El documental como campo de batalla y de experimentación
Más de sesenta films integran la impactante programación del festival porteño, que incluye grandes nombres del documental, como Sergei Loznitsa, Jean-Louis Comolli y Harun Farocki, codo a codo junto a jóvenes talentos a descubrir.
Por Horacio Bernades
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-33708-2014-10-16.html
Como todos los años desde comienzos de este siglo, el mes de octubre vuelve a ser la cita para una de las actividades culturales más asentadas de la cartelera porteña. Desde hoy y hasta el miércoles 29 la ciudad será sede de la 14ª edición del DocBsAs, muestra que expone, durante catorce días y sin solución de continuidad, las más altas expresiones generadas a lo largo del último año por el campo documental. Este año, con un breve pero llamativo pincelazo de ficción.
Ante el cierre de la Sala Lugones por tareas de refacción –tareas que tras varios meses de espera dieron inicio, finalmente, a comienzos del mes pasado, estimándose su conclusión para comienzos del 2015–, el DocBsAs muda su cuartel central, por primera vez en trece años, al cine Gaumont. El resto de las sedes se mantiene: la casa central de la Alianza Francesa, el Cine Artemultiplex de Belgrano, la Fundación Proa (más información en http://www.docbsas.com.ar).
Dirigido como de costumbre por el documentalista Marcelo Céspedes, programado por su colega Carmen Guarini y el crítico de Página/12 Luciano Monteagudo, organizado por la Asociación Civil DocBuenosAires, la Sala Lugones, la Fundación Cinemateca Argentina y el Incaa, la 14ª edición del Doc despliega sus más de sesenta títulos en nueve secciones, presentando tres estrenos mundiales (los flamantes films de la chilena Carmen Castillo y los franceses Richard Copans y Jean-Louis Comolli), más invitados especiales y una mesa redonda, cuyo tema será “Nuevas experiencias de distribución del cine documental en América latina”. Ingresando ya a la programación, la sección Proyecciones Especiales presenta siete films. Entre ellos, Maidan, de Sergei Loznitsa, que hoy a las 19 tendrá a su cargo la apertura de la muestra, en la Sala 1 del cine Gaumont-Incaa Km 0.
La nueva película del bielorruso Loznitsa –a quien el Doc le dedicó una amplia retrospectiva un par de ediciones atrás– registra el levantamiento ucraniano de fines del año pasado, filmando el estado de asamblea popular autoconvocada, en la plaza Maidan de Kiev. Tercera película del realizador que forma parte de la programación de Cannes (En la niebla compitió, dos años atrás, por la Palma de Oro), a lo largo de sus más de dos horas Loznitsa se atiene religiosamente a los mandatos de lo que se conoce como “documental de observación”. Modalidad en la que el realizador limita toda su intervención al puro registro de los hechos. Loznitsa planta la cámara a la altura del ojo humano, convirtiendo al espectador en un visitante más de la plaza y a la multitud en protagonista excluyente. Filma en largos y muy cuidados planos fijos todo lo que sucede allí: gente que se reúne a comentar la situación, apelaciones desde el escenario, shows musicales... y represión. Son impresionantes las sesiones de gases y palazos con que las fuerzas de seguridad “atienden” a los manifestantes. Igualmente impresionante resulta la cohesión estética y visual de Maidan. Tanta que si no se supiera que los hechos filmados sucedieron en realidad, se podría llegar a pensar que fueron “puestos en escena”, para que Loznitsa los filmara.
Farocki, Patiño, Heise & Cía.
“Reencuentros y despedida” se titula la presentación que el Catálogo del Doc hace de la sección Proyecciones Especiales. Lo de los reencuentros refiere a viejos conocidos de la muestra, como el propio Loznitsa y Jean-Louis Comolli, Thomas Heise, Mariana Otero. La despedida es la de Harun Farocki. El Doc presenta su último film, Los arquitectos de Sauerbruch Hutton, estrenado en marzo de este año en la muestra parisina Cinéma du réel, poco antes de su inesperado fallecimiento en julio pasado. Ateniéndose también al estricto canon del documental de observación, el realizador checo-alemán filma el trabajo arquitectónico, representado por los líderes de ese célebre estudio berlinés. Pero Farocki no filma construcciones, proporciones, formas y medidas –todo lo cual, por concreto, sería fácil de registrar con la cámara–, sino ideas abstractas. Las ideas que las cabezas pensantes del estudio se hacen frente a los dos o tres proyectos que llevan adelante en ese momento. Uno de ellos es, no casualmente, un Centro de Realidad Virtual. Tan virtual como el trabajo arquitectónico, se diría, cuando ese trabajo atraviesa su fase primigenia, la de imaginar un edificio. Esa fase –que Farocki registra a través de los intercambios dialógicos entre los integrantes del estudio– se parece mucho, claro está, a la de imaginar un film, antes de que éste cobre cuerpo.
Exhibida en la última edición del Bafici, Costa da morte, del gallego Lois Patiño, es una arrobadora obra maestra. La escarpada ribera gallega a la que el título alude debe su nombre a los naufragios producidos en sus costas, siglos atrás, como consecuencia de la abundancia de rocas y el funcionamiento intermitente del faro de la zona. Con excepción de dos o tres planos medios, Patiño, que proviene de las artes visuales, filma ese límite entre tierra y mar en el formato que en cine se conoce como “vista panorámica”. Esto es: una distancia tal que en sus planos la gente aparece del tamaño de una mosca. Esa distancia visual Patiño la acorta en el plano sonoro, reproduciendo a volumen bien audible las coloridas conversaciones entre los aldeanos. Mediante esta disociación o complementación entre imagen y sonido, lo que se logra es representar la proporcionalidad (o desproporción, como se prefiera) entre ambiente y figura humana. O entre el mundo y el hombre, si se lo quiere plantear filosóficamente.
A cielo abierto, de la realizadora francesa Mariana Otero, y Los adioses, de la canadiense Carole Laganière (esta última, coproducción con Argentina), pueden verse como films complementarios, en tanto filman ambos extremos de la vida. Otero registra los trabajos y los días de un centro de atención a niños psicóticos y autistas. Laganière, la estancia de un grupo de enfermos terminales en un centro especializado de Quebec que atiende, en forma gratuita, pacientes cuya esperanza de vida se eleva hasta un máximo de tres meses. Ambos films abordan lo irreparable con el optimismo de quien intenta correr los límites un paso o varios más allá, desprendiéndose de ambos un aire inesperadamente esperanzado.
En Städtebewohner, ese viejo conocido del Doc que es Thomas Heise –nativo de la ex Alemania Oriental y realizador, entre otras, de Mi hermano (2005) y Consecuencias (2012)– se mete en la Comunidad San Fernando, cárcel mexicana para menores de edad en la que los prisioneros entran como niños y salen adultos. Cine documental, fragmentos de una historia, de ese abonné del Doc que es Jean-Louis Comolli, tiene su estreno mundial en Buenos Aires. Lo que se sabe de él es que la historia de ese campo que hace el realizador, teórico y ex jefe de redacción de Cahiers du cinéma es resueltamente subjetiva, dejando de lado nombres consagrados e incorporando, en su lugar, realizadores identificados con el cine de ficción, como Luis Buñuel, Maurice Pialat y Shohei Imamura.
Sur del Río Grande
“Estamos muy felices de presentar en esta edición 2014 una producción de cine documental latinoamericano abundante en calidad, cantidad y representatividad”, escribe Carmen Guarini, programadora del Doc, en el catálogo oficial de la muestra. La sección Situación del Documental Latinoamericano presenta una abigarrada selección de catorce films, producto de cinematografías consolidadas del continente (la brasileña, la mexicana, la chilena), pero también de otras de producción más raleada, como pueden ser la paraguaya, la dominicana o la panameña. Esta sección presenta toda clase de abordajes, desde el clásico documental de investigación (la ecuatoriana La muerte de Jaime Roldós, que llevó a exhumar la investigación de la muerte de ese ex presidente, a comienzos de los ’80) hasta el film político (las chilenas Propaganda y El vals de los inútiles).
Otros films de la sección abordan el retrato personal: Soy José Mujica... el poder está en el corazón; Carmita, sobre una poco conocida ex estrella cubana del cine, hoy octogenaria, y Hotel Nueva Isla, sobre un hombre que vive en las ruinas de lo que supo ser un gran hotel cubano. Otros trabajos eligen zonas más íntimas y anónimas, como los duetos que proponen la premiada película paraguaya El tiempo nublado (sobre una hija y su anciana madre) y la dominicana Tú y yo (sobre una dama y su criada), las relaciones entre la comunidad de origen y el trasplante a la ciudad que plantean la boliviana El corral y el viento, la colombiana Monte adentro y la mexicana Café, ganadora del Grand Prix en el último festival Visions du réel, de Nyon, Suiza.
La Selección Argentina presenta dos largos y tres cortos. Entre los primeros se impone Hamdan, primera coproducción argentino-palestina, en la que un veterano ex combatiente de Al Fatah narra su secuestro y detención a manos del ejército israelí, mientras el realizador Martín Solá se detiene con exquisitez visual en ambientes y rincones que difuminan sus formas hasta volverse tan abstractos como la memoria. Uno de los cortos no debe dejar de verse. En 20 minutos, Manuel Abramovich muestra, en La reina, un caso de maltrato materno cuya naturalización no hace sino aumentar su poder de revulsión. En la sección “El túnel del tiempo” no habrá que dejar pasar Pinochet y sus tres generales, en la que el realizador José María Berzosa (español radicado en Francia) se gana la confianza de los personajes del título para que éstos le franqueen –con toda la monstruosidad que eso implica– la puerta de su pensamiento íntimo.
... Y todo lo demás
La sección “Miradas sobre el cine” presenta la reaparición, quizás el testamento, de un nombre mayor del campo documental. En Un viajero, Marcel Opuls, realizador de las monumentales La pena y la piedad (1969) y Hotel Terminus (1988), entrega, a los 85 años, su memoria fílmica. En la misma sección, otra reciente octogenaria protagoniza otra biopic documental: Bardot, la mépris. Aprovechando el título, el Doc presenta una copia recientemente restaurada, en DCP, de El desprecio, clásico de clásicos de Jean-Luc Godard, que comienza con un inolvidable recorrido documental por el cuerpo desnudo de Brigitte.
Como en todas las ediciones del Doc habrá una Perspectiva Suiza, integrada esta vez por tres films. La sección “La joven guardia” ofrece siete óperas primas francesas e italianas. Habrá un homenaje a Les Films d’Ici, productora francesa tan comprometida con el campo documental como tal vez ninguna otra en el mundo entero, que cumple tres décadas. Entre la docena de títulos seleccionados, tres grandes films (Boulevards du crépuscule, de Edgardo Cozarinsky, 1992; Punto de partida, de Robert Kramer, 1994, y Ernesto Guevara, diario del Che en Bolivia, Richard Dindo, 1994), uno de los documentales recientes más poderosos y perturbadores (Agua plateada, autorretrato de Siria, film de montaje sobre la guerra y la represión en ese país, a partir de una miríada de filmaciones caseras) y el absorbente día a día de una huelga de mucamas parisinas (De paro, Denis Gheerbrant, 2014).
El casi impronunciable realizador austríaco Norbert Pfaffenbichler, a quien se le dedica una sección, se hará presente en las funciones a realizarse en la Fundación Proa. Pfaffenbichler somete materiales de archivo a montajes que los distorsionan, alteran y deforman. La sección está casi íntegramente ocupada por la serie Notes on Film, de duraciones variables. No conviene dejar pasar Conference/Notes on Film 05, reidero desfile de un montón de los Hitlers que dio el cine, A Messenger from the Shadows/Notes on Film 06 A, loca edición de fragmentos protagonizados por el legendario Lon Chaney, y A Masque of Madness/Notes on Film 06 B, que hace lo propio con Boris Karloff.
No hay comentarios:
Publicar un comentario