El actor y director es recordado por la conmoción que causó su escena radial "La Guerra de los mundos" y se popularizó con "El Ciudadano".
Télam
El genial actor y director estadounidense Orson Welles, recordado por su puesta en escena radial de"La guerra de los mundos", que causó conmoción en Estados Unidos a causa de su enorme realismo y verosimilitud, y por el largometraje "El Ciudadano" ópera prima que filmó a los 25 años y es considerada una bisagra que abrió las puertas al cine moderno, cumpliría 100 años hoy.
Nacido en 1915 en Wisconsin, Estados Unidos, y fallecido el 10 de octubre de 1985 -hace casi 30 años- en Hollywood, Welles fue un artista carismático, no sólo por su talento, su imponente porte físico, su voz grave y su inconfundible sagacidad, sino también por un espíritu aventurero que lo llevó a diversificar sus intereses entre el teatro, la radio y el cine, y entre la actuación, la producción, el guión y la dirección.
Según trascendió esta semana en medios europeos y estadounidenses, Welles dejó una película por terminar, "The Other Side of the Wind", con más de 1.000 bobinas de material fílmico guardadas bajo llave en un almacén parisino, y cuyo contenido inédito podría estrenarse este año, luego de un largo litigio entre su hija y única heredera, Beatrice, y los productores del filme.
Se trata de un proyecto inconcluso y muy personal que Welles rodó entre 1970 y 1976, a intervalos y de forma caótica, y que si bien no era exactamente autobiográfico se centraba en la figura de un legendario director venido a menos que, después de mudarse a Europa, decide regresar a Hollywood para revivir su carrera.
El cineasta, un eterno nómade sin domicilio fijo, que vivió en China, Europa y Estados Unidos, comenzó su carrera como actor teatral a los 15 años en Irlanda, "un momento de gloria de mi vida, luego de lo cual todo fue cuesta abajo", según afirmó en una entrevista para la TV, acerca de los contantes vaivenes en su posterior y reconocida trayectoria.
"Me considero una amarga decepción para el negocio del espectáculo", señaló Welles con cierta ironía, consciente de que muchos de sus proyectos cinematográficos quedaron inconclusos, no se estrenaron o fueron verdaderos fracasos económicos.
En muchos casos debió usar "de modo cínico" su trabajo de actor en otras producciones, con el único objetivo de poder autofinanciar sus nuevas películas.
Considerado uno de los artistas más versátiles del siglo XX en el campo del teatro, la radio y el cine, Welles alcanzó el éxito a los 21 años gracias a la obra radiofónica "La guerra de los mundos", de H.G. Wells, que causó pánico y conmoción entre sus oyentes en todo Estados Unidos, ya que -a causa de su gran verosimilitud- muchos pensaron que se trataba de una retransmisión verdadera de una invasión extraterrestre.
Ese sensacional debut le valió un contrato para tres películas con el estudio cinematográfico RKO Pictures, que le otorgó libertad absoluta en sus realizaciones, pese a lo cual sólo uno de los proyectos previstos pudo ver la luz: "El Ciudadano"("Citizen Kane", 1941), su filme más exitoso, que quedó en la historia gracias a sus innovaciones técnicas y al uso expresivo del flashback, la profundidad de campo y el plano secuencia.
En ese largometraje, el propio Welles escribió el guión junto a Herman J. Manczkiewi (ganaron el Oscar por ese trabajo) y tomó el papel protagónico, en el que encarnaba a Charles Foster Kane, un empresario de la prensa sensacionalista que erige un emporio periodístico y que recordaba mucho, por la búsqueda de poder y la forma en que manipulaba la realidad, al magnate periodístico William Randolph Hearst.
De hecho, debido a sus obvias semejanzas, Hearst prohibió mencionar la película en sus periódicos e intentó boicotear su estreno por todos los medios, pero la película finalmente llegó a las salas y, pese a su fracaso económico, se convirtió en un éxito de crítica y un referente indiscutible del cine moderno, que le valió a Welles parte de su fama y popularidad.
"Soy básicamente un aventurero. Nunca me consideré un profesional. Creo que la ignorancia es un gran regalo que brinda muchas cosas", admitió el gran cineasta acerca del éxito de su ópera prima, ya que nunca antes había pisado un set hasta el primer día de rodaje de "El ciudadano", donde sin embargo se preguntó "¿por qué no?" y se animó a encarar riesgos que ningún otro director había tomado hasta ese momento.
Hijo de un mago aficionado y niño prodigio en el manejo de la baraja, Welles se consideraba a sí mismo "un mago fuera de práctica", y de hecho fue considerado como un maestro del engaño (algo que quedó demostrado con su documental apócrifo "F for Fake" o "F de falso", de 1975), ya que usaba su inteligencia y su gran talento actoral para crear puestas en escena en su propia vida, y así poder convencer con artilugios a posibles productores e inversores para sus próximas películas.
En 1946, en pleno auge del macartismo y bajo la sospecha de ser comunista, se vio obligado a trasladarse a Europa, donde trabajó como actor para financiar sus producciones, pese a lo cual pudo regresar a Estados Unidos en 1958 para el rodaje de "Touch of Evil" ("Sed de mal"), filme recordado por su comienzo: un sofisticado y complejo plano secuencia de casi cuatro minutos.
Entre sus películas se destacan algunas que dirigió y protagonizó en base a obras homónimas de William Shakespeare, tales como "Macbeth" (1948), que filmó en sólo 21 días, "Otelo" (1952), que financió él mismo y debió filmar durante cuatro años a causa de la falta de presupuesto, y "Falstaff" (1965), inspirada en diversas obras de Shakespeare que tienen como hilo conductor al dudoso Sir John Falstaff.
Años después, Welles filmó "Don Quijote", una peculiar adaptación de la obra de Cervantes en la que el director pretendía hacer recorrer a los personajnes del Quijote y Sancho Panza fiestas populares como los Sanfermines, las fiestas de moros y cristianos, pero murió sin terminar la película.
Su amigo el director español Jesús Franco se encargó del montaje, siguiendo las indicaciones que dejó escritas el propio realizador, pero antes tuvo que buscar materiales que estaban diseminados por medio mundo, motivo por el cual la película no estuvo lista hasta 1992.
LA OBRA INCONCLUSA
Afortunadamente, desechada en París apareció una película rodada en 1970 y 1976 por Orson Welles. "The other side of the wind" , verá la luz en los próximos meses y, entre sus tesoros, cuenta con la interpretación de su admirado John Huston. Los derechos están bajo la custodia de Beatrice, única heredera de Welles. No sólo será una magnífica oportunidad para ver un material inédito sino para acrecentar la fama de tipo polémico. Las coincidencias entre el protagonista de 'The Other Side of the Wind', Jake Hannaford, y el escritor Ernest Hemingway (con quién Welles comenzó a desarrollar el proyecto en 1937 y con quién terminó en una pelea que llegó a los puñetazos) seguramente volverá a levantar polvareda.
Curiosidad
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina fue una institución que tenía por objeto el mejoramiento del cine argentino que se fundó el 22 de noviembre de 1941 y funcionó hasta que fue disuelta en 1955. Los premios, denominados Cóndor Académico comenzaron a otorgarse a partir de la producción de 1941 y a esa primera ceremonia asistió el actor estadounidense Orson Welles.
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