal, del que estamos muy, muy lejos, el estado sólo debería encargarse de regular el correcto funcionamiento del mercado, de que éste sea libre de verdad y, excepcionalmente, de apoyar proyectos que se consideren “necesarios”, pero que nunca pueden llegar a realizarse dentro del mercado.
El lugar de los artistas es hacer su trabajo de la mejor manera posible, y a veces también, luchar y presionar para que el estado cumpla con sus deberes. Y en cultura, el primer deber del estado es facilitar la creación nacional, impidiendo que el espacio cultural sea dominado por compañías o cinematografías que puedan llegar a controlar el mercado, así como el acceso de la cultura mundial al público y del público a ésta. Es decir impedir, legislando y buscando fórmulas, el dominio y control del mercado por cualquier tipo de corporaciones. Creando un mercado auténticamente libre”.
En declaraciones recientes, el director español develó aspectos de su último filme: “El tema de El Artista y la Modelo es un tema frecuente del arte moderno… Intenta plasmar, observar el propio acto de la creación, en el interior de la obra, retratar al artista en el momento mismo de la creación. El artista y la realidad, el artista y el mundo. El interior y el exterior. Mi película pretende ser una variación sobre este tema. Una variación cinematográfica. El Artista y la Modelo es la historia de un hombre que ve cercano el final de la vida y de su encuentro con una joven que acaba de empezar a vivir”.
“Se trata de una película que “habla” de grandes temas, pero no queremos que “diserte” sobre ellos, sino más bien ofrecer una mirada, que huya de trascendencia y ampulosidad, pero mirando frente a frente cosas como el acto de crear, en su sentido más artesanal, pero también más sencillo y profundo. La vida y la muerte, la juventud y la vejez, la belleza en tiempos de horror (¿no lo son todos?). Una película sobre el sentido y la necesidad del arte. Sobre la búsqueda de la belleza”.
Fuente y más información: www.mica.gob.ar
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