domingo, 18 de agosto de 2013

La entrevista que Ismael Cala, de la CNN, le realizó a Evo Morales

"No se olvide que esto no es los Estados Unidos"


Bolivia. La entrevista que Ismael Cala, de la CNN, le realizó a Evo Morales, y las razones de un choque cultural e ideológico.
No se olvide que acá estamos en Bolivia y no en Estados Unidos”, le dijo en un momento de la entrevista el presidente boliviano Evo Morales a su interlocutor, marcando así lo que podría considerarse un acto de soberanía, para el caso en lo referido a la comunicación propiamente dicha. Ismael Cala (el entrevistador) ya sabía que estaba en Bolivia y no en los Estados Unidos. La advertencia de Morales por lo tanto resonaba en otro lugar, en aquel en donde un periodista –de nacionalidad cubana pero considerándose a sí mismo portavoz de esa cultura occidental capaz de discernir entre el bien y el mal– interroga desde ese sitio, a lo que Occidente considera como exótico, en una posición muy cercana a lo que bien se podría denominar coloniaje civilizatorio.


“Déjeme hablar, no me interrumpa”, le expresó varias veces Evo al presentador en los primeros momentos de la entrevista. “Porque eso de cortar es como cortar la libertad de expresión”, le dijo el mandatario a Cala.

Escribir sobre una entrevista que le fuera realizada al presidente de un país por un determinado medio podría no ser más que citar los dichos del entrevistado y, para el caso, hacer algún análisis al respecto, por lo cual no habría más que atenerse a los enunciados expresados. Pero la entrevista que le hicieron al mandatario boliviano Evo Morales para la cadena CNN en español escapa a las reglas de lo común, ya que antes de ser emitida el pasado martes 13 (vaya con el día elegido), ya había dado mucha tela para cortar. Ismael Cala, entrevistador estrella del canal de noticias norteamericano para Latinoamérica, es un cubano residente en los Estados Unidos que, más allá de intentar mostrar siempre una sonrisa de cordialidad, en el encuentro con el mandatario andino tuvo que dar explicaciones que no debieran ser necesarias para alguien que conduce un programa televisivo.
 Es que luego de varios cruces realizados previamente ante los medios, la entrevista se realizó, y resultó bastante ríspida tal como algunas fuentes periodísticas ya lo habían anticipado. Por esta razón, lo dicho en el programa de Cala, tanto por Evo como por el presentador, cobra validez conociendo lo que la antecedió, y a su vez le dio un marco especial.


La madrugada del sábado 10, cuando la noche paceña aún no se había retirado, el presidente Evo Morales recibió a Ismael Cala, en el Palacio Quemado, sede del gobierno de Bolivia. Allí el mandatario lo primero que aclaró es que él no fue un dirigente cocalero, sino un dirigente campesino ya que en el Oriente del Chaparé (Cochabamba) no se produce nada más que coca, y que decir solamente cocalero es lo que a ciertos medios les sirve para demonizar. Como segundo punto, Evo señaló que “en la primera elección que ganamos (2005), no estuve tres años, estuve cuatro años, que se entienda por favor, que se aclare que no fueron tres años sino cuatro”, dijo Evo, aclarando que luego vino la nueva Constitución con lo cual fue elegido por primera vez (en diciembre de 2009), asumiendo al otro año bajo la nueva normativa del Estado Plurinacional. La aclaración del mandatario resultó pertinente debido al reclamo de inconstitucionalidad que ciertos sectores de la sociedad boliviana hicieron durante los primeros meses de este año ante la posibilidad de que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), tal como lo hizo, promulgara como válida la posibilidad de que tanto el presidente Morales como el vicepresidente Álvaro García Linera pudieran ser nuevamente reelegidos en los comicios que se realizarán en 2014.

Luego de las aclaraciones del mandatario, Cala expresó que siempre sus programas comienzan con una reflexión, y para el caso se refirió a una frase del profesor estadounidense Warren Bennis: “Los líderes no surgen de la nada. Deben ser desarrollados: educados de tal manera que adquieran las cualidades del liderazgo”. Con ella, invitaba a Evo a reflexionar acerca de su propio liderazgo. En ese momento preciso fue cuando el choque civilizatorio entre entrevistado y entrevistador se hizo más que evidente. Si hay un elemento indispensable para analizar en esa entrevista fue justamente esa diferencia cultural. Diferencia que cobra gran validez a partir de que buena parte de los líderes de la región comenzaran a validar y hacer digna a la propia cultura, sin dejarse estigmatizar por preconceptos construidos en otros lugares para justificar el coloniaje.

“¿Un líder se hace o se nace?”, le preguntó Cala a Morales. Entonces el mandatario dijo que nunca había pensado ser dirigente sindical, y mucho menos presidente, pero que fueron las circunstancias propias a su condición de campesino, junto a su padre y a su hermano, lo que lo llevó a darse cuenta de quiénes eran sus enemigos: “Los partidos políticos de la derecha, los neoliberales, el imperio del cual CNN también es parte...”, y que a partir de ahí se fue comprometiendo con sus pares, los cuales cuando vieron que él los defendía eficazmente lo constituyeron como dirigente. Evo se refería a que en el Trópico de Cochabamba, la presencia del Estado eran sólo las tropas del ejército, de la policía, y bases militares estadounidenses, por lo cual todo eso “los hizo despertar”. “¿Qué estaba pasando?”, se preguntó Evo reflexionando sobre su surgimiento como líder del movimiento campesino indígena y originario. 
Mientras Evo narraba sobre cómo habían sido sus experiencias como dirigente de las asociaciones campesinas, Cala intentó hablar sobre sus palabras, y ahí fue cuando Evo, en lugar de proseguir con lo que venía exponiendo, y tras recriminarle las interrupciones al entrevistador, dijo que CNN una vez lo había invitado a él a jugar futsal en los Estados Unidos, y que habiendo asistido suspendieron el partido sin darle ninguna explicación de por qué lo hacían. En tal sentido, el mandatario aseguró que él no fue a quejarse a través de la televisión, refiriéndose explícitamente a las declaraciones que Cala había realizado para medios bolivianos en la semana anterior. La entrevista con Evo Morales se tendría que haber realizado el día 8 pero fue suspendida debido a que el presidente se sentía bastante agotado debido a las múltiples actividades realizadas durante los festejos del 6 de agosto en homenaje al 188º aniversario de Bolivia.

“Si la empresa para la que trabajo (CNN) me pide que gestione una nueva entrevista con el presidente Morales, sencillamente no lo haré porque siento que han faltado el respeto a mi persona, a mi equipo de trabajo y a mi audiencia, pues esta entrevista debía salir al aire el próximo lunes”, le dijo Cala al programa Que no me pierda, de la red Uno, ya que si bien la entrevista estaba gestionada desde hacía tres meses al final ésta no pudo realizarse. Según Cala, el jueves 8 estuvo esperando cinco horas para que luego le anunciaran que no se iba a realizar. 
Al respecto Evo Morales dijo que si la entrevista no se realizó es porque él no iba a aceptar que ésta se hiciera con ediciones y recortes, que dejarían fuera de contexto la mayor parte de lo que él podría decir. Durante la entrevista, que al final se realizó el sábado 10, el mandatario boliviano le recordó a Cala las “tantas veces que me humillaron, tergiversaron, inclusive inventaron”, como la vez que publicaron una fotografía suya con el ex presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, señalando: “Alianza de un terrorista con un narcotraficante”. Cuando quiso reclamar por ese motivo, no lo dejaron, dijo en la extensa entrevista. “Así me humillan, así me ofenden, y cuando se ha suspendido una entrevista, usted se queja a la prensa; yo nunca me quejé, me aguanté. Esa es nuestra diferencia”, aseguró Morales. Ante estas expresiones del mandatario, el conductor de CNN explicó que si le hubiesen dicho que sólo aceptaba la entrevista a condición de no ser editada, él se hubiera comprometido a no hacerlo, como de hecho se hizo finalmente.

En una nota que Cala le dio al diario El Deber, dijo que creía “que Morales tenía una molestia por todo lo que ocurrió tal como lo expresó públicamente. Sin embargo, al final, concedió la entrevista y por ello yo le agradezco enormemente. No creo que haya sido la mejor primera impresión que ambos nos hubiéramos llevado el uno del otro. Lamento que haya sido así porque trato que las conversaciones que sostengo en mi programa no sean desde la hostilidad. Al contrario, siempre las llevo desde un tono de amabilidad y generosidad”, aseguró.
Otro punto álgido de la conversación fue cuando Cala intentó demostrar que él no era “un cubano escapado de la isla”, como había expresado Evo previo a la entrevista, ya que tenía el derecho a optar “como ciudadano del mundo libre” por una vida diferente, pero que se sentía tan latinoamericano como el mandatario boliviano.

En la entrevista, Evo ratificó enfáticamente que la política es “esfuerzo y servicio, no es negocio”, y recordó cuando alguien le dijo “al Evo se lo puede acusar de cualquier cosa, menos de que roba o es flojo”. Entonces, pudo formular los principios éticos del pueblo aymara: “No ser flojo, no robar, no mentir”. A lo largo del encuentro, Cala subrayaba que debido al tiempo iban a quedar muchas preguntas en el tintero, pero entre las que hizo fue incisivo en relación al debate sobre el censo nacional de Bolivia, en tanto algunos medios del altiplano cuestionaron datos del mismo, por lo cual el mandatario había ya expresado que si tienen dudas, que hagan auditorias para ratificar los datos, incluso que participen organismos internacionales. Cala también preguntó sobre el conflicto limítrofe con Chile por la salida al mar para Bolivia, ante lo cual Evo ratificó que el reclamo se llevará hasta las últimas consecuencias.

A pesar de que la entrevista se fue distendiendo, Evo no se privó de decirle a Cala: “Sé que representa al imperio y no a los pueblos, sé que representa las estructuras del sistema capitalista imperialista, tiene derecho. No representa donde nació y no representa a los pueblos, ésa es nuestra diferencia”, agregando que representar al imperio es un derecho de CNN.
A pesar de todo esto, el conductor, antes de retirarse de Bolivia, expresó que sintió mucha empatía con Evo, al cual le obsequió su primer libro, El arte de escuchar, en el cual, además de recomendaciones sobre autoayuda, cuenta el secreto de su éxito como entrevistador.

El lunes, Cala viajó a la Argentina para asistir al programa de Susana Giménez, junto a Gloria y Emilio Estefan (en un cuasi perfecto trío de cubanos contrarios a Castro). El presentador es un gran amigo de la diva, y cada vez que llega al país aprovecha para juntarse con ella.

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