No se nos ocurre mejor manera para aliviar el adiós a este gran cineasta que proclamar lo que
su obra, reflejo de una personalidad riquísima, encierra, un profundo amor a la vida en toda
su complejidad.
Expresión suprema de una irrenunciable vocación hedonista, la filmografía de
Bigas Luna contiene el más alto grado de voluptuosidad de cuantos han cultivado este arte en
España.
El dios Eros recorre de principio a fin cada una de sus películas y no es infrecuente verle
solaparse con los que estimulan el resto de apetitos, especialmente el de la gula.
De tales fuentes mana la inspiración para la cumbre de su obra, semillero de excelentes actores
con proyección mundial, Javier Bardem y Penélope Cruz, los más señalados.
Es una de sus reconocidas virtudes: descubrir futuras estrellas cuando aún no han eclosionado,
siempre ávido de contagiarse con la savia nueva.
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