domingo, 16 de marzo de 2014

SE ESTRENA BELIEVE, DE LA DUPLA CUARON-ABRAMS

Una niña índigo full-full

El reciente ganador del Oscar al mejor director se juntó con el creador de Lost para hacer esta historia de una chica con poderes sobrenaturales que podría salvar al mundo, en la que no les hacen asco a los clisés ni a cierto tufillo new age.
Por Federico Lisica
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/23-31605-2014-03-17.html
A raíz del estreno de Believe (hoy a las 21.00 Warner Channel emite su primer episodio), Alfonso Cuarón dijo que deseaba hacer algo sin que hubiese gente flotando. El actor se refería a Gravity, película por la que obtuvo recientemente el Oscar a mejor director, y en la que durante su realización comenzó a pergeñar la ficción que hoy llega a la tevé paga. “Quería lograr algo más terrenal y queríamos hacerlo con gente real, en locaciones reales. Y quería que fuera algo muy emocionante, pero a la vez que fuera algo muy emotivo”, dijo Cuarón acerca de la serie, cuya primera emisión en Estados Unidos (consumada una semana después de haber sido premiado por la Academia hollywoodense) fue vista por casi 11 millones de espectadores.
Lo cierto es que, en el primer minuto de Believe, su creador hace flotar al espectador. La cámara sobrevuela el interior de un automóvil como lo hiciera en la famosa escena de una de sus películas más logradas, Niños del Hombre. El espectador literalmente está dentro de ese vehículo viendo y sufriendo durante un contundente plano secuencia en el que una chiquita y dos pasajeros más caen desde una autopista. A ese inicio, técnicamente prometedor y antológico para los estándares televisivos, le sigue la presentación del resto de los personajes e historia principal, que cuadran dentro del género más bien vetusto de “pequeña con superpoderes”. Ni Cuarón ni J. J. Abrams (Lost, Alcatraz y dueño de Bad Robot, la casa matriz de Believe) han tenido problemas con caer en clisés mainstream o arbitrariedades inexplicables. De lo que pueden estar seguros los espectadores, parecen sugerir sus responsables, es que se les entregará un producto ATP épico, grandilocuente, fantasioso, al compás de un ritmo feroz para el primer capítulo de una entrega televisiva. Algo que quizá falló en la propuesta de Touch, la serie en la que Kiefer Sutherland interpretaba al padre de un infante autista entre genio y adivino, que sólo duró dos temporadas.
La pequeña de Believe, por su parte, tiene habilidades varias: telequinesis, profeta, electroquinesis, una capacidad de contacto inconcebible con animales... y eso es sólo el comienzo. Pero esta niña índigo full-full está lejos de ser una Carrie sufriente o de tener miedo al hablar con gente semimuerta. Uno de los mayores aciertos de esta producción es que Bo (Johnny Sequoyah) lleva sus destrezas con naturalidad, gracia e inocencia. Ni ella ni la organización secreta que la protege, u otra igual de poderosa que la persigue, saben de todo lo que es capaz. El encargado de seguirle el paso será Tate (Jake McLaughlin), un preso a quien le dan la posibilidad de optar entre la pena de muerte (en pleno corredor hacia el cadalso) o rescatar a Bo, que se encuentra abandonada en un hospital. Y ese supuesto criminal, que está allí por un crimen que no cometió, hará lo que es correcto aunque no tenga demasiadas ganas ni se lleve bien con Bo. Quienes lo secundan son Winter (Delroy Lindo) y Channing (Jamie Chung), miembros de la asociación que resguarda a quien podría ser una nueva Mesías. Por lo que puede inferirse, la chica y el fugitivo irán de ciudad por ciudad: una mini Hulk que todavía no terminó la primaria y uno que aprende a ser padre, conociéndose hasta ser carne y uña.
“Una niña vive entre nosotros. Ella cambiará al mundo si sobrevive”, insinúa una placa en los primeros instantes de Believe. Y lo que la niña y su cuidador hacen, prácticamente en todo el primer capítulo, es huir de un lado a otro del eje del mal que los acosa. Quien interpreta a su jerarca es Kyle MacLachlan, actor que mantiene el rictus pernicioso y sugestivo del detective Dale Cooper en Twin Peaks. Su Roman Skouras, por ahora, es directamente ruin, al igual que sus secuaces. Podrán ser maléficos, pero a ellos también los emociona el don de Bo. En un momento clave, la mujercita logra espantarlos gracias una bandada de pájaros que van en su ayuda. Es una de las escenas más increíbles del episodio, por el despliegue y su majestuosidad, pero también por lo inverosímil y cierto regodeo new age que podría ser el talón de Aquiles de la serie. Por algo los buenos no necesitan armas de fuego. Tienen “el” arma. Cuestión de creer o reventar.

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